
Hace unos días el mismo bloguero de Fansided que hace casi un año preguntaba si Derrick Favors era el nuevo Kwame Brown publicaba un artículo analizando la posibilidad de que ahora fuera el siguiente Jazz en promediar 20-10, algo que no ocurre desde que Carlos Boozer lo hiciera en 2008. También dice que le robaron un sitio en el All-Star y como All-NBA.
Se nota que estamos todavía en el verano de la mejor liga del mundo y la multitud de sitios online que la cubren tienen que rellenar espacio con cosas tan irrelevantes como esta. Aunque el ex de los Nets explotó en cierta medida como anotador el curso pasado, pasando a promediar 16 puntos por noche y mejorando ese registro en casi 3 tantos de 2014 a 2015 en prácticamente los mismos minutos, su valor para Quin Snyder reside sobretodo en defensa, donde forma una excelente combinación con el francés Rudy Gobert. Mientras que ya analizamos el impacto del pívot galo en un artículo anterior, también mencionábamos que Favors no se queda atrás, limitando a sus oponentes a un paupérrimo 43.8% en tiros cerca del aro – solamente superado por Hibbert, Bogut, Ibaka y el propio Gobert -. Simplemente por poner los datos en contexto, el ruso Timofey Mozgov, aclamado por el cambio que supuso su llegada a Cleveland, obtuvo una marca con los Cavs de 46.6%. Sus 1.7 tapones por noche le sitúan a la altura de Cousins o Drummond.
La mejoría de una campaña a otra es evidente, pues en 2014 sus rivales no tenían problema para encestar el 51.3% de sus tiros en el aro, un registro apenas mejor al de Spencer Hawes, que está muy lejos de ser un reputado defensor interior. Sus números reboteadores no están dentro de la élite de la liga, pero mucha parte de ello es fruto de haber compartido la pista siempre con otro grande como Kanter o Gobert, y su porcentaje de contested rebounds – rechaces disputados con un rival – fue del 47% este año, cerca de la marca de 47.5% de Tristan Thompson, al que se le considera un excepcional reboteador. Y lo mejor de todo es que sólo tiene 24 años, y ya lleva 5 en la liga, todos excepto unos meses en Salt Lake City. Su rendimiento todavía admite mucha progresión, pero los aficionados no deberían preocuparse en exceso por las estadísticas anotadoras de Favors, porque ya ha demostrado que es un jugador importante y con gran peso en el esquema de los Jazz.
El bloguero de Fansided también dice que el juego ofensivo del ex de Georgia Tech es parecido al de Karl Malone y el ya mentado Carlos Boozer, los dos grandes – uno mucho más que el otro – ala-pívots de la franquicia del estado mormón. Aunque uno considere posible que Favors tenga en sus manos las capacidades de alcanzar los 20 puntos por noche, uno de los principales retos va a ser llegar al balón aún más, puesto que si en 2014 fue tercero en touches – veces que toca el balón – del equipo, con la vuelta de Burks y el aumento de minutos de Burke y de responsabilidades de Gobert, es bastante probable que esa cifra de 66 por partido se reduzca algo. Además, sus 6.3 close touches – cerca del aro – por encuentro ya se sitúan casi en el top 10 de la liga, y su 0.243 puntos por close touch todavía están lejos de los de otros jugadores con más recursos. Es también el quinto jugador de la NBA con más posesiones en el elbow, y aunque lejos de las 13 de Marc Gasol, apenas le superan el jugador español, Blake Griffin, Chris Bosh y – ¿en serio? – Zaza Pachulia. Su porcentaje de tiros libres se mantiene cerca del 66% que promedia a lo largo de su carrera, aunque en 2014 aumentó las veces en que iba a la línea de castigo, algo que es siempre positivo. Ya es uno de los que más puntos consigue cerca del aro, con un promedio de 6.3 que sólo mejoran otros cuatro jugadores, y en el esquema de los Jazz, sin un base puro y con poco espacio y tiro exterior, es difícil pensar en que vaya a aumentar significativamente su aportación en ese aspecto. Pero es que Utah no lo necesita, igual que tampoco necesita que Burke se convierta en una reencarnación de John Stockton. Lo que necesitan es que Favors siga contribuyendo sólidamente en ataque y siga imponiendo su dictadura en defensa.
La conclusión es que hay que apreciar a Favors por lo que aporta ya a los Jazz, y aunque hay que seguir confiando en su progresión, no podemos perder de vista que se ha convertido ya en uno de los pilares del equipo, con vistas a poder convertirse en uno de los pívots más sólidos en los dos lados de la cancha que se han visto en los últimos años.