Como cada pretemporada en la NBA, algunas franquicias aceptan el desafío que supone marchar a un país extranjero, y jugar algunos de sus partidos en localizaciones distribuidas por el territorio. Por ejemplo, el año pasado, los Oklahoma City Thunder hicieron eso en España. Sin embargo, los Warriors afrontan el desafío de atender compromisos promocionales y deportivos de la NBA en China, un reto agotador a nivel organizativo.
Especialmente complicado ha resultado el proceso de gestión del desplazamiento de la plantilla de los dubs al continente asiático. La organización no pudo cuadrar a todos sus jugadores en un mismo vuelo, y la diferencia en los tiempos de llegada ha retrasado el proceso de preparación del equipo. Sobre ello habló Eric Housen, el «hombre para todo» en la logística de los Golden State Warriors. Se ocupa de elegir el catering, de distribuir el equipaje de los jugadores, reserva de vuelos y hoteles, organizador de eventos del equipo… Pero después de todo, Housen sigue vivo:
«Ya se han producido un montón de circunstancias en este viaje que nos fueron imposibles de predecir. Hubo un montón de gente trabajando en ello, pero lo más importante es que hemos llegado sanos y salvos«
Para empezar, el equipo no llegó de una sola vez, pues un problema con el pasaporte de Kevin Durant lo obligó a irse en un vuelo comercial horas más tarde de la salida del equipo. Ya en China, la diferencia horaria resultó devastadora para los jugadores, y Kerr decidió convocar una sesión opcional de entrenamiento, a la que acudieron 9 de los 18 jugadores disponibles. En sus siete eventos oficiales durante su estancia en China, los Warriors deberán intentar estar presentables para el comienzo de la temporada, incluyendo dos tests contra los Minnesota Timberwolves.
Los campeones se preparan ante una dura temporada, donde los movimientos de los demás equipos cambian el camino llano que a finales de la temporada pasada se antojaba para los Golden State Warriors. A día de hoy siguen siendo los favoritos y por mucho, pero bien saben los chicos de Steve Kerr que deberán sudar la camiseta, tal y como lo hacen desde sus oficinas para planificar el viaje a China, para poder revalidar su título de campeón por segundo año consecutivo, el tercero en cuatro años.