Playoffs, previa: Los Ángeles Clippers vs Houston Rockets

La eliminatoria más pareja y vistosa

LA ELIMINATORIA

(NOTA: Chris Paul es duda sólo para el GAME 1. El resto de la eliminatoria la jugará sin mayor complicación).

A priori, la igualdad imperará. Pese a que el factor cancha está en posesión de los de Houston, los Clippers han corroborado su habilidad para tomar feudo rival: vencieron, ni más ni menos, que dos encuentros en el AT&T Center de San Antonio en primera ronda. Por fin ha solidificado el cemento en la escuadra de Rivers, que precisaba como el comer de una experiencia triunfante en una ronda de relumbrón; pero, tras someter al campeón en una eliminatoria en la que hubieron de danzar en múltiples contextos adversos (palmeo de DeAndre Jordan en el 6º, lesión de Chris Paul en el 7º…), han de poner a prueba sus registros ante un rival que gusta de una práctica veloz, frenética, que nada tiene que ver con la melodía lenta y armónica de los Spurs; Houston Rockets. El conjunto tejano, liderado por James Harden, viene de aniquilar, de manera inmisericorde y en una eliminatoria efímera (4-1) a unos atrofiados Dallas Mavericks. Si bien es cierto que la flota de McHale no deja de ser bien simétrica, la baja de Beverley (out season) pone en jaque la defensa sobre Chris Paul. Jason Terry, actual base de partida, no parece ser el idóneo para reducir al genial CP3, quien acaba de rubricar con un game winner ante Spurs la que ha sido la serie más fecunda de su trayectoria. Por otra parte, chirría también Redick defendiendo a Harden, anotador más prolífico de la NBA, buen pasador y rico en recursos, que ha gobernado las operaciones de un conjunto texano que, pese a las bajas y desventuras, alcanzó la segunda posición del Oeste con un récord idéntico al de su contendiente, los Clippers: 56 victorias por tan sólo 26 derrotas.

CP3

LOS ÁNGELES CLIPPERS 

Llegan a tope. Apear a los Spurs (4-3) es un estímulo jugoso, al tiempo que un sólido aval. Doc Rivers ha logrado perfilar un equipo redondo, dotado de esa dosis de carácter intrínseco que lleva al conjunto a maquillar sus taras, a no claudicar ante la maledicencia. Para ello, echan mano de un instinto de supervivencia que distingue a los buenos equipos de los equipos campeones. Por dentro, DeAndre Jordan amasa rebotes e impone su mastodóntica fachada al son del exasperante ruido que emite el aro cuando escupe uno de los tantos tiros libres que erra; Blake Griffin, con éste como parapeto, ha elevado su baloncesto al Olimpo. El Cyborg ya no es un jugador únicamente relegado a sobresalir en los highlight con sus portentosos brincos y su furia al machacar. Ahora, en un ejercicio de altruismo, ha hecho por fluir su diálogo con el resto de la escuadra, imperando el intercambio de caricias con sus camaradas y un dolor de cabeza indigno en el oponente de turno. 24,1 puntos, 13 rebotes y 7,4 asistencias, sus imponentes guarismos ante los Spurs y Duncan. 

  • Quién se encargará de la defensa sobre Harden, principal disyuntiva que se le plantea a Doc Rivers. Teniendo en cuenta la maña que se gasta La Barba a la hora de forzar faltas y el desfase de centímetros, descartar a Paul parece sensato; Redick parece poco apto para mermar las prestaciones de cualquiera, por lo que el hiper tatuado Barnes, junto a un juego de ayudas de tronío, habrán de hace por maniatar a Harden. Si nos ponemos puntillosos, ante este tipo de jugador parece más cabal hacer por impedir la implicación del resto del colectivo que idear una estrategia que, aunque fuera digna de haber sido ideada por el mismísimo Kasparov, resultaría inocua en el 99% de los casos.

HOUSTON ROCKETS

Una semana lleva de descanso el equipo de McHale, analizando al que podía ser su rival, Los Ángeles Clippers, que sin apenas descanso, después de haber apeado a los Spurs de la lucha por el anillo, van al Toyota Center a medirse a uno de los huesos del Oeste.

Un James Harden enrabietado debido a la tal vez injusta proclamación de Curry como MVP busca resarcirse en esta serie, en la que, a priori, el equipo entrenado por Doc Rivers no cuenta con un hombre con las aptitudes precisas para  defender al escolta californiano.

La pareja Howard-Smith pondrá el músculo necesario para hacer frente al poderío interior del que disponen los angelinos. Será una pelea épica, jugadores parecidos y con gran capacidad para rebotear. Si bien los texanos han mostrado una facilidad sine qua non para conectar desde el poste alto al bajo, algo que se antoja difícil de defender para cualquier equipo.

Si bien el problema en el equipo de McHale vuelve a ser el puesto de base. Chris Paul, duda para el primer partido, ha mostrado un nivel excelso en primera ronda, pasando por encima de todo un Tony Parker. Anotando y dirigiendo a sus anchas, incluso metiendo la canasta definitiva que mató a los Spurs. Jason Terry o Pablo Prigioni parece que serán los encargados de hacerse con la demarcación de playmaker,  no descartemos la opción Corey Brewer, todo un perro de presa.

Fuente Singapore Sports Council (CC)
Fuente Singapore Sports Council (CC)

PRONÓSTICO

Javier Sámano (@Lob_blog) 

Los duelos serán parejos. Los Clippers, camaleónicos, saben aclimatarse a casi todas las variantes que dispongan sus rivales. Confío en que los californianos podrán contener el extenuante reprís de los Rockets, capaces estos de sembrar el caos de forma súbita, repentina.

Clippers robará el factor cancha en los primeros dos partidos en Houston, para acabar accediendo a la que sería la primera Final de Conferencia de su historia.

Los Ángeles Clippers 4-2 Houston Rockets

Ignacio Ojeda  (@TheRedRocket_)

Preveo una eliminatoria igualada en cuanto al resultado de los partidos, estos Clippers han demostrado que saben sufrir. El descanso del que han disfrutado los de McHale permitirá a los texanos partir a Los Ángeles con el factor cancha a su favor.

A partir de ahí… la guerra, pero veo a Harden y compañía arrancando una victoria del Staples Center y cerrando el pase a la Final de Conferencia en el Toyota Center.

Los Ángeles Clippers 1-4 Houston Rockets