Pedro Rivero y Guillermo Rejón son el alma del COB

Los veteranos encarnan el espíritu de los 900

Fuente: Club Ourense Baloncesto
Fuente: Club Ourense Baloncesto

Todos nosotros sabemos que este verano ha sido muy duro para la ciudad de Ourense. El ascenso deportivo se ha pospuesto con el ya conocido culebrón veraniego que los aficionados del COB hemos sufrido en nuestras carnes. De hecho, creo que esta es una de las coletillas más trilladas a la hora de presentar un artículo sobre el Club Ourense Baloncesto.

De todos modos esto no trata de originalidad. La máxima en el baloncesto profesional es optimizar los recursos de los que se dispone y eso lo saben hacer perfectamente los protagonistas de esta historia.

Los viejos rockeros nunca mueren

En la derrota del pasado viernes ante el Melilla, en el COB se pudo ver que todavía necesitamos tiempo para armar un equipo competitivo. El Melilla llegaba a Ourense con el cartel de favorito, no había discusión y así se reflejó en el resultado final. A pesar de ello, los que estuvimos en el Paco Paz seguro que pudimos ver algo más de lo reflejado en el marcador. Dentro de la plantilla tenemos a unos jugadores que pueden llegar a cuajar muy bien en el equipo. Sin ánimo de desmerecer a nadie, el vestuario del COB tiene a dos piezas imprescindibles a la hora de seguir con el proyecto. No creo que sorprenda a nadie que los dos baluartes del vestuario sigan siendo Pedro Rivero y Guillermo Rejón. Tal y como Ian Anderson diría irónicamente: estos muchachos son demasiado viejos para el rock and roll, pero también son demasiado jóvenes para morir. El recital ofrecido por esta pareja ideal destilaba profesionalidad y saber hacer por los cuatro costados. Rivero y Rejón lograron mantener en el partido al COB hasta que llegó el tercer cuarto del horror.

Fuente: Club Ourense Baloncesto
Fuente: Club Ourense Baloncesto

Hasta ese fatídico período, el Club Ourense Baloncesto era consciente de sus carencias. Llevamos apenas tres semanas de pretemporada y eso se nota. A pesar de los errores por falta de asimilación de esquemas, jugadas que todavía no salen automáticas o simplemente porque algún jugador no llega en su forma física óptima, en el COB brillaron un segoviano y un madrileño que ya son ourensanos de adopción. Al menos, la afición que acude religiosamente al Paco Paz así lo siente. La sociedad Rivero-Rejón ha sido una marca de identidad del COB contemporáneo y parece que en esta temporada vamos a poder disfrutar de ellos a pleno rendimiento.

En el primer cuarto del partido jugado contra el Melilla el viernes pasado, Pedro Rivero dio una clase magistral de cómo desatascar la ofensiva de un equipo. El base segoviano monopolizó el ataque ourensano durante el primer cuarto. Logró la friolera de 11 puntos hasta que apareció en escena el apoyo fundamental de este dúo. Guillermo Rejón tiró de bravura logrando en apenas 40 segundos una canasta y un 2+1 más que merecido. Además de ello, Rejón focalizó su energía en aplicar una molesta defensa al pívot rival Hernández Sonseca, el cual recibió un acoso brutal por parte del alcalde. Guillermo Rejón estuvo en su línea, hiper concentrado y pendiente de cada balón o emparejamiento. Sinceramente, verlo fue todo un espectáculo.

Con la llegada de las rotaciones Rivero tuvo su merecido descanso. En pista seguía Guillermo Rejón. En este inicio del segundo cuarto fue cuando dejó claro de lo que es capaz. Si se lo propone, puede jugar con el equipo rival con una facilidad pasmosa. Por momentos, el pívot madrileño parecía jugar de base. Todo ataque del COB mientras Rejón estuvo en cancha durante el segundo cuarto pasó por sus manos. Desde el perímetro hizo lo que quiso. Desde pick&pop de libro, pasando por unos bloqueos efectivos hasta lanzarse y entrar a canasta con el cuchillo en los dientes. Finalmente con Rivero otra vez en pista volvimos a disfrutar de una sociedad limitada que sólo podemos disfrutar en Ourense. ¡Qué gozada de cuarto!

La debacle física y mental

Tras el descanso llegó el cuarto de la discordia. Un parcial demoledor hizo que el Ourense se viniera abajo. A pesar de los esfuerzos, las opciones en ataque no era malas, pero la suerte no acompañó en absoluto. Tenemos buenos tiradores, logramos generar tiros sin oposición y aún así no dimos aprovechado la línea de tres puntos. Eso, sumado al desgaste físico hizo que la defensa claudicara.

El resto del partido es historia. Tal y cómo decía al comienzo del artículo, si nos quedamos con lo obvio – un resultado de 55-75 – entonces deberíamos preocuparnos. Si en cambio, leemos entre líneas y escudriñamos un poco podremos ver que este equipo tiene brillo. Todavía faltan unas semanas para que reluzca y haga las delicias de todos los aficionados del COB. Aún así las sensaciones que nos han dejado no son malas. Hay cosas mejorables, la circulación del balón en ocasiones era tosca, sobre todo en el último cuarto. A pesar de ello, pudimos ver detalles de calidad de Zamora. El 23 del COB dejó un estético fadeway para la galería que fue muy aclamado por la afición. Esperemos que alcance su forma óptima y podamos disfrutar de este gran jugador.

La ciudad está con el COB

Fuente: Mundinews
Fuente: Mundinews

De lo que sí que pueden estar seguros todos los jugadores del Club Ourense Baloncesto es que la afición ourensana está con ellos. El pasado viernes se demostró que el público asistente entendía la situación actual del COB. Lo único importante fue que el baloncesto volvió a la ciudad de las Burgas. El viernes fue una fiesta, un homenaje al espíritu de los 900, un agradecimiento a Suka, Rivero y Rejón – se echó en falta al gran Salva Arco – y un día en el que mostrarle todo el cariño a ese equipo que tendrá que pelearse en LEB por una plaza ganada por derecho propio. Así que, chicos, no lo dudéis un momento. Ourense está con vosotros. ¡Forza COB!