El denigrante caso de violencia de género de Ryce Rice, jugador de la National Football League, el cual ha sido grabado mientras agredía sin ningún tipo pudor a su esposa, sigue levantando ampollas.
El inaudito escándalo que sacudió a la liga de fútbol americano hacía aguardar al mundo del deporte una severa respuesta por parte de la misma. Pero, para la gran mayoría, la NFL no se empleó con la dureza que el asunto precisaba.
Adam Silver, raudo y ejemplar como suele ser habitual en él, salió ayer a la palestra, reafirmando la total intolerancia de la NBA hacía actos de tal calibre.
El exterminio de la violencia en la liga será un hecho. El comisionado dice «estar trabajando codo con codo con la asociación de jugadores» para «no cometer los mismos errores que en la NFL». Silver ha destacado la educación como uno de los principales pilares para atajar de raíz el problema.
La NBA, que también ha sido salpicada por casos de tan lamentable índole en el pasado, tiene preparado un paquete de rudas medidas contra el sujeto que lleve a cabo tales actos. En tal programa destaca, sobre todo, el curso que la liga impartirá a las parejas de los jugadores, con el fin de ayudarlas a proceder en caso de ser víctimas de género.