El término tampering hace referencia a la acción por parte de una franquicia hacia un jugador para hacerle saber que están interesados en contar con sus servicios, pero realizando estas negociaciones fuera del período permitido (ejemplo, agencia libre) y teniendo el jugador contrato vigente con un equipo.
La liga ha establecido una política bastante clara con respecto a evitar estas prácticas, y hace poco ha multado a Los Angeles Lakers con 500.000 dólares a partir de una investigación realizada por la NBA y propulsada por los Indiana Pacers, que acusaron a Rob Pelinka, gerente general de la franquicia angelina, de negociar con el representante de Paul George mientras el jugador todavía estaba bajo contrato.
El portal ClutchPoints levanta declaraciones de un ex GM de la NBA que afirma que «si no tratas de evadir la ley, no estás intentando competir». El tampering es un secreto a voces dentro de la NBA. Todo el mundo lo hace.
«Cuántas veces vemos que apenas dos horas después de comenzada la agencia libre un equipo anuncia que ha llegado a un acuerdo por cuatro años y 64 millones de dólares?» – señala un actual ejecutivo de la liga. – «Crees que esos acuerdos se negocian en 10 minutos? Si eres un representante y esperas hasta el 1 de julio para negociar las posibilidades de tu cliente, vas a ser despedido«.
Pensemos en la liga y su política anti-tampering. Una multa de $500.000 dólares para una franquicia como los Lakers es prácticamente una broma. No cuesta mucho imaginar que no evitará en lo más mínimo a otras franquicias de seguir con exactamente lo mismo que vienen haciendo. En este caso le tocó a los de púrpura y oro, quizás alentado por el bocazas de Magic en un programa de TV. Quién será el próximo? Porque si hay algo que queda claro es que es sólo una cuestión de tiempo.