Cuando Bogdan Bogdanovic hace un par de semanas anotó la canasta ganadora de sus Sacramento Kings frente a los campeones Golden State Warriors sobre la bocina, yo francamente no me sorprendí para nada, porque sé que el serbio tiene en su ADN estas genialidades.
Llevaba dos temporadas siguiendo desde cerca su trayectoria en el Fenerbahçe de Estambul y también en la selección de Serbia y, como se suele decir, “el roce hace el cariño”… Pues le cogí mucho cariño a este escolta con carita de niño bueno que parece que nunca ha roto un plato en su vida, pero con unas capacidades de mantener la sangre fría cuando la pelota se hace más caliente y de anotar canastas decisivas y ganadoras con una naturalidad increíble.
Me hizo muchísima gracia que los propios Kings, en ocasión del game-winner frente a los Warriors, sacasen un vídeo con tres buzzer-beater anotados por Bogdan Bogdanovic con la camiseta del Fenerbahçe comentando que “esto del clutch no es nada nuevo para el serbio”. Y es que… ¡me acuerdo de todos y cada uno de aquellos partidos! Es más, lo había comentado en un artículo que escribí para la página web italiana BasketItaly. Cuando Bogdan realizó el tercero de la serie en pocos meses, todos en la temporada 2015-16, fue cuando personalmente caí a sus pies y me convertí a su religión… Bogdan entró en mi personal clasificación de jugadores favoritos (donde hay más bien italianos, serbios y un montenegrino) y le seguí la senda en todos los partidos: campeonato y más competiciones nacionales turcas con el Fenerbahçe y Euroliga, EuroBasket con Serbia y ahora el salto a la NBA con los Sacramento Kings.
Desde luego era de las que apostaba por Bogdan, considerando que estuviera más que listo para poder competir en la máxima competición de baloncesto del mundo. Físicamente lo veía muy fuerte, preparado, y mentalmente también. De hecho, tras un normal periodo de adaptación, Bogdanovic encontró sus sitios en las rotaciones, enseñó algún que otro destello de calidad, y las cosas le están yendo bastante bien en California. 9.5 puntos, 2.2 rebotes y 2.2 asistencias en 23.7 minutos por partido (22 partidos, 10 de los cuales jugador como titular): esto es lo que certifica Basketball Reference.
Pero hay cosas que van más allá de la simple estadística. Es que, por ejemplo, el factor “clutch” es difícil de medir. Sí, vale, con las estadísticas avanzadas se pueden sacar números de cuanto anota un jugador por ejemplo en el transcurso del último minuto, pero aún no hay parámetros que “digitalicen” la importancia de un partido para medir cuánto determinante puede llegar a ser una canasta.
Volviendo a los tres triples sobre la bocina de Bogdan Bogdanovic con la camiseta del Fenerbahçe en los primeros meses de 2016 de los cuales hablamos arriba, ¡uno de ellos valió una copa! Sí, la armada entrenada por otro serbio, la leyenda Zeljko Obradovic, ganó aquella Copa de Turquía gracias a un game-winner desde más allá del arco de Bogdan en la final frente al Darussafaka Dogus. Otro, el que anotó frente al Türk Telekom en un partido de campeonato, me acuerdo que me hizo levantar del sofá, porque me pareció alucinante: Bogdan no estaba siendo muy acertado, había fallado como 7 intentos de triples anteriormente; pero llega la pelota decisiva, la que vale una victoria y… va ¡y la mete! Cómo si fuera la cosa más natural del mundo, ¡cómo si saliera a comprar pan!
La temporada pasada el aporte de Bogdan Bogdanovic también fue determinante de cara a la primera Euroliga ganada por el Fenerbahçe. El escolta estuvo apartado más de tres meses por un esguince de tobillo, y también por eso su equipo no había empezado la regular-season de la mejor manera, clasificándose para los Playoffs de la máxima competición europea sin ser cabeza de serie. Pero, una vez más: partidos importantes y decisivos, y el mejor Bogdanovic en los tres partidos contra el Panathinaikos, y luego el serbio de repitió en la Final-Four.
Este verano en el EuroBasket asistimos a más de lo mismo. Serbia llegaba muy mermada a la cita, sin varias de sus estrellas (Nikola Jokic y Milos Teodosic entre otros), pero Bogdan Bogdanovic cogió a su selección por manos, siendo el auténtico líder del conjunto balcánico y llevándolo hacia la meritoria medalla de plata. Recordemos por ejemplo su enorme prestación en la semifinal contra Rusia, en la cual todos los balones importantes pasaban por sus manos y acababan en la canasta.
Con 25 años y tras haberlo ganado absolutamente todo en Europa, el jugador decidió emprender el camino de la NBA, buscando nuevos desafíos. Esta temporada está claro que su objetivo es él de cuajar con la mentalidad del baloncesto estadounidense, pero Bogdan Bogdanovic no es de estos jugadores que en los próximos años se va a conformar con estar ahí, meter canastas sin más para cobrar su muy buen sueldo… Bogdan Bogdanovic es un ganador, tiene madera de líder. Basta pensar que su cuenta Twitter es @LeaderOfHorde, cogiendo el nombre de la popular saga de videojuegos WarCraft: una guía, un paladín…
Quizás es un poco arriesgado y precipitado, pero creo que el serbio podría ser realmente el jugador ideal para conducir a la “banda” Sacramento Kings y ayudar al conjunto californiano a remontar el vuelo y convertirse en un equipo que pueda luchar para los Playoffs y alcanzar el estatus de contender en el futuro.
A mi también me gusta mucho este jugón,anda que no nos jodió en la Final Four,fue junto a Udoh el causante de nuestra bochornosa derrota en aquellas semifinales,espero que le acabe yendo bien en la NBA.