Paul Millsap está progresando día tras día después de pasar por el quirófano para la reconstrucción de los ligamentos de la muñeca izquierda. El jugador de los Denver Nuggets habló por primera vez con los medios desde la lesión, ofreciendo informaciones de primera mano acerca de su proceso de recuperación.
“Estoy trabajando muy duro,” – comentó el jugador – “aún no puedo decir cuando volveré, pero espero que sea pronto. Veo que el rango me movimiento de mis dedos está progresando. El dolor se está suavizando un poco, aunque sé que es un proceso que requiere su tiempo y no tiene sentido acelerarlo. Pues me tomaré el tiempo que haga falta”.
El coach de la franquicia de Colorado Michael Malone piensa que lo más pronto que pueda volver Paul Millsap a la cancha sea tras el All-Star Break.
“En el mejor de los casos creo que vuelva tras el All-Star,” – confirmó el entrenador de los Nuggets – “si fuera antes sería estupendo, pero no vamos a adelantar el regreso arriesgando”.
El ala-pívot se lesionó pasado 19 de noviembre, durante el primer cuarto del partido perdido frente a Los Angeles Lakers; el jugador de 32 años siguió en la cancha pese al dolor, para luego abandonar definitivamente el encuentro a la media parte. Millsap comentó que perdió movilidad en la mano debido a la lesión.
Los Nuggets no anunciaron una fecha prevista de vuelta tras la operación del pasado 26 de noviembre, tan solo comunicaron que el jugador se habría quedado fuera “varios meses” y que el tiempo de recuperación dependería del proceso de rehabilitación. Si se confirman los tres meses de baja, Paul Millsap podría volver a la cancha el 23 de febrero para el partido frente a los San Antonio Spurs, el primero después del All-Star, y en total se habría perdido 42 encuentros.
El jugador comunicó que los próximos pasos de su rehabilitación serán mejorar la movilidad de los dedos y empezar a volver a fortalecer los músculos del brazo implicado, que han perdido masa, al no ser utilizados. Paul Millsap es un jugador que, durante su larga carrera en la NBA, ha brillado por un estado físico excelente y nunca tuvo lesiones graves. La temporada en la cual jugó menos fue la 2011-12, en la cual disputó 69 partidos.
“Esta es la peor lesión que me haya ocurrido jamás,” – constató desconsolado el jugador.
La lesión llegó en un mal momento para los Nuggets, que luego tuvieron que renunciar también a Nikola Jokic por un par de semanas, y el juego defensivo del equipo se vio afectado.
“Estaba justo empezando a sentirme realmente bien en el juego del equipo y el equipo estaba aprendiendo a jugar conmigo cuando me hice daño,” – comentó Paul Millsap – “estábamos encontrando el justo balance entre defensa y ataque. Pero hay que mirar el lado positivo: mi ausencia ha permitido que otros jugadores diesen un paso adelante”.
Tras pasar las primeras semanas viendo a sus compañeros jugar por la televisión, el jugador volvió a agregarse al equipo en ocasión de la victoria de Detroit.
“Viendo los partidos desde casa confieso que me deprimí un poco,” – comentó el ala-pívot – “quise enseñar mi apoyo y soporte y sentirme parte del grupo otra vez. El equipo parece diferente ahora: los chicos juegan con mucha energía, lo dan todo para ganar y a ver si seguimos por el buen camino”.
“Para Paul Millsap ha sido importante volver a entrar en el vestuario,” – comentó Michael Malone – “cuando uno sufre una lesión grave que le mantiene apartado del juego por varios meses es importante que siga sintiéndose parte del equipo; creo que él necesita sentir el apoyo constante del grupo. Tenemos varios jugadores jóvenes y también veteranos que respetan mucho a Paul, así que su presencia y sus consejos siguen siendo importantes. Igual ahora no nos puede ayudar en la cancha, pero lo puede hacer igualmente a través de su sabiduría, consejos y palabras alentadoras”.
Paul Millsap ha sido uno de los líderes del vestuario desde que aterrizó en los Denver Nuggets, con lo cual sigue aportando su papel fuera de la cancha, aunque confesó que ver los partidos desde el banquillo lo hacer ponerse más nervioso que jugándolos desde dentro.
“Saber que no puedo hacer nada para ayudar a mis compañeros en la cancha es lo peor,” – concluyó Millsap – “pero por lo menos espero aportar mi granito de arena con mi presencia y mis palabras de ánimo”.
Una pena enorme por Millsap. En Utah siempre trabajó duro (porqué lo dejaron ir!!!) y eso lo convirtió en favorito en Salt Lake City y en todos los equipos en que ha estado. Ojalá vuelva plenamente recuperado, porque, por lo expresado en la nota y por lo que se sabía, la lesión que lo aqueja es tremenda.
No dramaticemos, hay lesiones mucho peores.
Respecto a por qué se va de UTAH tú mismo….. con FAVORS; KANTER y GOBERT en la recamara alguien sobraba. Para mi hicieron lo correcto, aunque después los que opinabamos que el de Georgia se iba a comer el mundo nos quedamos a medio camino…..
Como siempre gran artículo LAURA!!!!!!! aportando basket e información!!!!