La Mesa Redonda: ¿Soluciona Evan Fournier los problemas de los Celtics?
¿Sacará el fichaje del francés a Boston del pozo?
Los Celtics se han reforzado en este mercado con uno de los chollos under the radar más cotizados de toda la NBA. Haciendo uso de esa TPE recibida por Gordon Hayward en su partida a los Charlotte Hornets, Stevens añade a su rotación un complemento ofensivo exterior ideal tanto para jugar con sus dos cabezas de proyecto como para aportar, además de veteranía, los puntos que le faltan al banquillo verde esta temporada.
Dicotomía en esta última decisión tomada por Danny Ainge. Aunque soluciona algunos de los problemas que ahora mismo tienen, muchos dudan de que Evan Fournier sea el hombre idóneo para ayudar a devolver al equipo a luchar con los de arriba en su conferencia.
Eso es precisamente lo que debatimos en un nuevo capítulo de La Mesa Redonda.
Un acierto que no se busca en Google (por Pablo Mortera)
Quizás no sea el mejor momento para escribir sobre Evan Fournier y su fichaje por los Celtics. El francés cuajó ante New Orleans uno de los peores debuts de la historia de la franquicia verde, quedándose en 0 puntos y tirando un abismal 0-10 en tiros incluyendo un 0-5 en triples. Este estreno ha supuesto duras críticas para el escolta, pero más allá de esta pequeña simplificación, el impacto de Fournier debe ser mucho mayor que lo visto en este primer partido.
Al anunciar su firma, el propio Danny Ainge, director de operaciones de los Celtics declaraba que este fichaje no solo se realizaba para apoyar al equipo en el terreno baloncestístico, sino también para dar un revulsivo a la plantilla. Después de unos malos resultados en la parte central de la temporada, Boston se hallaba en un bache no solo de juego sino también anímico. Había que cambiar algo y rápido. Así, en el socorrido trade deadline, Ainge consiguió al jugador francés a cambio de un Jeff Teague en declive y dos rondas de draft. Un precio ínfimo por un anotador de casi 20 puntos por partido.
La incorporación de Evan Fournier ataca precisamente una de las grandes lagunas de los Celtics: la anotación desde el banquillo. La segunda unidad de Boston era una de las peores de toda la NBA (es el equipo número 25 en puntos de los suplentes), con jugadores que no daban el nivel ofensivo como el propio Teague o con una clara falta de experiencia. Hacía falta alguien que liderara con mayúsculas, un hombre veterano que llevara a sus espaldas a los jóvenes Pritchard y Nesmith, entre otros. Ese es sin duda Fournier, un anotador puro, un microondas que saldrá a revolucionar los partidos y a ser otra nueva opción ofensiva cuando no estén las estrellas principales. Además, su buen juego off-ball puede hacerle compartir pista con los Jays sin que afecte negativamente al libreto de Stevens.
En resumen, más opciones en ataque, puntos desde el banquillo y un cambio necesario para resucitar al equipo pagando un precio ínfimo. Otro acierto de Danny Ainge.
Ni pívot, ni base (por Javier Expósito)
Evan Fournier sería un refuerzo estelar para cualquier equipo en la NBA. Un jugador inteligente, comprometido, que encaja perfectamente en los tiempos actuales y que está en el mejor momento de su carrera (19,7 puntos y un 39% en triples). Este movimiento nutre la rotación exterior de los Celtics, desprovista de un tirador líbero que ayude a Brown y Tatum a generar espacios en ataque, además de añadir otra alternativa ofensiva al arsenal. Es una pena que, con él, Brad Stevens no pueda solucionar ninguno de los problemas que llevan lastrando estos meses a los orgullosos verdes.
Ni pívot, ni base. Esta es la moraleja y el sentido de un fichaje que llega dejando todavía más vacío en la rotación «celtic». Las apuestas de Teague y Thompson a principio de año invitaban al optimismo, un equipo con una base sólida de talento se había focalizado en los puntos ciegos, que eran la falta de un organizador de confianza y un pívot duro debajo del aro, que pudiera ganar duelos en el rebote en los dos lados de la pista. Además, los dos veteranos, con una dilatada experiencia en la liga y, en el caso de Tristan, con un anillo de campeón debajo del brazo. Pero era difícil pensar que ni el uno ni el otro pudieran alcanzar el nivel que se esperaba de ellos, sobre todo en el caso del base.
Y este «trade deadline» era la ocasión perfecta para hacer chapa y pintura, especialmente contando con esa TPE. Con jugadores como Al Horford en el mercado, pero sobre todo, con tanta necesidad de solucionar problemas, es un tremendo error por parte de los Celtics haber cubierto el issue que menos impacto tendrá en el corto-medio plazo. No es un mal fichaje (aunque habrá que ver que ocurre en verano con el francés, que en caso de no tener intención de renovar te habría hecho perder una valiosa oportunidad con la excepción), pero debían haber focalizado sus esfuerzos en ofrecer soluciones. En verano tendrán una nueva oportunidad de enfrentarse a esta situación, pero esta temporada es un paso atrás para el proyecto que hará un flaco favor a avanzar en la carrera por hacerse con la Conferencia Este, en la que equipos como Philadelphia, Milwaukee y Brooklyn (incluso los Hornets) toman la delantera.