La frustración continua con Doc Rivers como General Manager

No ha realizado los mejores movimientos para la franquicia

Fuente de la foto: www.fansided.com
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En el verano de 2013 Los Angeles Clippers habían reunido un grupo de jugadores con mucho talento: Chris Paul, Blake Griffin, DeAndre Jordan, Jamal Crawford, Eric Bledsoe o Caron Butler formaban el núcleo del equipo. Con un bloque así, los angelinos solo necesitaban un gran entrenador para una gran plantilla y firmaron a uno de los mejores entrenadores de toda la liga, Doc Rivers.

Con su llegada a LA, la franquicia decidió darle plenos poderes con el objetivo de llevar al equipo pobre de la ciudad a su primer anillo de la historia. Es decir, Doc Rivers se convirtió en entrenador jefe y presidente de operaciones de baloncesto de Los Angeles Clippers.

Su primer movimiento nada más llegar fue el traspaso de Caron Butler y Eric Bledsoe a Phoenix Suns y dos segundas rondas del Draft para que llegasen Jared Dudley y J.J. Redick (sign-and-trade). Este trade, a priori beneficioso para la entidad angelina, no lo ha sido tanto. Redick es una parte vital en los esquemas de Rivers, sobre todo en la ofensiva, pero Dudley volvió a ser traspasado a los Bucks después de la peor temporada de su carrera. Ahora mismo le vendría genial a Rivers contar con el alero, un decente two-way player que esta rindiendo bien en Milwaukee.

«Es un animal diferente, una serie de movimientos, selecciones de Draft y transacciones que tratan de compensar los que previamente han fallado. Al igual que lo que están haciendo en la cancha en los primeros 12 partidos de esta temporada, los Clippers están agravando también errores en la oficina.»

Estas declaraciones son de Fred Katz, de Bleacher Report, que dejan en evidencia la labor de Rivers no solo como entrenador si no como General Manager. A continuación exponemos los principales movimientos de la franquicia y en qué se ha fallado.

Continuemos con el propio Jared Dudley. Llegó al equipo con la etiqueta de un buen jugador tanto en ataque como en defensa, con un buen tiro de tres, por lo que encajaba bien en el puesto de alero, el más débil del equipo. Su temporada con los Clippers comenzó bien, llegó a anotar dobles dígitos en 16 partidos en los 40 que disputó hasta el 15 de enero, saliendo como titular en todos ellos. Después de eso comenzó su decadencia, con solo dos actuaciones de dobles dígitos el resto de temporada (incluyendo Playoffs), con 14 partidos partiendo desde el banquillo y otros 14 en los que no participó por decisión de Rivers.

Después de disputar su peor temporada como profesional, Dudley fue traspasado a los Milwaukee Bucks junto con el pick de primera ronda del Draft de 2017 a cambio de Carlos Delfino y Miroslav Raduljica. Inmediatamente después, tanto Delfino como Raduljica fueron cortados y el dinero que se ahorró se empleó para firmar a Hedo Turkoglu, Ekpe Udoh, Chris Douglas-Roberts y el traspasado y cortado Jared Cunningham.

Es decir, Rivers traspasó a un jugador que tuvo la peor mitad de temporada de su carrera para acabar firmando a tres jugadores que lleva un total de 90 puntos cuando Dudley llevaba 358 a estas alturas de temporada. Y solo tres porque la aportación del cuarto, Jared Cunningham, ha sido mínima.

Ahora Dudley está en la rotación de los Bucks de Jason Kidd, a los que aporta buenos números principalmente desde el banquillo. Podéis ver en la siguiente tabla comparativa los guarismos del alero en sus dos últimas temporadas y en la actual.

Temporada Equipo P PT MJ TC% T3% T2% TL% REB AST PTS
2012/2013 PHO 79 50 27.5 46.8 39.1 52 79.6 3.1 2.6 10.9
2013/2014 LAC 74 43 23.4 43.8 36.0 51.8 65.5 2.2 1.4 6.9
2014/2015 MIL 39 10 22.4 48 40.2 53.8 80.6 3.0 1.7 7.3

La parte más incomprensible fue cortar a Raduljica, un jugador que no hubiese tenido apenas minutos esta temporada con los Clippers, para firmar a Ekpe Udoh, que promedia 3.1 minutos en 19 apariciones. Mantener al serbio en el equipo habría supuesto un ligero ahorro en los próximos años y la diferencia de calidad entre ambos jugadores apenas es relevante para los minutos que juega Udoh/jugaría Raduljica.

Siguiendo con este mismo traspaso, el mandar la primera ronda de 2017, el valor del Draft más alto que tenían los Clippers, solo para un trade de banquillo es desaprovechar el pick y más viendo que jugadores como Jeff Green han sido traspasados por un expiring y una primera ronda de 2018 o 2019. Otro ejemplo es Wilson Chandler, ya que los rumores le sitúan en los Blazers a cambio de una primera ronda y alguna pieza más.

Este pasado verano los Clippers firmaron a Spencer Hawes con la excepción de nivel medio nada más comenzar la agencia libre y al poco se hicieron con los servicios de Jordan Farmar con la excepción bi-anual. Estas dos firmas hicieron que los angelinos se quedasen a muy poco del límite salarial, lo que hace peligrar la renovación de DeAndre Jordan en verano (agente libre). Además, Rivers de momento no les ha utilizado mucho y ninguno de los dos llega a los 20 minutos por encuentro, algo comprensible en el caso de Farmar, pero no en el caso de Hawes.

El fichaje de Hawes si que ha podido ser el mayor fallo de Doc Rivers como GM. Con el dinero empleado en el center se podría haber fichado a Ed Davis, jugador que aportaría intensidad y rebote, y a C.J. Miles, que daría puntos desde el banquillo pudiendo desempeñar el puesto de alero.La llegada de Davis habría sido incluso beneficiosa gracias a su defensa. Si observamos el banquillo de los Clippers no hay ningún gran defensor y hay tres jugadores que defensivamente restan (Farmar, Crawford y Hawes), por lo que su fichaje hubiese sido más barato y necesario que el de Hawes. Otra forma de invertir el dinero gastado en el ex-Cavalier hubiese sido el fichaje de Paul Pierce, dejando a Barnes para la segunda unidad.

Todos estos movimientos de Rivers se van devorando los unos a los otros. La firma de Hawes conllevaba la salida de Dudley (junto con el pick de primera ronda), cortar a Raduljica llevo a firmar a Udoh y, por lo tanto, contar con menos espacio salarial, y dar el pick de primera ronda hace más difícil el llevar a cabo cualquier traspaso.

La diferencia vital entre un entrenador y un GM es que el primero trabaja en el presente, trata de conseguir el mayor número de victorias posibles esa temporada, mientras que un GM trabaja tanto por el presente como por el futuro de la franquicia. Doc Rivers ha demostrado con sus transacciones que no tiene visión de futuro, no sirve como presidente de operaciones. Es por esto que Steve Ballmer debería considerar seriamente la opción de contratar un GM de verdad, por el futuro a largo plazo del hermano pobre de LA.