A medida que van pasando los días, más nerviosos andan en Salt Lake City con la opción de mantener o no a su superestrella Gordon Hayward.
Muchos esperan que Gordon Hayward acabe en los Boston Celtics de su entrenador universitario, Brad Stevens. Los fans de los Jazz albergaban esperanzas de que Boston se hiciera con Jimmy Butler durante la noche del Draft, pero éste acabó en Minnesota, por lo que surgieron dos problemas para los Jazz, primero que Boston sigue teniendo espacio salarial de sobra para atraer a Hayward, y segundo, que los Timberwolves se hacen con una superestrella y los convierte en un auténtico equipazo (a priori), con un quinteto inicial a día de hoy con Rubio, Wiggins, Butler, Dieng/Bjeliça y Towns, por lo que será un nuevo rival para los Playoffs y quien sabe hasta donde podrán llegar.
El gran problema es que las esperanzas de que los Jazz mantengan el nivel de este temporada y lo aumenten pasan, casi únicamente, por la renovación de Gordon Hayward. Tanto es así, que los Utah Jazz llevan todo el día de hoy celebrando el HayDay a fin de mostrar, más aún, el cariño que le tienen a su superestrella y por el que van a dar todo hasta el final para que se quede.
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Si el equipo del estado mormón consigue convencer a Hayward, lo más probable es que también lo haga con George Hill, que ha declarado en ocasiones que en función de lo que haga el alero actuará él, aunque el último interés de los Spurs de Popovich en él complicará, seguro, la operación.
Los Jazz se han movido bien en el Draft y han conseguido a dos buenos jugadores, Donovan Mitchel en el pick 13 y Tony Bradley en el pick 28, que a pesar de su puesto se espera que sea un buen jugador debido a su juventud. No obstante, es difícil que esto convenza a Hayward para quedarse, más bien las opciones pasan por garantizarle el máximo salarial (que se da por hecho), el mantenimiento del grueso de la plantilla de esta temporada y el fichaje de algún gran jugador con el margen salarial que maneja el equipo.
También se ha hablado mucho de la posible vuelta de Paul Millsap a Salt Lake City, lo normal a cambio de Derrick Favors. Así, si se alinearan los astros, Utah tendría un quinteto inicial formado por George Hill, Rodney Hood, Gordon Hayward, Paul Millsap y Rudy Gobert, algo mejor que el de este año, más con los problemas físicos de Favors (y en general de toda la plantilla). Si le sumamos la juventud de muchos de los jugadores y su año más de experiencia, el equipo subiría bastantes enteros en la carrera por ser uno de los cuatro mejores del oeste.
No obstante, si finalmente, Hayward no se queda en Utah, es probable que Hill también se marche, y será complicado que atraigan a un jugador de la talla de Millsap al que, además, los Hawks le pueden dar bastante más dinero que los Jazz.
El mercado de agentes libres da pocas opciones para Utah Jazz de conseguir un jugador del nivel del «infravalorado» Hayward. Además de a Paul Millsap, también se le ha relacionado con André Iguodala, pero los grandes jugadores que quedarán libres como Chris Paul, Blake Griffin, o el propio Millsap, será difícil que quieran acceder a jugar en los Jazz sin su mejor jugador, más aún si añadimos que Salt Lake City es uno de esos llamados «mercados pequeños», que en el Oeste las opciones están complicadas con el potencial de los Golden State Warriors y que Gordon Hayward se encuentra infravalorado, no ya por los Jazz, sino por el resto de la NBA, ya que lo normal es que con sus números ya hubiera sido varias veces All-Star (sólo lo ha sido este año) y que hubiera entrado en algún quinteto de la NBA, todo ello provocado por la escasa relevancia de los Jazz.
Por tanto, las opciones de que los Jazz sigan mejorando durante este año se basarán en la decisión que tomará Hayward, ya que en función de ésta, el equipo de Quin Snyder podrá atraer a otros jugadores y renovar a otros de sus buenos jugadores. Al menos, parece ser que Donovan Mitchell está encantado con su elección por parte de los Utah Jazz…el que no se consuela es porque no quiere.