«Steven Adams es un tipo miserable»

Tony Allen da su opinión sobre el rookie de OKC

El escolta de los Memphis Grizzlies, Tony Allen fue entrevistado en ESPN92.9FM por Chis Vernon en el Show con mismo nombre por título. En el programa, el presentador le preguntó cuánto odiaba al center de los Oklahoma City Thunder, Steven Adams, y si lo podía expresar en una escala del 1 al 10. Todo ello venía a cuento tras lo acaecido en el séptimo partido de la serie entre OKC y MEM (vídeo al final de la noticia). La respuesta no tiene desperdicio: 50, dijo el bueno de Allen:

«I’m almost over that, man. I’m like 50. I’m like 50 right now. Because that’s one of his tactics. You don’t have to just play. That’s just a measly guy.»

«You don’t have the shine to do that, you guys up throwing cheap shots, things of that nature».

«It’ll catch back up with him. Somebody is going to probably hit him, and it’s not going to be a push next time. You know what I’m saying? He better be careful who he doing that stuff to. You know what I mean? It’s just like, for real, if you think about it, if Z-Bo would have really punched him, for real, c’mon, he would have been… (Vernon: “Out?”) … exactly. Keep playing those cheap-shot games, somebody is going to catch up with him.»

Vamos, palabras preciosas, como habrán adivinado los más avispados de nuestros lectores. En resumen, que del 1 al 10 le odia 50, que es un «miserable», que él y mucha gente en la liga están hartos de las triquiñuelas del rookie, que siempre está provocando con palabras y golpecitos a los rivales para sacarlos de sus casillas, y que si estos, como ocurrió en el caso de Zach Randolph, le responden y golpean -aunque sea de manera leve- a Adams le falta tiempo para exagerarlo todo. Además, lo remata diciendo que si Z-Bo de verdad le hubiese querido dar, de la que le da, le viste de torero (traducción libre por parte del autor, pero vamos, ese es el espíritu de la frase).

Digamos que Allen no tiene la mejor de las opiniones sobre Steve Adams. Para concluir, avisa diciendo que no será raro si algún día un compañero de profesión se cansa de sus artimañas y le acaba golpeando de verdad.