El descubrimiento de «Diesel»

La historia de uno de los que dominaron esta liga

11248834-large En SomosNBA, nos encantan las historias maravillosas, y más si son aquellas que engrandecen a jugadores que ya tienen un hueco en la grandeza de este increíble deporte que tanto amamos, el baloncesto. A continuación pasamos a revisar una de esas historias; la historia de, para muchos, uno de los jugadores más dominantes que ha pasado por la liga americana, el célebre Shaquille O’neal o «Diesel».

Primero debemos situarnos cronológicamente: año 1985, y el técnico de Louisiana State (universidad también conocida como LSU) Dale Brown, se tomaba unas pequeñas vacaciones en su ajetreada vida como entrenador universitario. Brown era un enfermo de este deporte al cual amaba y le dedicaba su vida. Al ser uno de los más famosos entrenadores universitarios del momento, fue invitado para impartir un clínic que mezclara baloncesto y motivación en la base estadounidense en Wildflecken, territorio alemán. Así pues expuso su conferencia satisfecho con los asistentes y con la manera en que había transcurrido, hasta que en un momento se le acercó un muchacho negro con educación; ese muchacho medía cerca de 2 metros y rondaba 100 kilos de peso. Con buenas formas le preguntó a Brown: «¿Podría dedicarme unos minutos por favor?», a lo que Brown, como era normal, aceptó.

Aquel muchacho le contó que tenía ciertos problemas de fatiga y que a pesar de su gran tamaño se le antojaba difícil machacar. Brown, que en ese momento tenía cierta prisa, le reclamó su dirección con la intención de mandarle el habitual programa de entrenamientos y rutinas que se impartían en LSU. Pero justo en ese momento, el entrenador formuló la pregunta que cambiaría la vida de aquel chico: «¿Cuánto tiempo llevas de servicio muchacho?», a lo que él, con cierta timidez, respondió:

«No, señor, no estoy alistado. Sólo tengo 13 años.»

Ese muchacho negro sería el pívot que dominaría una época, Shaquille O’neal. Obviamente Brown al ver tal prodigio de la naturaleza enmudeció. Le preguntó la talla que calzaba, a lo que Shaq respondió que un 51 europeo. El motivo por el cual el joven se encontraba allí era su padre, Phillip Harrison, destinado en la base estadounidense. Dale Brown le rogó al muchacho que le llevará ante él, y aunque este estaba en la sauna descansando, allí que fue. La respuesta del padre a la intención de Brown de involucrar al joven O’Neal en el mundo del baloncesto fue la siguiente:

«Todo esto del baloncesto y el deporte está muy bien, señor Brown, pero ya es hora de que los ciudadanos negros piensen en otras cosas. En alcanzar mi posición, ser directores y presidente de compañías, y hasta entrenadores como usted, y no asistentes.»

dt.common.streams.StreamServerAnte tal respuesta, Brown solo pudo aprobar todo lo que le había dicho el Sargento Harrison, pero aun así le entregó una tarjeta suplicando mantenerse en contacto. Al mes y medio de aquel encuentro, Brown recibió una carta de O’Neal agradeciendo la ayuda del entrenador, pero lamentando la expulsión de Shaq del equipo universitario debido a su torpeza. El por entonces entrenador de LSU respondió al chico con un poema de motivación, y a partir de ahí comenzó a seguir más de cerca al muchacho. Una vez más el destino fue caprichoso, y  por fortuna trasladaron al padre de O’Neal a San Antonio, y como era normal a esa edad ingresó en el instituto. Pero el joven estaba muy marcado por el rechazo que sufrió en su anterior instituto debido a su tremenda timidez y torpeza.

Finalmente acabó en las manos de aquel entrenador que tanto le había seguido y en la universidad que entrenaba, LSU. Nada más ingresar en el equipo Shaq le rogó al entrenador que lo eliminara de los sistemas de ataque, ya que pensaba que solo servía para la defensa, debido a aquella marcada torpeza que le acompañaba. En concreto, le dijo algo como:

«Entrenador, para anotar ya están Chris Jackson o Stanley Roberts. Yo me dedicaré a taponar y ayudar en defensa.»

La respuesta de Brown no fue otra que ponerle a trabajar  hasta que ésa auto exclusión ofensiva que se había impuesto desapareciera. En menos de una década el Sargento Harrison vio como su hijastro veía cumplida aquella expectativa de formación integral, ya que Shaq no se graduó hasta el año 2000. Para entonces ya era, de largo, el mejor y más dominante jugador de este deporte, el baloncesto. Pero esa es otra historia, una que hemos podido conocer y afortunadamente vivir..gracias al obstinamiento de Dale Brown. Gracias, coach.

Andreu Rubert de la Cruz/ @andreu5r5