A veces cuesta elegir las primeras palabras con las que vas a comenzar a hablar de una noticia como esta. Tras ocho años, que se dice pronto, Andreu Casadevall se despide de Burgos para ocupar el puesto de entrenador en el CAI Zaragoza, tomando el asiento dejado por el recién destituido Joaquín Ruiz Lorente, como así anunciaba el propio técnico en la mañana de este lunes en una rueda de prensa convocada por el que hasta el día de hoy era su club, el San Pablo Inmobiliaria Burgos.
Ocho años, casi nada. En nombre de toda la afición burgalesa toca desearte toda la suerte que te mereces en tu nueva etapa y darte las gracias por los tres (sí, tres) ascensos consecutivos a la ACB, por los dos títulos de liga, por la Copa Príncipe ganada, por las dos finales de Play-Off perdidas, en las que acariciamos la gloria; gracias por haber cogido, hace ya mucho, las riendas de un club pequeño y haberlo llevado hasta donde los límites de la injusticia acabaron con nuestros sueños. Gracias por todas las posesiones de los rivales agotadas, por todos esos ataques que finalizaron con las gradas de El Plantío en pie y aplaudiendo, gracias por el trabajo duro y el esfuerzo insaciable, y por convertir la noche de los viernes en el mejor momento de la semana. Pero sobre todo, gracias por poner a Burgos en el mapa del baloncesto nacional.
A los del CAI, os lleváis un gran entrenador. Apoyadle y dadle tiempo, dejadle trabajar. Su entramado defensivo y su amplitud y variedad de sistemas requieren de un periodo de asimilación por parte de los jugadores, pero en cuanto encajen las piezas y la maquinaria empiece a funcionar os aseguro que vais a disfrutar, y mucho, con vuestro equipo.
Con la llegada de Andreu al CAI las riendas del equipo burgalés las toma el que hasta hoy ha sido su segundo, su mano derecha, su hombre de confianza: Diego Epifanio. Yo no os puedo dar muchos más detalles sobre él, pero quien ha trabajado con ambos durante mucho tiempo le avala. Me refiero a Quique Ruiz, quien hasta esta temporada realizaba las labores de entrenador asistente de Andreu y Epi. El pasado jueves charlaba con el propio Quique sobre Epi, le preguntaba cómo es como técnico y hablábamos sobre la posibilidad de verlo algún día como primer entrenador en El Plantío. Creo que ninguno de los dos pensábamos que ese día iba a llegar tan pronto. Quique me comentaba que Epi es alguien con un talento natural para esto, que es capaz de entender y visionar el baloncesto a unos niveles superiores al resto y que tiene una capacidad para aprender y mejorar increíble. Ha trabajado durante mucho tiempo a la sombra de Andreu y ha aprendido mucho de él. Es obvio que conoce el equipo y la ciudad a la perfección, conoce a los jugadores y quien ha tenido la oportunidad de trabajar con él o de conocerle solo tiene buenas palabras cuando se pregunta por él. Es un “hombre de la casa” y desde mi punto de vista, nadie más apropiado que el para ocupar el hueco dejado por Andreu. Ojalá este sea el inicio de una etapa tan buena como la que hoy se cierra.
