Dallas gana al ritmo que marca Monta Ellis

New Orleans Pelicans 107 - Dallas Mavericks 112

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El partido disputado en el American Airlines Center en la noche de ayer, televisado a nivel nacional en Estados Unidos, enfrentaba a dos equipos en momentos muy parecidos de la temporada a pesar de que los récords de ambos muestren que la situación de ambos conjuntos es bien distinta.

Por un lado los Mavericks, que llevan toda la temporada adoleciendo de irregularidad, de ser capaces de enlazar  victorias consecutivas para posteriormente atravesar una racha negativa,  buscan asentarse en puestos de Playoffs de la conferencia Oeste y escalar posiciones en la misma (actualmente en la séptima posición a 6 partidos de Sacramento Kings, conjunto que ocupa la novena posición del Oeste). Por otra parte los Pelicans, que arrancaban la temporada como una de las alternativas del Oeste, conjunto joven, repleto de grandes jugadores pero que parece que aún les falta un punto de maduración para pelear por su objetivo de esta temporada, jugar la postemporada. En la actualidad ocupan la décima posición del Oeste, a un solo partido de la octava plaza que ocupan los Suns. Y es que en el Oeste, el perder uno o dos partidos seguidos, hace que te quedes fuera del cuadro de Playoffs.

El partido comenzó con la inclusión de Barea en el quinteto inicial de Dallas, decisión que sorprendió ya que hasta ahora siempre había formado parte de la segunda unidad de los pupilos de Carlisle. Esto se notó en el juego desplegado por los tejanos al comienzo del primer cuarto y es que estuvieron atascados en todo momento. El revulsivo llegó con la entrada en la pista de Devin Harris, jugador más acostumbrado a dirigir y su equipo lo notó. Al entrar Harris el marcador reflejaba un 9-9, en los primeros minutos con el en pista el equipo despegó y obtuvo la renta de 10 puntos (9-19) que mantuvieron hasta el final del primer cuarto. Los más destacados de este periodo fueron el propio Harris y Parsons con 7 puntos cada uno y por los Pelicans Omer Asik con 3 puntos y 7 rebotes.

El segundo cuarto fue dominado de principio a fin por los Pelicans, especialmente por tres jugadores distintos que se turnaron en el liderato de su  equipo para dar la vuelta al marcador al final del segundo periodo y poner a los de Nueva Orleans por delante 51-47 en el momento de enfilar el vestuario. La primera parte del cuarto fue dominada por completo por Anthony Davis, un jugador al que las estadísticas se le caen de las manos y que consiguió 8 puntos y 4 rebotes en poco más de 7 minutos de juego y que fue tímidamente contestado por Chandler Parsons, que intentó mantener a flote a su equipo comandando una segunda unidad de los Mavericks nefasta.

En la segunda parte del segundo acto entró en escena uno de los jugadores candidatos a sexto hombre de la temporada, Ryan Anderson que torpedeó el aro de los Mavericks consiguiendo 11 puntos en este periodo. Su relevo en el liderazgo del equipo lo tomó Jrue Holiday, el que fuera base All-Star anotó 10 puntos casi consecutivos para empatar el marcador. Lo más preocupante para los Mavericks hasta ese momento era la incapacidad de reacción que mostraban sus jugadores y entrenador y la sensación que transmiten durante lo que llevamos de temporada de creer que en un arreón son capaces de solucionar un partido, cosa que hasta ahora no se ha demostrado.

El tercer cuarto se convirtió en un periodo de transición, en el que ambos equipos intercambiaron golpes, sin ningún jugador especialmente destacado y en el que se vio un buen juego de equipo por parte de ambos conjuntos. El partido llegó al final de este cuarto con 78-77 a favor de los visitantes en el electrónico y con todo por decidir en el último periodo.

El último cuarto supuso el despegue definitivo de los Mavericks en el marcador, comandados por un Monta Ellis que jugó una noche más a nivel All-Star, y es que puede que este sea su año de compartir vestuario con las grandes estrellas de la liga. Ellis anotó en este periodo un total de 13 puntos clave para mantener a su equipo a una distancia prudecial ante las constantes acometidas de los Pelicans, las cuales únicamente llegaban de manos de Holiday y Davis (14 y 10 puntos respectivamente en este periodo), para poner el broche final al partido con 107-112 a favor de los locales.

En definitiva, un partido ganado por los Mavericks gracias a una gran actuación coral en ataque de sus titulares (Harris, Dirk, Parsons y Ellis por encima de los 20 puntos) que los Pelicans no pudieron contrarrestar con dos jugadores, Davis (31 puntos) y Jrue Holiday (30 puntos), lo que supone su máxima anotación en lo que llevamos de temporada para el base.

El próximo compromiso de los texanos es el sábado a las 20.00 hora española ante el primer equipo del Oeste, los Golden State Warriors. Por su parte los Pelicans reciben mañana al candidato número 1 a ocupar la primera posición del Este al finalizar la temporada regular, los Cleveland Cavaliers.

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