Gordon Hayward se termina de adaptar a su nueva mecánica de tiro
El alero estuvo trabajando en ello este verano

Tal y como pasa en béisbol con pitchers y bateadores, la acción de tiro en baloncesto es 100% mecánica, donde además de la perfecta ejecución de dicho movimiento influye la memoria muscular capaz de repetir en multitud de ocasiones y con exactitud milimétrica la secuencia de acciones. Y así como en béisbol los jugadores pasan por un duro proceso de reaprendizaje cuando tienen que corregir defectos o malas manías adquiridas, en baloncesto también se lleva un tiempo trabajando con los deportistas para corregir y mejorar esos mismos problemas. Gordon Hayward, estrella de los Jazz, así lo hizo en el parón de verano, y tras comenzar la campaña de manera decepcionante, en sus dos últimos partidos parece haber superado definitivamente dicho proceso.
Convencido de que podía mejorar su tiro, Hayward volvió a su Indiana natal para ponerse en las manos de Rob Blackwell, gurú que ya había, entre otros, ayudado a Josh McRoberts y Carl Landry. El director de Desarrollo de Habilidades de Baloncesto del centro St. Vincent Sports Performance, se centró en demostrarle al alero de Utah que el tiro óptimo salía del brazo del tirador con un ángulo de 45 grados, mientras que el suyo lo estaba haciendo a 41 en la mayoría de las ocasiones. Una pequeña diferencia que el resto de mortales como nosotros no aprecia, pero que en un nivel tan competitivo como la NBA pueden suponer el convertirse en un All-Star.
No es que los resultados del ex de Butler fueran malos. Con un porcentaje de 36,5% en tiros de tres a lo largo de su carrera, Hayward está por encima de la media, pero las ganas de superarse es lo que puede hacer que se convierta en una estrella. Para ayudarle a ello, el entrenador Blackwell usó en gran parte la ayuda de la tecnología:
«Siempre picó a estos chicos con que son la generación de los videojuegos. Están muy puestos en tecnología, da igual el qué. Al mismo tiempo, pensé que la parte científica le intrigaría».
Con un sistema informático que determinaba el ángulo de salida y la distancia de la pelota dentro del aro – la ideal es 11 pulgadas desde la parte frontal del aro – Hayward lanzaba 200 tiros en los calentamientos y luego 200 más durante los entrenos.
Después de cuatro encuentros donde apenas encestó 19 de sus 54 tiros, en los dos últimos ha conseguido acertar con 13 de 23, y el propio jugador está listo para pasar página una vez que su nueva mecánica de tiro con un lanzamiento menos plano está cuajando.
«Es una de esas cosas donde no hay nada como jugar un partido. Simplemente tienes que coger ritmo y… recordarte a ti mismo esos diferentes detalles cuando no te entren los tiros».
En ambas ocasiones los Jazz cosecharon la victoria, y con la escasez de playmakers y tiradores que tiene el entrenador Quin Snyder a su disposición, cualquier mejoría en ese aspecto de Hayward será imprescindible. El alero de 25 años también trabajó en otras facetas de su juego como el manejo de la pelota o el juego en el poste, demostrando de nuevo sus ganas de dar el salto y convertirse en uno de los mejores de la liga.