«La lesión de Brandon (Jennings) no pinta nada bien. Ha venido siendo nuestro catalizador ofensivo, jugando los mejores minutos de su carrera y siendo un factor determinante en nuestra racha. Es una gran pérdida
Stan Van Gundy después del partido en el que se producía la grave lesión de Jennings, 25 de enero
Para los aficionados de los Pistons que vimos ese partido, observar como Jennings se venía abajo él solo, sin ningún motivo aparente, y tenía que abandonar el pabellón ayudado por los médicos del staff fue la típica escena en la que el protagonista se queda congelado y la pantalla se rompe en pequeños trozos que caen débilmente hasta dejar paso a la oscuridad. No era solo la lesión de un importante jugador la que se veía representada en la imagen de Jennings apretándose la parte posterior del tobillo, también significaba la desaparición de la mayor parte de opciones que los Pistons poseían para entrar en los PlayOffs. Los nubarrones del séptimo año de sequía cobraba fuerza, y tapaba el sol de mayo, algunas veces incluso de junio, que algún día, en un pasado ya lejano, iluminaba el Palace en los partidos de PlayOffs.
Dejando el sentimentalismo aparte, el traspaso de Jennings levantó impresiones de todos los sectores de la hinchado Piston, desde la propia ciudad del motor hasta le extranjero. Dumars, con un pie y medio fuera de las oficinas, dejaba escapar un prometedor Brandon Knight, un excelente suplente en alza como Khris Middleton y un pívot de sonrisa amable como Vyacheslav Kravstov. A cambio, los Bucks dejaban marchar al que había sido su hijo pródigo en los últimos años, el base que tanto prometía y que al poco de llegar a Milwaukee anotó 55 puntos en un partido. En Detroit le esperaban con los brazos abiertos, como a Smith. Ambos formaron el tándem del despropósito. Noche tras noche, el aficionado tenía que ver como Smith lanzaba sin filtro y como Jennings bautizaba la jugada basada en correr hacia el triple y lanzar.
Pero no fue hasta que Van Gundy sacó a escoba a pasear que Jennings demostró el proyecto de jugador que realmente puede ser. Con Smith fuera y la presencia de un alero de verdad, todo cambió en Detroit. Sus promedios con Smith en el equipo eran de 15,5 puntos, 7 asistencias y 3 rebotes, con algo menos del 40% de efectividad en el tiro. A partido del día que Van Gundy decidió cortar a Smith, Jennings llevó su juego a otro nivel. Anotaba 20 puntos y repartía 7,2 asistencias por partido lanzando con un 44% de efectividad en tiros de campo y un 40,4% desde fuera de la línea de 3. Detroit tenía los PlayOffs a tocar, tan solo les separaban 1,5 partidos del octavo puesto, pero todos sabíamos que estos Pistons no eran carne de última plaza, y mirábamos todavía más arriba.
Pero la historia reciente de Detroit nos muestra que nunca debes confiarte, y que la vida es dura, muy dura. La lesión del todavía joven base abrió un debate que todavía dura. DJ Augustin cubrió a las mil maravillas el puesto del recién lesionado, pero no era Jennings. Dinwiddie está verde, y todavía no es capaz de cubrir con regularidad el puesto de base suplente de un equipo capacitado para ir a los PlayOffs. Sus buenas actuaciones puntuales ilusionan, pero la realidad era que Detroit necesitaba un base que evitase el hundimiento del particular Titanic de los Pistons, como dijo Jeff Van Gundy.
Entonces, llegó el trade deadline, que será recordado como uno de los más caóticos de la historia. Más de 30 jugadores hicieron las maletas, y Detroit no quiso quedarse atrás. Viendo el agujero que había dejado Jennings en el puesto de base, Van Gundy decidió traer a Reggie Jackson, al que se le veía con ganas de convertirse en un Piston. No se le puede reprochar falta de compromiso, al joven base, que realizó un buen partido en su primera aparición en el Palace como Piston a pesar de los nervios que le hicieron vomitar y no anotar ni un solo tiro en la primera mitad del partido. Al final, partido ganado y esperanzas renovadas. Pero a partir de ahí, debacle. Los Pistons llevan un récord de 1-10 desde que Van Gundy enviara a Kyle Singler y DJ Augustin a Oklahoma City. Con el paso de los partidos, hemos ido viendo como el juego de Jackson se diferencia en bastantes aspectos del de Jennings. Jackson es el típico base físico, que basa su juego en la penetración y el contacto. Todo lo contrario que Jennings. El lesionado base tiene una manera de entender el baloncesto muy diferente. La técnica, la rapidez de manos y el tiro son las principales armas de Jennings. Es un jugador de rachas, que juega y deja jugar. Amasa mucho balón, pero le da salida. Su conexión con Drummond en los pick&roll dio muchas alegrías en el Palace, y cuando cogía una racha, era capaz de hacer auténticos partidazos de 20 asistencias, o igualar récords históricos de la franquicia establecidos por el mítico Isiah Thomas.
Desde que Jackson ha llegado a la franquicia, de los 11 partidos que ha disputado, tan solo en 3 ha conseguido una valoración positiva. Sus porcentajes de tiro han sido de menos del 40% en tiros de campo y del 25% en triples. Detroit ha visto como equipos como New York o Lakers les pasaban por encima sin mucha dificultad, y Van Gundy, que defiende ferozmente la renovación del base ha reducido sus minutos en beneficio del rookie Spencer Dinwiddie, que mejora las actuaciones del base titular. Es evidente que Jackson tiene que ajustar su juego con la filosofía del catch&shoot de Van Gundy, y además, debe mejorar su conexión con el que está llamado a ser la pieza clave de la franquicia, Andre Drummond. Pese a que les hemos visto realizar algunas buenas jugadas, es notorio que Dre no es lo mismo con Jackson que con Jennings o Bynum, si nos remontamos a pasadas temporadas.
Pero una cuestión planea en las mentes de todo aficionado del conjunto de la Motown. Jackson no está demostrando ser el recambio que todos pensábamos que iba a ser, pero tiene un potencial increíble que merece ser explorado. Van Gundy explicó al contratar a Jackson que una de las razones por las que habían hecho el intercambio es que tienen serias esperanzas de que Jackson firme a final de temporada un contrato multianual. Por otra parte, la lesión de Jennings es una de las más serias que se puede tener, y un ejemplo estaba en su equipo. Jonas Jerebko tuvo el mismo percance, y relata que el proceso de recuperación es lento y doloroso. Cuenta que es como volver a aprender a andar. No sabemos si el base volverá a ser lo que era, pero lo improvable es que Jennings y Jackson puedan convivir en la pista como titulares. Van Gundy ha declarado que ambos están a bordo del equipo. Pase lo que pase, este verano sabremos hacia que dirección dirige Van Gundy el barco.