El 9 de julio saltaba la bomba: Phoenix enviaba a Marcus Morris, Danny Granger y Reggie Bullock a Detroit para conseguir espacio salarial y así cargar con todo para hacerse con el gran agente libre del mercado, LaMarcus Aldridge. Este movimiento traía de primeras buenas noticias al estado de Arizona, una figura destacada del baloncesto había resaltado a la franquicia y eso era publicidad para el futuro. Podía ser que Aldridge no firmase con los Suns, como finalmente sucedió, pero la imagen que trasmitía la organización comenzó a mejorar tras una temporada en la que los despachos no dejaron buenas sensaciones a los seguidores de la mejor liga del mundo.
Pero no todo eran buenas noticias, a pesar del cambio de imagen, ya que este traspaso implicaba la separación de los gemelos Marcus y Markieff, los Morris Twins. Ambos jugadores firmaron, según la prensa, contratos más bajos para seguir en Phoenix juntos, aunque lo cierto es que el único que perdonó dinero fue Keef. En resumen, Markieff se sentía disgustado al principio por la salida de su hermano y, ya tras la firma de Aldridge con San Antonio, ha sido cuando ha declarado que quería salir.
Entonces comenzaron los rumores de una posible salida del ala-pívot, destinos como Milwaukee o Toronto ya se hacían sonar hace un mes, pero todo especulaciones. No se conocía ni que pensaba hacer la franquicia con el jugador, ni que pensaba hacer Markieff en su situación. Mientras estos rumores iban y venían, Ryan McDonough se dedicaba a reforzar la plantilla contando con que el PF titular sería el jugador natural de Philadelphia.
Con las últimas firmas de Mirza Teletovic, Sonny Weems y Roonie Price se daba por cerrada la plantilla, a menos que hubiese un traspaso claro. Y fue hace unos días cuando Markieff declaró a philly.com su deseo de dejar Arizona, algo que no pilla por sorpresa pero que tampoco ha sentado muy bien a la mayor parte de la comunidad Sun.
Básicamente Keef se siente estafado por el front office, especialmente por el GM McDonough. El ala-pívot firmó menos dinero para continuar con su hermano en Phoenix y le dolió el hecho de que negociasen con Marcus sin avisarle. En palabras suyas, “Ey, vamos a negociar por tu hermano. Tú eres nuestro ala-pívot del futuro”, eso es lo que quería que le dijese la franquicia. Mi pregunta es, ¿quién es Markieff Morris para demandar tanta importancia en la NBA?
Se habla de Houston y Toronto como principales destinos, pero el traspaso no es para nada inminente. Phoenix quiere buscar mejores escenarios, donde se plantan equipos como Milwaukee o Portland, aunque McDonough es partidario de mandar jugadores a la Conferencia Este y así no entorpecer el camino del equipo a los Playoffs. Pero sin duda Toronto parece a día de hoy la opción más realista, ya que los Rockets no tienen tantos activos con los que conseguir el traspaso a nivel económico, además de que McD preferirá no mandar a Keef a Tejas. Masai Ujiri enviaría a Patrick Patterson, peor que Markieff pero de un estilo parecido, más algún joven (Terrence Ross) y puede que una ronda. En el caso de los Rockets, se especula con Terrence Jones o Donatas Motiejunas formando un pack con otros assets. A pesar de las intenciones de ciertos jugadores, como Brandon Knight y Archie Goodwin, que han declarado abiertamente querer la continuidad de Markieff en Phoenix, todo apunta a que el jugador estará fuera antes del training camp.
Dejando a un lado posibles traspasos y cómo se organizará la rotación de los Suns una vez que Markieff salga, me gustaría valorar la actitud de la franquicia y del jugador. Muchos tachan a la organización de haber estafado a unos hermanos que decidieron cobrar menos para seguir jugando juntos, mientras que otros muchos califican a Keef de inmaduro, poco profesional e incluso idiota por la pataleta montada para bajar su valor, dañar la imagen del equipo y así salir antes (caso Lawson). Pero desde mi punto de vista, ni la franquicia ni el jugador son todo lo que se dice. Es cierto que Markieff renunció a dinero, no a mucho pero si a uno o dos millones por año (Marcus no va a tener nunca un gran contrato) para seguir con su hermano, pero ¿por qué no declaró sus intenciones de dejar la franquicia una vez que estos traspasaron a su hermano? Eso habría sido quizás lo más profesional y, en vez de usar los medios, comunicar su decisión a su agente para que este contactase con el GM. Por su parte, Phoenix no tenía por qué avisar al jugador de que se estaba negociando con su hermano. A día de hoy Markieff Morris no ha demostrado absolutamente nada y está demandando un estatus de estrella que nunca conseguirá. Phoenix estaba en su derecho de usar a Marcus como moneda de cambio, pero queda feo romper tu palabra cuando hace un año estabas encantado de renovar a ambos. Queda feo, ya está. No creo que Marcus Morris, jugador acusado de agresión y que gritó a su entrenador en un tiempo muerto, merezca la importancia que se le está dando. Al igual de convencido estoy de que, en el supuesto caso de que LaMarcus Aldridge hubiese firmado con Phoenix y Markieff Morris no hubiese sido traspasado, este aceptaría sin problema alguno el traspaso de su hermano, incluso relegarse a un rol de sexto hombre con tal de tener un mejor equipo.
Otro tema a tratar y que me parece importante es dónde está ahora mismo el valor de mercado de Markieff y cómo va a evolucionar. De nuevo se encuentran posturas muy diversas, apuntando todas, como es lógico, a que su valor ha caído, y otras se atreven a comparar este caso con el de Ty Lawson y poner su valor a la altura del parqué. En mi opinión Keef y Lawson están muy lejos, tanto en calidad como en problemas ocasionados. El base fue arrestado en varias ocasiones y se olía el alcohol en su cuerpo en los entrenamientos, mientras Markieff está a la espera de un juicio (al igual que su hermano) por agresión a un hombre que acosaba a su madre y ha montado una pataleta para conseguir su objetivo. Otro punto importante es que Lawson representaba la inestabilidad en Colorado, reflejaba desilusión, Keef, por su parte, recibe muestras de apoyo de sus compañeros, que quieren verle seguir defendiendo los colores de Phoenix y hablan de él como un gran apoyo dentro y fuera de la pista. El valor de Keef ha caído, no hay duda, pero a menos que el juicio se complique, no se espera que acabe regalado como Ty Lawson a Houston.
Para concluir el artículo, me gustaría añadir mi descontento con el front office de los Phoenix Suns. No es que no me gusten ni Ryan McDonough ni Jeff Hornacek, que son quienes manejan los hilos de la organización, si no la mala imagen que llevan transmitiendo desde esta última temporada y lo poco que se hace desde dentro para cambiar esto. No son buenos tiempos para ser seguidor de los Suns, comentan algunos, pero la base del equipo está instalada y este verano se ha vuelto a demostrar que se trata de un conjunto atractivo para los agentes libres.