A día de hoy el equipo de Salt Lake City cuenta con 17 jugadores que podrían ser 18 cuando el alemán Tibor Pleiss, si es que al final viene, firme su contrato. A pesar de ello se encuentran por debajo del mínimo salarial entre 6 y 9 millones de dólares, dependiendo del llamado cap hold que no desaparecerá hasta que Jeremy Evans firme con los Dallas Mavericks, como todo apunta. Sin embargo solamente tienen 15 plazas durante la temporada regular, por lo que al menos dos y seguramente más miembros de la actual plantilla tengan que hacer las maletas.
Hay que tener en cuenta además que Utah podría realizar algún traspaso como el que han hecho Boston y Oklahoma este martes noche en el que los Thunder se desprenden de Perry Jones III y liberan su sueldo a cambio de prácticamente nada, mandando además consideraciones económicas y una futura segunda ronda. Con el poco interés de ciertas franquicias a pagar el cada vez más caro impuesto de lujo, sobre todo aquellos que son repetidores, los Jazz seguramente estarán alertas ante la posibilidad de «alquilar» su espacio salarial a conjuntos necesitados, como ya hizo con Golden State cuando los Warriors necesitaban hacer sitio a Iguodala y terminaron con Andris Biedrins, Richard Jefferson y Brandon Rush en el EnergySolutions. Por eso es lógico pensar que no solo reducirá el general manager, Dennis Lindsey, la plantilla a 15 miembros, sino que podría quedarse con 13 o 14 a la espera de acontecimientos.
La mayoría del bloque del entrenador jefe Quin Snyder es claro y además tiene su contrato garantizado, con lo que excepto sorpresa del tipo traspaso de Trey Burke o Alec Burks, los que cuentan con menos posibilidades de hacerse con un sitio al final son los Jack Cooley, Christapher Johnson o Elijah Millsap de turno. El segunda ronda de este año, el escolta francocanadiense de Boston College, Olivier Hanlan, también lo tiene difícil, ya que su puesto está sobrepoblado.
A pesar de la llega del brasileño Raulzinho Neto – cuyo contrato está garantizado – y la presencia de Burke y Exum, Bryce Cotton es una incógnita, puesto que ya lo hizo bastante bien en limitadas oportunidades el año pasado y está teniendo un gran verano en las ligas de Utah y Las Vegas. Además su explosividad y su capacidad para anotar es algo que puede venir muy bien a los Jazz. Su compañero de tesitura, el ala-pívot Jack Cooley, también piensa que tiene hueco:
«Sí. Quiero decir que creo que los Jazz van a encontrar una manera de quedarse con Bryce en el equipo. Ese chico es un mago, es lo que le dije el otro día».
Si Utah lleva a 4 hipotéticos bases al comienzo de la liga regular (Exum, Burke, Cotton, Neto) lo más sensato sería pensar que solamente cuenten con 2 escoltas para completar el perímetro, como Burks y Hood, además de Hayward e Ingles con la versatilidad suficiente como para jugar ahí. En esta hipótesis, Hanlan y posiblemente Millsap sobrarían, aunque este último es apreciado por su entrega en defensa. El primero todavía no tiene contrato, y el segundo no lo tiene garantizado.
En el ala Hayward e Ingles son seguros, mientras que Favors, Booker, el primera ronda Trent Lyles y Gobert y posiblemente Pleiss formarían la rotación interior. Eso dejaría 13 puestos, con la posibilidad de que Grant Jerrett, que vino en el traspaso de Kanter y tiene su contrato garantizado o Jack Cooley redondeen la escuadra.
Dejar fuera a Millsap, Cooley o a un segunda ronda que acaban de seleccionar puede ser duro, pero esto habla bien de la completa y joven plantilla que han formado los Jazz. Serán decisiones marginales en comparación con un posible traspaso de un titular o ver si Burks sale desde el banquillo o como titular, pero si algo hemos comprobado en estas últimas temporadas es que la profundidad de armario es muy importante en una liga donde se concentran 82 partidos en apenas 5 meses, así que cualquier pieza importa.