Pacers sin representantes Mundialistas
Rudez y Scola cayeron eliminados en octavos
Tras las lesiones de Paul George y de Ian Mahinmi, la presencia de los Indiana Pacers en el Mundial de España se vió reducida a dos jugadores: el recién incorporado, Damjan Rudez con Croacia y, el capitán de la selección argentina, Luis Scola. Ambos pasaron la fase de grupos sin mayor complicación, pero en octavos de final sus selecciones cayeron eliminadas. Analicemos lo que ha sido su paso en este Mundobasket.
Damjan Rudez fue empleado por Repesa, seleccionador croata, sobretodo en aquellos momentos en los que necesitaba desatascar el ataque con algo de tiro exterior, y aunque sus porcentajes han dejado bastante que desear, siguió contando con la confianza que el entrenador suele tener en un jugador de segunda fila. Su selección se vio salpicada por ciertos rumores que ponían en duda el ambiente dentro del vestuario, y, a pesar de llegar como favoritos al partido contra Francia (dadas las ausencias en el conjunto galo), un segundo y tercer cuarto en el que la organización en ataque fue bastante desastrosa les condenó. El nuevo jugador de los Pacers tuvo una actuación bastante regular, anotando 6 puntos en cuatro de los seis partidos que disputó. Promedió unos 14 minutos por partido, pero quizás, lo que le condenó a no entrar más en los planes de Repesa, además de la gran competencia, fue su nivel defensivo, que no es precisamente uno de los puntos fuertes del alero. Tras una temporada en la que promedió un 43% en tiros de tres en la Liga Endesa, se esperaba algo más de él que su pobre 8/26 en este mundial, pero también hay que decir que varios de ellos fueron en momentos decisivos para apretar los partidos y darle más posibilidades a su selección. En su primer partido a vida o muerte se le vio bastante desaparecido, con dudas, y lanzando algunos triples de una manera muy precipitada. Los 3 puntos y 0 asistencias que realizó en los 16 minutos jugados son prueba de ello. Veremos si su salto a la NBA le da algo más de experiencia y confianza para estos encuentros en los que hay más en juego.
Por otro lado, Luis Scola era el gran líder de la selección argentina, sobretodo tras la negativa de los Spurs a la participación de Manu Ginobili. El Mundobasket se presentaba, para muchos, como el último campeonato de la generación de oro argentina, pero Brasil, con un banquillo mucho más productivo y fiable, hizo que los blanquiazules terminaran su participación en España en octavos de final. La aportación del 4 se fue de más a menos, empezó descomunal con un segundo partido, ante Croacia, en el que anotó 30 puntos y capturó 9 rebotes; pero puede que los 34 años de «Luifa» hagan mella cuando se juegan 6 partidos en 9 días, y eso se hizo patente en sus porcentajes de tiro. En el primer encuentro alcanzó un 70% en tiros de campo, pero se fue desinflando partido a partido, hasta llegar al 20% del último. En defensa seguía exprimiéndose e intimidando, pero en ataque no tenía la frescura que se le vio en los primeros duelos. Tras la eliminación el capitán terminó con el debate sobre la renovación de Argentina y la marcha de algunos de sus estandartes estos últimos años: «Voy a seguir jugando con la selección hasta que las piernas no me den más o me pelee con el técnico». Aunque su partido no fue precisamente perfecto, su presencia y su importancia dentro del vestuario fueron claves para que los suyos estuvieran más que vivos (incluso llegando a dominar el partido por 8 puntos), hasta la mitad del tercer cuarto. Creo que aún nos queda alguna batalla más que contar de Luis Scola con la camiseta de su país.