OPINIÓN | Los 5 beneficiados de este MundoBasket 2019
Desde la Generación Dorada 2.0 hasta una pequeña reflexión final
Si de algo ha ido este Mundial es de sorpresas. De narrativas que parecían terminadas que al final han logrado imponerse, y de narrativas que parecían muy benefactoras que no han podido consumar el éxito y se han quedado por el camino. Para los que tenemos sentido histórico, y nos gustan las buenas historias, China 2019 nos ha dejado un inmenso sabor de boca. Intentar recogerlas todas, si tengo que ser sincero, me ha costado lo suyo, pero finalmente he conseguido ordenarlas. Con la máxima subjetividad posible, evidentemente, el pie del que más cojeo, y del que más orgulloso me siento de cojear. Estas son las cinco historias, ordenadas, que más beneficiadas salen del MundoBasket 2019.
5. Selección Argentina
Para empezar, plato ligerito. La Selección Argentina no estaba muerta, pero ni mucho menos ha estado de parranda. La parranda, más bien, nos la han ofrecido ellos. ¡Qué bueno que vinisteis! ¡Y cómo habéis jugado, capullos!
Argentina ha vuelto a demostrar que sus credenciales no tienen nada que envidiar a ninguna selección. Pero además, lo ha hecho con el sentido narrativo que tiene emular a esa Generación Dorada, y hacerlo de la mano del que fuera uno de los líderes de dicha generación. Creo que hasta podemos hablar ya de una Generación Dorada 2.0, y que en los próximos años va a dar mucha guerra. No sólo no había casi nadie que pudiera pensar que serían finalistas, sino que casi nadie podía pensar en que pudieran pasar más allá de cuartos de final. Ni qué decir tiene que era impensable hacerlo tirando por el camino equipos como Serbia o Francia, los últimos habiendo ganado a Estados Unidos. Es muy complicado pensar en un hilo discursivo mejor para su torneo, independientemente de lo que ha pasado en la final.
Mención a parte para Sergio Hernández, por cierto. Para mí, el artífice de todo esto. Ha sabido desde el primer momento la clase de equipo que tenía, y ha sabido exprimirlo al máximo.
Sergio Hernández, DT de la selección de básquetbol de Argentina, tiene muy claro el concepto.
"No se disfruta por que se gana, se gana por que se disfruta" pic.twitter.com/W4aqhVnlB4
— Sebastian Machado (@Sebas_Machado) September 14, 2019
4. Víctor Claver
Cuánto ha tenido que aguantar este jugador a lo largo de los años, por Dios. ¿Que podía haber sido mejor de lo que es? ¿Que su potencial era más alto? Como todo, siempre se puede hacer más. ¿Que este jugador se ha ganado a pulso cada logro en este tiempo? Ni qué decir tiene. El problema, y aquí voy a sufrir la gota gorda para autocensurarme, es que vivimos en un país sensacionalista, que se queda en la superficie y no se esfuerza por tener un mínimo de conocimiento acerca de lo que opina. Vaya, bonito eufemismo de cuñado que acabo de sacar.
Víctor Claver, don Víctor Claver. Los que hemos creído en él sabemos de lo que era capaz, y espero que los que no creían tengan este Mundial como referencia al hablar a partir de ahora. Pero no sólo su Mundial; su EuroBasket 2015, sus últimas temporadas en Barcelona… ¿Cuántos jugadores pueden secar en el mismo torneo a Danilo Gallinari, Nemanja Bjelica y Joe Ingles? Spoiler: muy pocos. Encima, sin renunciar nunca a ninguna convocatoria, ni emitir ni una sola mala palabra. A base de trabajo, silencioso pero decisivo, se hace imprescindible para todos sus entrenadores. Es de ley que esté en este TOP-5, y es de ley también que se empiece le empiece a devolver todo lo que se le ha ido quitando.
3. Patty Mills
Ya un clásico. Patty Mills se ha quedado este año a un tiro libre de jugar la final y, probablemente, de haberse llevado el MVP. No ha sido así, y no ha conseguido llevar a Australia a lo más alto. Pero lo que sí que ha conseguido es, como todos los años, ser un muy digno líder del grupo. Y como todos los años, se va de la competición valiendo mucho más de lo que valía antes de empezar.
Me habría parecido justo que hubiera estado en el quinteto inicial, por lo menos, pero entiendo que se haya querido premiar a Bogdan Bogdanovic y a Evan Fournier por encima, al serbio por ser líder de anotación del torneo y al francés por el bronce. Sin embargo, el bueno de Mills no se quedaba corto: con 22,8 puntos (sólo a 0,1 del alero de los Kings), 2,3 rebotes, 3,9 asistencias, los últimos cuartos de Francia y España a pesar de la derrota y el condicionamiento defensivo que han supuesto para los rivales sus minutos en pista. Todo ello, para volver a estar encadenado esta temporada en el puesto de base en San Antonio.
Mills es de esos jugadores que llegan a competiciones FIBA y les cambia la cara por completo, como les pasa a tantos y tantos anotadores que sacan su mejor yo cuando están liberados, corriendo por toda la pista y jugando con espacios. Este Mundial ha ratificado lo que ya se sabía desde Río 2016; sin balón, este jugador es mortal.
2. Ricky Rubio
Siempre he pensado que es de ley que, en los quintetos ideales de las competiciones, haya por lo menos dos jugadores del equipo campeón. Siempre lo he defendido, no me pregunten porqué. Supongo que, si te has acabado haciendo con el campeonato, es porque has hecho algo más que los otros equipos, así que debes ser reconocido como tal. Y esto es precisamente lo que voy a hacer en este artículo, utilizar este argumento para incluir al mejor jugador del torneo en esta pequeña y humilde compilación; Ricky Rubio.
Al fin de cuentas, ha sido el MVP, lo que quiere decir que no hay jugador que haya salido de este MundoBasket más beneficiado que él. Lo mismo que su compañero Víctor, con todo lo que lleva detrás, con todo lo que ha pasado y todo lo que representa Ricky Rubio para el deporte español, este triunfo es importantísimo para él. Ya no para su carrera, sino para él como individuo. No me quiero ni imaginar lo que debe de estar pasando por su cabeza, más allá de declaraciones. Es que pocos momentos se me ocurren más felices que dedicarle a tu madre, la persona a la que más quieres y que te ha dejado antes de tiempo, el torneo en el que has sido MVP y en el que has alcanzado tu mejor versión como profesional. Me parece sumamente difícil encontrar otro momento más feliz que ese, y se me ocurre muy poca gente que merezca un momento así más que él.
Si este es el Ricky que nos espera para estos próximos 4-5 años, no quiero ni imaginar lo que se nos viene encima. A nosotros, y al propio Ricky. ¡Cómo vamos a disfrutar!
1. El baloncesto FIBA
Sólo hay que pararse a ver lo que ha dicho Kobe Bryant. Sólo hay que pararse a ver la repercusión que ha tenido este Mundial en todo el país. Sólo hay que pararse a ver cómo EEUU y Serbia no han podido ni jugar las semifinales. Simplemente, sólo hay que pararse a ver cualquiera de los partidos calientes (y no tan calientes) para darse cuenta que el baloncesto FIBA es el mayor beneficiado de todo esto.
No la FIBA, ojo. No se me malinterprete. La FIBA tiene muchísimas sobre las que reflexionar, empezando por las Ventanas y acabando por los árbitros. Pero como no estamos aquí para hablar de decepciones, sino de todo lo contrario, no vamos a indagar más en esto.
Porque aquí, de lo que tenemos que hablar, y de lo que cada vez se va a hablar más, es de baloncesto FIBA. De un baloncesto FIBA que cada vez está más lejos de lo que era hace 30 años. El crecimiento ha sido constante a lo largo de este periodo de tiempo, y ahora es cuando estamos recogiendo los primeros beneficios. Más allá del resultado, creo que pocas veces se ha visto una selección como Serbia, tan cercana a EEUU en cuanto a plantilla, o pocas veces hemos tenido figuras tan importantes disputando el torneo. Cada evento que pasa, el basket más allá de Estados Unidos da un pasito más, y en concreto este año ha dado un paso de gigante. Los Giannis, Rickys, Marcs y Jokics recogen el testigo que los Paus, Dirks, Mings y Ginobilis han dejado, que a su vez lo cogieron de otros, que a su vez lo cogieron de otros…
Este MundoBasket 2019 va a suponer dos cosas; la primera, que el Dream Team de USA del año que viene va a ser estratosférico. Y la segunda, que los demás equipos se van a hacer cada vez más y más competitivos. De lo segundo, desde luego, los que más nos vamos a beneficiar somos nosotros.