Los New Orleans Pelicans que tras la lesión de Solomon Hill andaban muy cojos del puesto de alero (sumado a la salida de Cunningham en Julio) andaban al acecho de casi cualquier jugador que pudiera dar un rendimiento aceptable en la posición de «tres», finalmente han podido firmar a su segundo refuerzo en la posición.
Tras firmar contratos no garantizados a jugadores como Martell Webster o Perry Jones y hacer entrenamientos con otros como Josh Smith finalmente firmaron a un jugador muy aprovechable como Tony Allen, jugador defensivo con altura de escolta pero que hace un tiempo jugaba más en la posición de alero.
Aún necesitaban otro jugador para esa posición ya que el único alero de la plantilla tras Hill era el recién llegado de Europa, Darius Miller. Finalmente se han podido hacer (tras meses de espera) con Dante Cunningham de nuevo, jugador que fue rescatado por los mismos Pelicans en 2014 tras ser arrestado por presunto maltrato a su mujer. Finalmente fue absuelto y fue reclutado por el equipo de New Orleans. Tras pensarselo mucho (oferta de Minnesota de por medio), Cunningham ha sabido devolver el favor a los Pelicans y a pesar de no tener un equipo a priori con tanto potencial como el de Minneapolis ha firmado de nuevo con los de Louisiana, al saber también que necesitaban jugadores en su posición.
Otros equipos interesados
Dante Cunningham como hemos dicho ha tenido ofertas de Minnesota y Milwaukee (estos han firmado a Brandon Rush y parece que se retiraron de la puja), para ser el suplente de Andrew Wiggins y Khris Middleton respectivamente. Dante ha decidido finalmente quedarse en Luisiana al ver que los Pelicans le han dado mucho durante estos años y que ve una buena oportunidad para jugar minutos ya que no hay un alero titular con claridad (bueno, antes tampoco) y podrá disputarse minutos con Tony Allen y Darius Miller.
Dante Cunningham, que llegó a la NBA con 22 años, ha jugado dos temporadas en Portland, media en Charlotte, una en Memphis, dos en Minnesota y las tres últimas en New Orleans. Jugador muy comprometido en defensa, no muy talentoso en ataque, pero a la vez muy necesario para dar ese empuje al equipo. Muy atento al rebote y un decente tirador de tres.
La última temporada con los Pelicans promedió en 66 partidos, 25 minutos, 6.6 puntos y 4.2 rebotes, con casi un 40% en triples.