Inventario de los Detroit Pistons pre-Draft

Desempolvamos la caja de juguetes de los Detroit Pistons

No nos vamos a engañar, otro año, misma historia. Que si reconstrucción, que si PlayOffs, que si los jóvenes ya están para dar el paso adelante, que si tenemos una gran estrella que ayuda a los nuevos y que tira del carro cada noche y demás palabrería para que al final llegue abril, decimoterceros de conferencia, tres jugadores clave lesionados, un banquillo de temporeros que ya van buscando destino para el año que viene y la mirada puesta en un pick que no es ni muy alto, ni muy bajo. Todo para que nos ilusionemos lo justo como para aspirar a un octavo puesto de PlayOffs mientras las estrellas envejecen y a los rookies les llega el momento de renovar.  La década de los Pistons se ha resumido en la era de Stuckey, de Monroe, de Drummond y de Griffin. Y si os digo que la que más disfruté fue la de Stuckey vais a ver el nivel de pasividad y calma interna que he desarrollado. Los Pistons abren década situada en la  esperanza sin oposición, ya que el contrario es la nada y nosotros preferimos el ostracismo con una luz tenue en el horizonte, que se aleja a la misma velocidad con la que avanzamos, aunque a veces se despista y nosotros aprovechamos para encender una chispa en la mirada que acabará por difuminarse cuando más cerca estamos de armar por fin un equipo candidato al anillo.

Hace mucho que no vemos nada de los Pistons. Normalmente buscamos lista de playas por abril para volver en julio a ver a la chavalada y las caras nuevas no reconocidas, pero esta vez, a tenor de la excepcionalidad, solo hemos tenido unas declaraciones de Kennard sobre que ahora mismo es el jugador que más tiempo lleva en la plantilla y unos vídeos sobre el progreso de Doumbouya, uno de los motivos para sintonizar un Charlotte – Detroit a las 2:00 de la madrugada. En este artículo recordaremos todo lo que tiene Detroit criogenizado en su armario, lo sacaremos, le quitaremos el polvo y evaluaremos si pueden continuar la siguiente temporada o si por el contrario son carne de traspaso o despido.

Bases

Derrick Rose: 32 años recién cumplido y su últma temporada de un contrato de 7,5 millones por temporada a razón de dos campañas. Una inversión que se ha saldado con éxito rotundo ya que el base fue de las pocas cosas que alegraron la vista de los seguidores de los Pistons el año pasado. Con un físico óptimo para sus años e historial y una toma de decisiones mayormente acertadas (que fue disminuyendo con su abandono de la media distancia y abono al triple), Rose fue el motor del banquillo.

Este año de Rose es la gran prueba para las nuevas y remodeladas oficinas de los Pistons (recordemos que Troy Weaver, ex Thunder, es el nuevo GM de los Pistons y ha recolectado personal para cada posición de las oficinas). Rose es todavía un activo valioso para el traspaso, y podría salir esta offseason o en la trade deadline si surge la ocasión. Su contrato lo hace libre en verano, y ver a un jugador que rinde y que tiene cartel marcharse con un gracias y adiós nunca es agradable. La Motown no espera gran cosa durante esta nueva temporada, y puede que ver a Rose gastar un año luchando por el 9º puesto de l Este no sea la mejor forma de aprovecharle.

Brandon Knight: Cuando los Pistons le escogieron en el Draft me gustó mucho. ¿Un base alto, con músculo, que podía progresar y se entendía bien con Monroe? Aseguraos que ni se le pasa por la cabeza mirar a otros equipos. Después lo traspasaron y su carrera se fue a pique, con malas decisiones y lesiones desafortunadas. Ya casi con el cartel de fracaso, los Pistons le repescaron de los Cavs y, la verdad, no veo nada de lo que había en sus primeros años. Un base que vive exclusivamente del triple, que puede hacer jugar pero que da la sensación de que ante un base sólido se va a deshacer solo con la mirada de su oponente.

No sé si Casey le va a querer en el equipo, ya nada le liga a la franquicia cuando la temporada se acabe, pero Knight debe estar dispuesto a esforzarse y Casey debe tener muy poca fe en el mercado o en Bone para que Knight sea un jugador de rotación el año que viene.

Jordan Bone: Jugar a ratos y en partidos para nada trascendentes es el modo de vida de Bone. Este base que vive de su electricidad de movimiento no se ha ganado los minutos que quisiera y tiene suerte de tener un contrato de novato del cual ha hecho multitud de copias que guarda en diferentes sitios de su casa y en un punto indeterminado del desierto de Arizona en caso de que Casey quiera cerrar las puertas del gimnasio y decirle a seguridad que hay un hombre con aspecto de jugador de baloncesto que quiere colarse en las instalaciones del equipo. Es difícil para un jugador seleccionado en la posición número 57 del draft hacerse un hueco en la liga, pero la clave es marcarse un estilo propio y darlo todo en la pista, y Bone ha mostrado chispas de este aspecto.

Lo dicho, Bone tiene un contrato al que se aferra y tiene tiempo de mostrar que puede ser útil. Dependerá del training camp y del torneo que se pretende hacer con los equipos que no han hecho PlayOffs que Casey se enamore del joven base.

Escoltas

– Luke Kennard: Aquel jugador que cada cierto tiempo te acuerdas de que sigue en la plantilla, de que es bueno y que tampoco estamos tan mal. Eso sí, está a una lesión más de convertirse en un activo a traspasar. En su últimos dos años se ha perdido el equivalente a casi una temporada entera por lesiones, y es una pena, porque verle en pista alegra la vida. Un jugador listo, con tiro y pase que sabe jugar con personalidad. Cómo se ha comentado antes, Kennard, en su tercer año en  la liga, es el jugador que más tiempo lleva en el equipo, y eso no habla bien del devenir de las franquicia en los últimos años, pero por lo menos es un jugador al que se le ve integrado y comprometido con la franquicia.

Sano, Kennard es un titular en pista. Debe mejorar su defensa y consistencia, pero si todo va como debiera, el escolta de los Pistons debe ser uno de los integrantes del Big Three cogido con pinzas de la franquicia.

– Langston Galloway: La cara simpática de la franquicia, es quizás el activo para traspasar más atractivo  que ha tenido la franquicia y que nunca ha querido poner en el mercado. Escolta tirador que juega sin balón y que sabe defender saliendo de la segunda unidad, prototipo perfecto de lo que cualquier equipo busca draftear o traspasar. Galloway ha terminado su contrato con los Pistons y cuando se decida la final entre los Lakers y los Heat y se abra la agencia libre, Galloway decidirá si seguir o irse de la franquicia. Detroit le echará de menos. Su legado, aunque inconsistente, siempre ha sumado, y su papel en el banquillo y en pista siempre ha dado un impulso a sus compañeros.

Casey ha querido instaurar esta cultura, equivocada en mi opinión, de un run and gun perimetral pero con una plantilla que para nada está capacitada para hacerlo. Pese a todo, Galloway sí que puede ejercer ese papel, y su pérdida puede ser un varapalo para el entrenador de los Pistons.

– Svi Mykhailiuk: El tirador ucraniano, el escolta prototipo que parece un jugador genérico del 2K parece que convence a ciertos sectores de la hinchada Piston aunque su tozudez por lanzar más triples que tiros con un acierto poco consolidado hace de las noches de este servidor un trago amargo. Svi es el escolta especialista de bolsillo de esta era. Tirador que no ronda el 40% de acierto y que en pista apenas hace nada más. A veces se puede sacar alguna jugada del bolsillo que justifica el porqué está en una pista de baloncesto y no en circuitos de exhibición de tiro pero poco más. Como tira y mete, vale. Eso si, si jugadores como él supieran pensar en el juego y no en la matemática y ampliaran su repertorio a zonas inhóspitas de la pista como la media distancia, se darían cuenta de que si puedes lanzar desde más de un sitio los defensores dudan a la hora de defenderte, lo que produce más espacios y más oportunidades de liberarse para tirar. Pero no, o triple o barbarie y Svi quiere labrarse una carrera con sus noche de diez y muchos puntos y sus medias a final de temporada que no llegan a los dobles dígitos.

Svi tiene por delante dos años de contrato, ambos de opción de equipo, y Casey no parece querer prescindir de un jugador que encarna su filosofía de juego para estos Pistons.

– Jordan McRae: Qué decir de un jugador que en el último partido de la temporada 2015/2016 le endosó a los Pistons 36 puntos con los Cavs. Jordan McRae ha seguido el mismo camino de Christian Wood y espera hacer lo mismo que el ala pívot de la Motown, hacer una temporada que no estaba ni en sus mejores sueños y conseguir el contrato de su vida. McRae nunca ha sido un desballestado de la liga, siempre ha tenido sus momentos, pero nunca como para que un equipo quiera comprometerse con él.

Los Pistons parecen ser el destino idóneo para él. Galloway puede irse de la franquicia, y su estatura le permite jugar en el puesto de alero. Si Casey no añade nuevas incorporaciones a esta posición, cosa que debería, McRae puede tener delante suyo un año entero para demostrar su valía.

– Khyri Thomas: Poca personalidad en este escolta drafteado en segundo ronda. Prometía defensa y juego duro y lo que ha traído, por el momento, son pocos minutos y tiro exterior sin mucho sentido. Sus oportunidades han sido pocas, es cierto, así que habrá que esperar a ver si Casey le da más bola y el escolta demuestra el buen cartel que traía de la universidad.

Aleros

Bruce Brown Jr. : El Sergi Roberto del baloncesto que puede jugar dónde quiera y aunque se note que no lo hace bien, Casey sigue poniéndolo dónde haga falta porque no tiene alternativa. Bruce Brown peca de muchas cosas.

El escolta es uno de los mejores jóvenes que ha pisado la Motown en esta década, pero todavía le falta mucho para ser un jugador de un equipo serio. Casey es un buen entrenador, pero su filosofía en ataque no combina con las características de un Brown que debiera tirar menos  y desde sitios más variados y entrenar más las definiciones cerca de canasta.

Sekou Doumbouya: Grandes esperanzas en el francés. Un físico de nueva generación que ha demostrado que no está tan verde como muchos temían, después de verle mostrar cuerpo y poco más en la liga francesa. Doumbouya acabó bien la temporada y ahora está teniendo todo el tiempo del mundo para entrenar con sus compañeros. Seguramente Sekou acabrá jugando en el 4 detrás de Griffin, pero imagino que Blake, siendo jugador franquicia, no bajará de los 30 minutos en pista y que Sekou le acompañará en el alero junto a Kennard, Brown y Wood.

Sekou deberá explotar su físico mientras profundiza mucho en su técnica, que es lo que realmente empuja a un jugador de tener un físico hecho para el deporte a ser un jugador de baloncesto de pies a cabeza.

Tony Snell: Sí, sigue por aquí. El alero del que te das cuenta que está en pista porque cuentas cinco jugadores vestidos de blanco seguirá demostrando que puedes ser totalmente irrelevante jugando 20 minutos por noche. Pocos tiros, defensa de medianías y acierto de rachas, sus presencias destacables en pista pueden contarse con los dedos de las manos. No parece que vaya a cambiar, así que si queremos ver la corrección en persona, solo debemos esforzarnos mucho en seguir los movimientos de Snell en pista.

12 millones se va a embolsar el alero de los Pistons en su última temporada estipulada. Que su contrato sea expiring puede hacer fácil su traspaso, por lo que los Pistons pueden mirar de moverlo antes de la trade deadline.

Louis King: Si no eres muy de los Pistons apenas habrás visto a este alero drafteado en segunda ronda. King apenas ha tenido participación en el juego del equipo, y lo poco que se le ha vestido de corto no ha ayudado a que tengamos mucho interés en conocerle. Veremos si este año puede tener su propia línea narrativa con la que encandilar a la afición.

Ala pívots

Blake Griffin: El último año de Stan Van Gundy no fue afortunado en ningún aspecto. Otra lesión de Jackson dejó huérfano a un Drummond que quería demostrar que tenía calibre de jugador franquicia (de ese modo está cobrando), pero la falta del base titular de los Pistons lastró por completo la temporada de los Pistons y ya por efecto dominó el proyecto que Stan Van Gundy empezó a construir en 2014.

Ya con pie y medio fuera, Van Gundy quiso echar toda la carne en el asador e invirtió gran cantidad de jugadores y rondas a cambio de Blake Griffin, que se encontraba totalmente estancado en los Clippers. Pocos grandes nombres se han visto en la Motown desde que el equipo de 2004 se desmembró, y la llegada de Griffin cegó a los aficionados de los Pistons. Lo que pocos sabían es que detrás de todo ese esplendor se ocultaba una peligrosa tendencia a la lesión y un contrato que puede convertirse en un gran agujero en el límite salarial del equipo. Dicho y hecho, Griffin es claramente el mejor jugador de los Pistons y el faro que hace que el equipo se eleve a un nivel más alto, pero sus contras también lastran al conjunto. Griffin quiere iniciar, dirigir y terminar las jugadas, y con sus triples nada efectivos y su abuso de juego con balón ralentiza o acelera un juego al que le conviene que el ala pívot espere a media distancia y a partir de ahí postee, utilizando su superioridad física ante el adversario.

¿Es posible que Griffin salga de la Motown esta temporada? Su contrato duele, pero peores se han colocado durante los últimos años. Griffin debe demostrar que puede jugar 20 partidos seguidos sin dolerse de cualquier parte del cuerpo., solo entonces su juego hablará por sí mismo. Es sí, de nuevo, su contrato es terrible y lo que Casey quiere que el jugador haga en pista no hace ayuda a que su físico se conserve.

Thon Maker: Los Milwaukee Bucks le deben mucho a los Detroit Pistons. Después de regalarles a Middleton, ahora les hemos librados de Tony Snell y Thon Maker. Maker es aquel jugador que con todas tus fuerzas quieres que juegue bien pero que ves que es muy limitado en todas las facetas del juego. Es alto pero no lo utiliza a su favor, tiene envergadura pero no tapona, y tampoco defiende, ni usa su inmenso físico para intimidar. Su defensa deja muchísimo que desear, y su ataque se basa en el triple, cosa que pone de manifiesto sus carencias tácticas y de fundamentos a la hora de realizar un pick and roll o de ganarse el pan en la pintura. Cómo un jugador con un cuerpo tan versátil es relegado al tiro exterior y a las esquinas es algo que solo el baloncesto moderno puede explicar. Maker es un dolor de cabeza, pero quién sabe si con una buena orientación puede reconducirse.

Los Pistons tienen una opción de jugador para ejecutar en la temporada 2020/2021, y si el mercado no ofrece  ninguna otra alternativa, Casey podría optar por darle una nueva oportunidad a Maker.

Pívots

Christian Wood: No quiero atreverme a ponerlos en el mismo nivel todavía, pero si de algo saben en Detroit es de coger a pívots sumidos en el ostracismo y llevarlos a ser merecedores de entrar en el Hall of Fame. Bill Lambeer es un ejemplo, jugando en unos Cavs mediocres ha acabado siendo el jugador más odiado de la historia del baloncesto. Ben Wallace, por su parte, no fue drafteado y los Pistons los trajeron en un traspaso con los Magic en el que enviaron a Grant Hill, la esperanza Piston post-Bad Boys a Orlando. Una inversión sumamente atrevida que terminó en éxito rotundo.

Christian Wood ha pasado por cuatro equipos antes de recalar en Detroit, y solo en esta temporada con los Pistons, ha jugado un partido más que sumando las cuatro anteriores temporadas. La historia de superación de Wood es encomiable, y si lo que quiere es convertirse en un pívot que viene de la nada Detroit es su franquicia ideal. Lo malo, que ahora es agente libre y los periodistas empezaron a tasarlo en 80 millones de dólares debido a su gran temporada. Los Pistons deberán pensar si quieren hacer un sacrificio que parece indicado a la hora de dotar al equipo de un poco de alma e identificación con la grada. Qué mejor que un trabajador que viene de la nada para identificarse con una de las ciudades más castigadas del país.

John Henson: Cero esperanzas había en este jugador cuando aterrizó de Cleveland en el traspaso de Drummond, pero en su primer partido hizo un 6/6 en tiros de campo y consiguió alzar algunas miradas. Veremos si se gana el puesto de segundo o tercer pívot, que deberá jugarse con el siguiente jugador de la lista.

Justin Patton: Un 16º pick de los Bulls hace dos años que nunca ha terminado de funcionar. Los Pistons han decidido hacerse con él porqué el riesgo es mínimo y siempre se puede ver si se puede recuperar ese talento y explosividad que mostró en la universidad.


Los Pistons encaran con esta plantilla un draft que seguramente traerá un base que ponga a Rose como titular de excepción hasta que eventualmente le devuelva al 6º hombre. Las posiciones interiores y el puesto de escolta parecen los más débiles, faltan mucha defensa e incluso veteranía en un equipo que siempre ha navegado entre el octavo y decimosegundo puesto de conferencia desde hace ya una década. Un cambio de pabellón, entrenador y GM no parecen haber cambiado el devenir de la franquicia, pero Troy Weaver, el nuevo GM, parece querer acabar con toda mediocridad existente y devolver a los Pistons al lugar al que pertenece, la cima del Este.