Los campeonatos FIBA, ¿mal endémico para la NBA?

Las franquicias no lo ven con buenos ojos

Pau-Gasol-Marc-Gasol-Seleccion-española

La NBA siempre se ha creído un ente superior a todos los demás en el «universo basket», reglamentos diferentes en varios aspectos (como, por ejemplo, en lo respectivo a los pasos), una mayor duración de los cuartos, etc. Son un tema aparte dentro del baloncesto. Vivir por y para la NBA: para los 82 partidos de Regular Season, para estar en los PlayOffs y para ganar el anillo de campeón. Para conseguirlo, necesitan estar al 100% con su equipo, desde los trainning camps del verano hasta junio, con los respectivos descansos tan necesarios para cualquier persona, ese tiempo de relax para recargar pilas. Por eso, a las franquicias no les termina de convencer que algunos de sus jugadores interrumpan sus vacaciones para jugar con sus selecciones.

La historia de tiras y aflojas de la NBA contra las competiciones fuera de La Liga viene de muy lejos. Durante muchas décadas los Estados Unidos de América estaban representados en Mundial, Juegos Olímpicos y FIBA Américas por jugadores no profesionales, mayoritariamente universitarios. Además, los extranjeros que llegaban a la mejor liga del mundo se veían en el dilema de o jugar para su selección, o para la NBA (como le pasó a nuestro muy querido Fernando Martín con su llegada a los Portland Trail Blazers en el 86). En los Juegos Olímpicos de Barcelona 92, la historia cambió; por primera vez se pudieron convocar jugadores de la NBA (el legendario Dream Team).

Este cambio de rumbo no fue total, en la NBA todavía quedan muchos vestigios del antiguo reglamento. Solo se le da real importancia a los Juegos Olímpicos, asistiendo a los Mundiales con selecciones B o C, a los Juegos Panamericanos con el M (no lo ganan desde el 1983) y al FIBA Américas solo participan si lo necesitan para un evento mayor (por eso mismo este año ni siquiera participan). Pero fuera de las fronteras estadounidenses las competiciones FIBA tienen más valor, tanto por el reconocimiento de ganar la competición como las plazas para Juegos Olímpicos/Preolímpicos que se ponen en juego. Es por eso que muchos jugadores, conscientes de su importancia en el juego de su selección, verano sí y verano también cambian la camiseta de su equipo por la de su país.

No es ningún secreto que los General Managers no están nada conformes con el «préstamo» de sus jugadores a sus países. No muy lejos queda la grave lesión de Paul George en un entrenamiento de la selección, se volvió a abrir el debate, un debate que se hizo más grande con la instauración del sistema de eliminatorias (similar al del fútbol) para clasificarse para el Mundial, con partidos internacionales entre competiciones ligueras. Ese inconformismo ya tuvo, en el 2010, un convenio entre la NBA y FIBA para limitar la participación de sus jugadores: entrenamientos solo 5 semanas antes de la competición, la prohibición de actividades de riesgo, informes de posibles lesiones…

Este año 2015 se ha disputado ya el Afrobasket, se está disputando el FIBA Américas y se disputarán el Eurobasket y el FIBA Asia. En todas ellas, en mayor o menor medida, hay representación NBA: 4 en el Afrobasket, 14 en el FIBA Américas y 27 en el Eurobasket (del FIBA Asia todavía no hay plantillas confirmadas). 76ers, Raptors, Bucks, Mavericks, Timberwolves, Magic, Celtics, Rockets, Lakers, Spurs, Kings, Nets, Pistons, Jazz, Hawks, Bulls, Wizards, Hornets, Clippers, Blazers y Nuggets son las franquicias representadas en competiciones FIBA este verano. Jugar uno de estos campeonatos, obviamente, tienen un tanto por ciento de riesgo de lesiones, lesiones que pueden afectar al jugador tanto para el campeonato FIBA como para su juego en la NBA.

Pero, en última instancia, los jugadores son los que deciden jugar o no. Jugadores como Tony Parker, Pau Gasol, o Dirk Nowitzki no participaron en más de un campeonato pensando en la NBA. Este verano, jugadores como Marc Gasol, Alex Len o Mirza Teletovic son los grandes ausentes del Eurobasket. Bajas importantes para sus selecciones; celebradas en sus franquicias, criticadas en sus países.

Las franquicias y los jugadores son los que tienen los mayores dilemas. Primero, las franquicias consideran a los jugadores activos, se invierte en ellos y se quiere sacar un rendimiento, y ese rendimiento corre peligro en estos torneos; pero también debería ser un gran honor para las franquicias ver a un jugador de su plantilla levantando trofeos con su país. Para el jugador es más difícil todavía, decidir entre el equipo que le paga y el sentimiento de representar a su país, aunque siempre sea un honor, los jugadores se juegan millones dólares en la NBA y es comprensible que no quieran cometer el riesgo de echar su carrera (y sus contratos) a la basura por una lesión jugando un Eurobasket. Pero, también es cierto, que hay cosas que el dinero no puede comprar, ¿verdad?

Como aficionado al baloncesto, todo lo que sea poder ver a los mejores jugadores en el parqué es un lujo que cuanto más se pueda ver mejor. Luchar por la gloria personal y de un país es mayor, en mi opinión, que la de ganar por un equipo solo porque te paguen un sueldo, aunque la primera sea mucho menos productiva que la última (no vivirás de ganar Mundiales; pero sí podrás vivir más que bien de ganar anillos). Pero también es justo, y no criticable, que tanto franquicias como algunos jugadores antepongan la competición de la que viven.