Jordan Mickey da muestras de su ética de trabajo
De chico ya utilizaba imágenes y vídeos para mejorar su juego
Cuando Jordan Mickey observa el box score después de los partidos, no va directo a comprobar sus puntos, ya que la anotación no es su fuerte. Tampoco comprueba los tapones, porque sabe que es su fuerte. Él tiene en claro que su valor como reboteador es lo que puede hacerle un lugar en la liga, y por lo general las estadísticas no mienten (aunque ya Alvaro Méndez nos ha mostrado que sí y justo con el bueno de Jordan).
Después de los primeros dos partidos de la Summer League, el ex pívot de LSU estaba un poco desilusionado con su desempeño. Tomó cuatro rebotes en su debut, y luego le añadió sólo dos a la noche siguiente. La cantidad era muy poca y en su mayoría habían sido disputados contra jugadores que no tendrán minutos cuando comiece la próxima temporada. El padrastro de Mickey, James Wright, lo llamó después del partido y de la segunda noche con derrota consecutivas para los Celtics.
¿“Olvidaste cuáles son tus virtudes? “Tienes que ir y buscar cada uno de los rebotes”.
Fueron quizás las palabras justas, para darse cuenta de su valor y recordarse como había llegado a ser el número 33 del pasado draft.
Jordan no jugaba al basket de pequeño, su primer contacto con el deporte fue cuando inició el High School, por lo que el marido de su madre le dijo que la mejor manera de ponerse al día era observando a los jugadores de elite.
Mickey y Wright se pusieron a scoutear a los más implacables reboteadores y defensores de la liga, empezando por Dennis Rodman, el cual siempre disimuló sus carencias físicas con un gran instinto para el rebote. “El gusano” a pesar de estar a solo 6 pies y 7 pulgadas del piso (2m 01) y con unas 220 libras (98 kgs aprox), era una amenaza física para sus rivales, y no fue un accidente que tomara constantemente todos los rebotes que andaban dando vuelta por su zona.
«Jordan y yo realmente nos pusimos a ver cómo Rodman identificaba la trayectoria de un tiro». «Tenía una capacidad innata para leer un lanzamiento y determinar dónde exactamente la bola iba a golpear, y donde podría ir después de que ésto sucediera».
Las casualidades de la vida dijeron que Mickey llegará a medir y pesar casi como el mismo Rodman, por lo que tendrá que valerse mucho del estudio y de su instinto para sobrevivir en una liga en la que la fortaleza manda. Las dificultades para el rebote que tuvo Mickey en sus inicios como jugador, no las tuvo como taponador (eso es parte de él). Su madre competía en varias disciplinas atléticas y se destacaba como corredora de salto en vallas, por lo que parece ser una cuestión genética su capacidad atlética. Desde chico, según cuentan sus padres, iba a todos los lados saltando y era raro verlo mucho tiempo con los pies sobre la tierra.
El hecho de que Mickey tenga facilidad para taponar tiros no quiere decir que deje todo librado al azar. Hizo un largo reconocimiento sobre varios jugadores que se caracterizaban por ser grandes taponadores, y llegó a la conclusión, luego de ver los vídeos, que pívots como Howard o Stoudemire tenían mucho éxito bloqueando en sus segundos saltos, por lo que pasó largo tiempo de su carrera universitaria ejercitando sus segundos intentos para poder, de esa maneram, recuperarse rápidamente y sorprender a sus rivales.
«Me parece que he cogido a unos cuantos con la guardia baja, no sabiendo que soy capaz de saltar rápidamente una segunda vez”. «Los jugadores piensan que se libraron de mi con un amague, y luego se sorprenden cuando soy capaz de volver rápidamente y desviar su disparo. Es algo que es difícil de sortear para un atacante».
Los tapones y los rebotes le ayudaron a emerger como un jugador con perspectiva de alcanzar la élite en el baloncesto universitario. Johnny Jones habia escuchado de las virtudes de Mickey, mientras él estaba entrenando en el norte de Texas. Jones le dio a Mickey la oportunidad de unirse a un programa de renombre en LSU, cuando fue contratado como coach, mientras que además con ésto, podría estar cerca de su hermanastro, James Wright Jr, quien jugó al fútbol americano para los Tigres.
Mickey y Wright tienen una relación muy cercana, tanto es así que se refieren el uno al otro como hermanos y se irritan cuando otros los llaman hermanastros.
«Todavía recuerdo como si fuera hoy la primera vez que vine a casa del colegio y me ganó en un uno contra uno», dijo Wright Jr. con una risa. «Fue entonces cuando supe que no podía meterme más con él».
Los dos se reunieron en LSU, pero Mickey trazó su propio camino. Y en su primer año, su capacidad atlética fue lo que le marcó el camino a seguir.
«Yo era asistente aquí cuando Chris Jackson jugaba, y nunca querías perderte una práctica, porque sabías que iba a hacer algo especial», dijo Jones. Una vez anotó 55 puntos en un partido y fue seleccionado tercero en el Draft de 1990. «Así es como me sentía con Jordan, también».
Mickey se unió a Shaquille O’Neal como los únicos dos jugadores en registrar 100 tapones en una temporada para LSU, con la salvedad de que Jordan lo hizo de manera consecutiva. La campaña pasada, lideró la NCAA con 3,64 tapones por partido, y también recogió 9,9 rebotes.
Jugó la mayor parte del tiempo en su primer año como power forward y estaba desarrollado un buen tiro de media distancia. Pero en su segundo año se trasladó a la posición de center a petición de su entrenador y de también para no romper con la química del grupo, cosa que sus allegados más cercanos les preocupó, debido a que al no tener tanto rol ofensivo, estaba relegando posiciones en el draft. Jones dijo que muchos equipos de la NBA lo dejaron pasar en el Draft recelosos de la capacidad de tiro de su ex jugador. Él no deja dudas sobre esto:
“Jordan es capaz de desarrollar un tiro consistente de media distancia y aquellos que lo dejaron pasar en el Draft lo lamentaran”.
Mickey realizó dos workouts con los Celtics, y la idea era seleccionarlo en la posición 28, pero finalmente se lo hizo en la 33. Al no tener un contrato garantizado por ser segunda ronda, Mickey tuvo que ganarse el mísmo, y más sabiendo la proliferación de jugadores que hay en su posición en el roster de los Celtics. Sus 12.2 puntos, 2.4 tapones y un 52,6 % en tiros de campo le abrieron la puerta a ser la segunda ronda mejor pagada de la historia.
“Él es un gran taponador, dice Stevens. Tiene unos números excelentes para la altura que posee. Pero cuando ves el alcance de brazos que tiene te das cuenta de lo largo que es. Y a eso hay que sumarle su capacidad de salto y su rapidez”.
Mickey quería un contrato de tres años, con dos de ellos garantizados para salir rápido al mercado, teniendo en cuenta que su salario iba a ser bajo al ser una segunda ronda. Pero los Celtics presionaron por un acuerdo de cuatro años.
«Jordan, su madre y yo nos sentamos y decidimos que tenía más sentido firmar y no alargar más las negociaciones, porque éste es el equipo en que él quiere jugar». Dijo Wright.
Al final luego de muchas idas y vueltas firmó un contrato de cuatro años, y 5 millones. Ahora está de vuelta en su casa en Dallas, y poniéndose a punto para el training camp. Su enfoque no ha cambiado mucho desde que tenía 14 años, tratando de mejorar todo el tiempo. Él tiene acceso las 24 horas al gimnasio en la iglesia de Southern Hills en Dallas, y está trabajando en su pull-up jumper y añadirlo una cuota mas de versatilidad a su arsenal ofensivo.
Le gustaría extender su rango de tiro más allá de la línea de 3 puntos, sabiendo que es algo que se le requiere en la NBA de hoy. Pero tampoco se aparta de lo que lo ayudó a llegar hasta donde está.
«Siempre le he dicho que si él puede jugar en defensa con intensidad, puede jugar para cualquiera y donde sea», dijo Wright. «Y a eso se aferró desde el primer día hasta hoy”.