Dallas Mavericks 2018-19: Bienvenidos a Hype Street

Luka Doncic, su máximo estandarte

Los Dallas Mavericks comienzan este año una de las temporadas más ilusionantes de su historia reciente. Con ya un proyecto de futuro encarrilado, un par de piezas que son capaces de aportar desde el primer momento y, sobre todo, una idea definida de cuáles son los objetivos a corto y medio plazo, Mark Cuban parece haber dado ya con la tecla acerca de formar, otra vez, un equipo capacitado para ganar en unos años. Bienvenidos, de nuevo, a otra previa de temporada más; la de los Dallas Mavericks.

La necesidad de un “macho alfa”

Uno de los problemas con los que Rick Carlise tendrá que lidiar esta temporada será el problema del liderazgo. Los Mavericks tienen mucho talento íntegro en la plantilla, pero aún no hay ningún jugador que destaque sobre el resto para liderar el proyecto a corto plazo, el plazo suficiente como para que los jóvenes asuman galones y se asienten como jugadores más formados. Si nuestro baremo fuera el talento ofensivo, está claro que Harrison Barnes será el jugador que marque diferencias estas dos próximas temporadas. Sin embargo, si hablamos de experiencia y solidez en la NBA, podríamos decir que ese papel de jugador diferencial recaerá en DeAndre Jordan, ya todo un veterano en la competición. Y si nos referimos a liderazgo, la elección es clara; al igual que los últimos 20 años, es Dirk Nowitzki ese macho alfa.

No podemos ponerle nombre al líder de los Dallas Mavericks antes de que empiece la temporada. Sabemos que el líder anímico es Dirk, el líder anotador es Harrison Barnes y DeAndre Jordan llega para aportar en muchas facetas del juego, pero no hay una cabeza de proyecto clara, a pesar de que sí que existe una cabeza mediática a la que Mark Cuban va a poder aferrarse a lo largo de esta temporada: Luka Doncic.

Luka Doncic, mucho por demostrar

Luka Doncic, dispuesto a demostrar lo que vale. Fuente: Gigantes del Basket

Que sí, que aún hay que verle jugando en la NBA. Que sí, que aún es muy joven y hay que dejarle adaptarse a una competición mucho más física y más rápida que en Europa. Que sí, que aún le faltan muchas cosas. Pero lo que está claro es que, a parte de llegar muchísimo más preparado que todos sus compañeros de este Draft, el MVP de la ACB y de la Euroliga es la atracción más fuerte que los Dallas Mavericks tienen para esta temporada. Y con razón, vaya. “Wonder Boy”, como nos hemos acostumbrado ya a llamarle en España, llega a Estados Unidos para intentar demostrar que es más que un talento en ligas europeas, que tiene nivel NBA y que hará carrera como algo más que un jugador de rol.

En Dallas va a estar cómodo, pues le ofrece una situación que pocos equipos el TOP-10 del Draft le ofrecían. Un proyecto joven, que tiene como prioridad desarrollar a sus talentos más jóvenes, pero a su vez afronta la temporada con una mentalidad ganadora. Es decir, no recala en una franquicia que se encuentre en situación de “tanking”, algo que encaja perfectamente con su situación; necesita pulir algunos aspectos de su juego para convertirse en alguien importante en la mejor liga del mundo, pero no tendrá que aguantar una o dos temporadas perdiendo más partidos de la cuenta, algo que no es beneficioso en ningún caso, y menos llegando de ganar Euroliga y ACB con el Real Madrid. Es por ello que los Mavericks eran uno de los mejores parajes para el esloveno.

A su lado tendrá a otro jugador joven que apunta muy alto; Dennis Smith JR. Explosivo, con primer paso y verticalidad, es justo el fit perfecto para Luka, complementando perfectamente los aspectos físicos en los que todavía no se ha focalizado al no haberlo requerido en Europa para competir. Se espera DSJR parta desde el inicio como base titular, algo que liberará a Luka de defender a jugadores más rápidos que él. Y tampoco tendrá que defender aleros, eso será tarea de Harrison Barnes. El esloveno alternará en la posición de escolta, aunque tras las últimas informaciones, hemos podido conocer que también frecuentará mucho la posición de cuatro, experimento que será probado en la pretemporada y, que de salir bien, sería otra propuesta de valor más para los tejanos.

Además, no va a estar “sólo” este año. La conexión con Dirk Nowitzki esta temporada va a ser crucial para el porvenir de su carrera. No sólo porque Dirk ya es una leyenda en el baloncesto americano, sino por todos los paralelismos que existen entre ellos; los dos son jugadores formados en Europa, muy técnicos, poco explosivos y físicamente inferiores en comparación con la zona media de la NBA. Dirk tendrá el duro papel de acompañar a Luka Doncic en este su primer año, de ayudarle a canalizar todas las emociones que puedan despertarle y de hacerle también, por qué no, mejor jugador de lo que ya es.

El sistema defensivo

Todo el mundo está hablando de ese potencial ofensivo del que los Mavs gozan este año con Dennis Smith, Luka Doncic, Harrison Barnes y Dirk Nowitzki, pero… ¿Nadie se ha puesto a pensar de todo lo que da de sí la plantilla en cuanto a la defensa se refiere?

Parece algo de cajón. Con la adicción de DeAndre Jordan, más las cualidades tanto físicas como técnicas que posee Harrison Barnes y un poco de ayuda de los jugadores que conforman el núcleo de alrededor, es lógico que se presuponga que la defensa del equipo mejore significativamente respecto al año anterior y suba de esa posición de mitad de tabla en la que se encontró.

Los Mavericks, con la mirada al frente. Fuente: Gigantes del Basket

Por lo pronto, los Mavs cuentan con dos de los factores más importantes con los que tiene que contar una defensa de calidad; un rim protector de nivel y un alero físico que pueda defender diferentes posiciones. Concretamente, Rick Carlise cuenta este año entre sus filas con un TOP-5 protectores de aro en la NBA y con Harrison Barnes, que al igual que puede defender aleros también puede defender a la mayoría de los cuatros de la competición (quitando jugadores como Anthony Davis, y demás superclases en este puesto). Con ellos dos, el núcleo defensivo queda como uno de los mejores de la liga, y más en los tiempos que corren. Más que hablar de núcleo, a lo que nos queremos referir es a algo más espacial; hablamos de eje defensivo.

Que Jordan y Barnes se encarguen de marcar un eje defensivo de calidad cobra una alta importancia de cara a los cambios defensivos y a las ayudas de los otros tres integrantes del quinteto. No sabemos con que nivel defensivo llegará Luka Doncic desde Europa y si tardará o no en adaptarse a las exigencias físicas de la NBA, pero lo que sí sabemos es que Dirk Nowitzki no es un gran defensor ni nunca lo ha sido, que Wesley Mathews ya no es ese defensor que era unas temporadas atrás, que JJ Barea nunca ha destacado por un rocoso nivel defensivo y que la defensa de Dennis Smith JR aún necesita tiempo de cocción en las próximas temporadas. Para ser más claros, los jugadores que rodean a estas dos bestias están muy lejos de ser piezas defensivas de calidad.

¿Qué tiene que pasar entonces para que todo ese potencial atrás se materialice? El objetivo es minimizar las responsabilidades del joven backcourt en cuanto a defensa en 1vs1. Si bien hemos visto este año que lo de DSJR es algo más un problema de actitud que de aptitud y no sabemos lo que dará de sí Doncic, lo más importante es convertir a estos dos en meros punteadores en la defensa, en meras extensiones móviles que acudan a las ayudas. DeAndre y Barnes son, como hemos comentado antes, ese eje en el que se establece la defensa para mantener la corrección posicional y evitar desajustes, mientras que los demás integrantes del quinteto tienen que hacer el esfuerzo para llegar a puntear los tiros exteriores, tarea fácil para empezar a forjarse en el aspecto defensivo y no tener mucha responsabilidad en el sistema de inicio. Sobre todo, esto es enfocado a Luka, que no está preparado ni técnica ni físicamente para hacerlo.

¿Luka Doncic de 4?

Suena complicado. Ejecutarlo puede ser incluso más difícil todavía. Pero es que el resultado puede ser increíble.

A priori, lo primero que se nos viene a la cabeza al pensar en esta idea es que, tal y como está la NBA y para los tiempos que corren, esta alternativa sería un golpe sobre la mesa ofensivamente hablando. De pronto, tienes a un equipo que juega con un base-escolta en la posición de ala-pívot, que aparte de añadir otro organizador de juego más, te permite en algunos momentos del partido tener cinco tiradores sobre la cancha, con cuatro “bajitos”; DSJ, Wesley Matthews o JJ Barea en el puesto de dos, Harrison Barnes, el propio Luka y Maxi Kleber o Dirk Nowitzki en el puesto de cinco. Pero es que, en cualquier caso, los Mavericks tienen multitud de posibilidades en las tres posiciones del backcourt (si tenemos en cuenta la posición de alero desde un punto de vista exterior); Dennis Smith JR, Wesley Matthews, JJ Barea, Devin Harris, Dorian Finney Smith, Harrison Barnes… Para que nos entendamos, si hay algún equipo que puede aprovecharse de estas ventajas que nos brinda el small-ball, ese equipo son los Dallas Mavericks.

Y no sólo por la capacidad que existe para jugar con cinco abiertos o por jugar con cuatro “bajitos”, sino también por la capacidad de incluir a DeAndre Jordan en un sistema con cuatro jugadores de poca altura, con todo lo que conlleva; atletismo, hueco suficiente en la pintura para que el center recoja los rebotes ofensivos, un quinteto móvil a pesar de la altura de DJ…

Todo indica a que un sistema con Luka Doncic de ala-pívot podría ser benefactorio, aunque en Dallas aún existe mucho trabajo para poder materializar esto.

¿Luka de PF? Fuente: Antena 3

Luchar y comenzar a ganar

Los Dallas Mavericks ya no tienen que perder. El núcleo de talento ya está formado, ya no hay necesidad de permanecer en la zona baja de la tabla del Oeste. No sabemos todavía si esta plantilla tiene nivel para luchar por esa octava plaza, pero se presume con muchas posibilidades que los de Cuban estén buena parte de la temporada dando guerra a esos equipos que si luchan por esa posición. Para Dallas, pensando fríamente, aún queda un añito más para pensar en jugar la post-temporada.

El comienzo es este año. En una dinámica ganadora, lo jóvenes van a poder desarrollar mejor todo su potencial y los jugadores ya formados no se van a frustrar por tener que conseguir más elecciones de Draft a base de derrotas. Porque en Dallas ya han echado el lazo a un proyecto de presente y de futuro, porque en Dallas el objetivo no es ni los Playoffs ni el Draft; el objetivo es ganar lo máximo que se pueda.