Conexión L. Stephenson-K. Walker

Playground made in New York en Charlotte

Muchos son los atractivos que se presentan en una apasionante temporada 2014/15 en la NBA: ver la vuelta a casa de “King” James, a Pau Gasol en los Bulls, qué será capaz de hacer Melo en NY, hacia dónde van los Lakers, etc.

Pero, recapitulando los movimientos del mercado de fichajes y las elecciones de Draft, uno de los equipos más interesantes serán los Charlotte Hornets. ¿Las razones? «Air» Jordan parece que ha encontrado el camino ganador en Charlotte; y es que la incorporación de “Big Al” el año pasado, el buen olfato, a priori, con las elecciones del Draft  (P.J. Hairston y Noah Vonleh), sumado al equipo competitivo que alcanzó los PlayOffs la pasada campaña, hacen que Charlotte Hornets sea un gran rival en la apretada Conferencia Este. Pero hay una razón por encima del resto que hacen a estos Hornets un equipo atractivo, una bomba de relojería, juntar a su flamante fichaje del verano, Lance Stephenson, con Kemba Walker. No sabemos si se pelearán por “amasar” el balón o se compenetrarán bien en la cancha, pero esta pareja de “jugones” dará que hablar y, sobre todo, nos harán disfrutar con su peculiar visión de ver el basket. Ambos son de New York, Kemba Walker es del Bronx, una de las cunas del baloncesto callejero y Stephenson de Brooklyn.

Kemba, a pesar de ser el mejor jugador universitario y llevar a los Huskies de Connecticut al triunfo en la NCAA en la temporada 10/11, cayó hasta la posición 9 del Draft de ese mismo año, donde fue seleccionado por su actual equipo, los entonces Charlotte Bobcats. Aún fue peor el caso de Lance, que después de maravillar en su época de High School en el afamado Instituto Abraham Lincon (donde jugaron entre otros Marbury o Telfair) y jugar un solo año en la Universidad de Cincinnati, fue seleccionado en segunda ronda del Draft de 2010, en el puesto 40, por los Indiana Pacers, un auténtico “robo” y un gran acierto de Larry Bird.

Ambos jugadores tienen un denominador común, el playground. Tanto Kemba Walker como Lance Stephenson se criaron “baloncestísticamente” en ambientes parecidos y su manera de entender el juego mucho tiene que ver con el que se juega en las calles de la Gran Manzana. El playground es el baloncesto en su esencia, jugado en la calles, ya sean de New York, como es este caso, o en canchas repartidas por cualquier rincón del mundo. Las canchas callejeras están muy alejadas del glamour de la NBA, no hay focos, sólo hace falta un aro, un balón y juego duro ya que no se pitan, ni mucho menos, todos los contactos. Espíritu de superación y lucha son los valores que representan los jugadores de “streetball”, unidos al respeto por el baloncesto hasta convertirlo en una forma de vida.

En las calles, sobre  todo de Estados Unidos, se han forjado verdaderas leyendas de este deporte como Allen Iverson o Julius Erving,  y es que la historia de la NBA esta plagada de jugadores que empezaron destacando en el baloncesto callejero para más tarde jugar a nivel profesional; y normalmente siguen unos patrones comunes. Suelen ser jóvenes de origen humilde y familias desestructuradas que utilizan el baloncesto como vía de escape de las drogas y delincuencia. Aunque del baloncesto callejero salen jugadores de todos los puestos y características, los que más asociamos a playground, suelen ser jugadores bajos que suplen sus carencias físicas acentuando las singularidades propias del baloncesto callejero, así podemos identificarlos:

Gran manejo de balón con un bote muy bajo, un primer paso letal y, sobretodo, un crossover capaz de romper los tobillos del mejor defensor de la liga… ¿Los tiros? cuanto mejor defendidos y más desequilibrados, mejor. No sólo buscan anotar, si por el camino pueden humillar a su defensor lo intentarán. El 1vs1 es su virtud principal y, utilizado todo lo dicho con anterioridad, son  jugadores impredecibles con el balón en sus manos. En las penetraciones son capaces de hacer entrar el balón en la red entre una maraña de manos tratando de impedirlo, con golpes de muñeca que desafían las leyes de la física. ¿En Defensa? Digamos que son rápidos de manos

El ejemplo perfecto en la actualidad de estas características de juego tan peculiares es Jamal Crawford, pero los protagonistas de este artículo, Kemba Walker y Lance Stephenson, las cumplen también a la perfección. Tienen el “gen” del baloncesto callejero,  son considerados jugadores de “riesgo” por parte de los General Managers, que en muchos casos no se atreven a apostar por ellos, pero son la esencia de la NBA, los preferidos del público, aunque no siempre de sus entrenadores. Muchas veces tendemos a pensar que son jugadores que sólo son capaces de anotar, pero en este caso,  Kemba Walker es un jugador capaz de dirigir a su equipo y repartir cada noche 6 asistencias, mientras que Stephenson  ha sido el líder de la NBA en triples-dobles conseguidos, lo que demuestra que es un all around player, capaz de aportar en cualquier apartado estadístico.

Lo que está claro es que los de Carolina del Norte van a disfrutar del juego de las calles de New York en la cancha con sus “nuevos” Hornets. Como dijo Lance Stephenson tras su presentación “Yo y Kemba juntos será algo muy bueno para el equipo”. Veremos con qué resultados se salda esta combinación de talento callejero para Michael Jordan, lo que sí prometen estos Hornets es espectáculo a raudales «made in New York».