Posiblemente estemos delante de una de las mayores amistades de la historia del baloncesto. Magic Johnson e Isiah Thomas, dos de los mejores bases de la historia del baloncesto, que una vez fueron mas uña y carne que absolutamente nadie en esta NBA. Un amor ininterrumpido por mil y un equívocos, como podría pasarnos a mi o a ti, ese que me esta leyendo buscando explicaciones del pasado.
Magic e Isiah fueron los líderes de dos de los mejores equipos de la década de los 80, dos equipos campeones, y rivales, que mientras se pegaban por ganar anillos, fueron gestando la mayor relación de amistad en esta década de baloncesto. Entre medias, unas cuantas finales, que hacían crecer la leyenda de sus franquicias, pero que también, hicieron que se deteriorase su relación de amistad.
Pero como en toda gran historia, llegaría el suceso, ese acontecimiento que marca el devenir de dos vidas unidas, muy fuertemente, hasta ese momento. Magic Johnson anunciaba que era portador del VIH, y que se retiraba del deporte en activo. Y él que en un principio fue su mayor apoyo, convirtiéndose en su gran aliado, Isiah Thomas, acabó convirtiéndose en su mayor pesadilla.
Nada nos hacía pensar en el Allstar de 1992, partido de las estrellas que homenajeo a un Magic Johnson que jugaba su primer partido desde su retirada, y con VIH, lo que iba pasar después. Isiah se comportaba como un auténtico amigo, siempre preocupado por Magic, siempre por y para él, siempre su confidente, siempre de su mano, siempre más que un amigo, casi un hermano.
Pero de repente, el maldito desenlace. Llegaron los rumores, esos que decían que Isiah Thomas a las espaldas de Magic jugaba con las dudas de la sexualidad de su amigo. Habría que explicar, que en esos primeros momentos del SIDA en la sociedad americana, la enfermedad se relacionaba con el entorno mas Gay, e Isiah, o los que movieron el rumor, tiraron por el camino más corto, y mas rastrero posible.
Desde entonces, Magic rompió con Isiah, tanto, que lo convirtió en su archienemigo. Así fue como le vetó en el Dream Team de Barcelona ’92, y es que, Isiah era el elegido como segundo base, al final, iría otra leyenda, John Stockton. De la mano de Magic, pero también de Michael Jordan y Scottie Pippen, otros sufridores de las malas artes de Isiah, la puerta se cerró para el líder de los Pistons, a un viaje que todos recordaremos por siempre.
Lo que vino después fueron 25 años de enemistad irreconciliable, o eso pensábamos todos, hasta que la magia de la televisión unió lo que parecía profundamente roto. Magic e Isiah se sentaron, delante de todos, se pidieron perdón, delante de todos, y volvieron a ser hermanos, como una vez lo fueron en los eternos 80. Lo sellaron entre llantos, un buen puñado de sinceridad, un abrazo eterno y estas palabras de Magic Johnson que cerraban su enemistad:
“Déjame decirte que este ha sido un día tremendo. Mi mujer, mi padre, mi madre me decían que tenía que volver a sentarme contigo. Así que cuando me llamaron no tuve dudas y dije ‘vamos a hacer esto’. Así que sentarme frente a ti y poder revivir esos momentos de diversión, excelencia, de trabajo duro, de soñar a lo grande. ¿Quién se sienta a los 19 o 21 soñando con cosas que queríamos hacer? Y ahora estamos aquí haciéndolo. Eres mi hermano, así que déjame pedirte perdón si te he hecho daño y por no haber podido estar juntos. Dios es bueno por reunirnos otra vez”.
Así, Magic e Isiah volvían a ser amigos, dándonos a todos una lección de humanidad. Nunca dejéis que un maldito malentendido, destroce lo que ni el paso del tiempo ha podido destrozar. Sinceramente, no merece la pena.