Virtudes y defectos del COB

¿Qué falla en el Ourense Provincia Termal?

EquipoRosa

Catorce semanas después…

Hemos superado ya la décima jornada de LEB Oro. Diez partidos tras los que la liga sigue dominada por un Palencia intratable. Diez semanas en las que equipos como el Ourense Provincia Termal tratan de definir su juego. El equipo ourensano encara su décimo cuarta semana de trabajo desde que se supo la permanencia forzosa del COB en LEB Oro. Catorce semanas que saben a poco, sobre todo en un equipo joven como el que es el Ourense Provincia Termal.

Desde el inicio de la temporada, Gonzalo García de Vitoria se encargó de hacernos saber de este problema temporal. En la rueda de prensa previa al partido inaugural contra el Melilla, ya avisó que no veríamos al verdadero COB hasta noviembre. Algo comprensible, son un equipo hecho con prisa, sin demasiada planificación previa y sobre todo, son un equipo joven. Juventud no siempre significa potencial, en este caso el Ourense Provincia Termal es un equipo con gran potencial, aunque concentrado de manera desigual.

La esperanza

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Por una parte tenemos a una de las perlas de la liga. Jonathan Barreiro, de tan solo 18 años, es todo un diamante en bruto que mejora partido a partido. Desde el equipo técnico se le ha pedido al jugador que dé un paso adelante. No importa si comete errores, desde el COB quieren que Jonathan tome más decisiones y arriesgue en ataque. Es un jugador con una prometedora progresión. Su físico y coordinación son espectaculares, con sus 2,04 es capaz de actuar de base si la situación lo requiere. A la hora de subir el balón no se esconde y aunque no tiene mal pase, se siente más cómodo buscando el triple una vez cede la pelota. A la hora de capturar rebotes, su envergadura es el mejor aliado del alero. Si logra canalizar todo el potencial que tiene, este mismo año podríamos ver una evolución tremenda del jugador gallego. Sin duda alguna, Barreiro tiene todas las papeletas para ser una de las piezas que compongan la plantilla de ACB.

Al igual que Barreiro, el base titular del Ourense Provincia Termal, Pedro Rivero, se espera que siga la próxima temporada ligado al conjunto ourensano. Desde que comenzó la temporada, el base ha sido el mejor jugador del equipo. Sin Rivero en cancha el COB parece desorientado, sin un punto de referencia claro. Pedro es el factor estabilizador que cohesiona al equipo e insufla rigor a cada bote de balón. Sin el base hemos podido ver grandes descalabros en forma de cuartos tirados a la basura por una falta de mando y rigor desde la posición de director.

Sin Rivero en el quinteto, el equipo de Gonzalo García de Vitoria presenta una serie de alternativas. Al míster le gusta jugar con un base que cree espacios. De esta forma, los hombres abiertos pueden atacar desde el perímetro. A su vez, se consigue liberar la zona y los hombres altos pueden luchar con menor presión. Esto es sobre el papel, lo cierto es que el juego mostrado por el Ourense Provincia Termal dista un poco de la teoría. Una de las principales razones son las piezas con las que se cuenta. Para lograr que el sistema funciones se depende de dos piezas fundamentales. El base y el pívot.

‘Riverodependencia’

En el puesto de base tenemos a Pedro Rivero, sí, pero el segoviano tiene 36 años y no se le pueden exigir 35 minutos por partido – juega 28 minutos por encuentro – sin que se resienta. Tras Rivero tenemos a un único base nato. Ese es Juan Ballesta. El murciano viene de cuajar una temporada discreta en LEB Plata y da el salto a LEB Oro para cumplir en la posición de base suplente.

Se esperaba que fuera un base proclive al juego rápido, con buena decisión en el pase y aporte desde el perímetro. Un buen recambio para liderar a la segunda unidad. La realidad ha resultado ser otra. Tras diez partidos disputados, el murciano ha quedado relegado a un tercer plano, jugando tan solo once minutos por partido. No hemos podido apreciar ninguna habilidad aprovechable en Ballesta. Su juego resulta lento y desordenado. Gran parte de las posesiones iniciadas por Juan Ballesta acaban en manos de Diego Kapelan en el mejor de los casos. Ésto tampoco es demasiado bueno para lograr los espacios que requiere el sistema de Gonzalo ya que Kapelan no es un jugador paciente y suele finalizar las posesiones con precipitación. Cuando el base no está conduciendo el ataque ourensano la única alternativa que ha mostrado es la del triple. Ballesta suele abrirse y desde la esquina intenta anotar desde la línea de tres. Hasta ahora los resultados han sido nefastos.

Fuente: FEB
Fuente: FEB

Puede que el motivo del abuso ilógico del tiro de tres en alguien que no es especialista sea una consecuencia del rol al que lo ha relegado el entrenador. Aún así, el jugador no ha mostrado muchas más alternativas.

Además de Ballesta, el primer equipo no tiene más alternativas puras a Rivero. Con un base tan influyente en el juego del equipo como es el caso del segoviano, es un gran riesgo contar solo con un suplente que no llega a cuajar. En el Cálidos Ourense, equipo EBA del Ourense Provincia Termal, juega el gallego Martín Rodríguez. El joven base tiene madera de base director. Le gusta organizar a sus compañeros y mover el balón con inteligencia aunque, fruto de la juventud, es un base intermitente y que no logra aplicar transmitir toda su energía a los compañeros. En más de un partido ha dirigido al equipo más que con el balón, con gritos que son ignorados.

La rotación interior

Junto al puesto de base, en el sistema de Gonzalo García de Vitoria, la posición del pívot 12317507_330022530454947_1390228318_ntiene una vital importancia. El entrenador del Ourense Provincia Termal no busca un anotador compulsivo, con alguien que en defensa rinda se conforma. Parte de la grandeza de un buen entrenador – y más en equipo pequeños – es el alcanzar el equilibrio y maximizar los recursos disponibles. Este año en la posición de interior tenemos a tres jugadores, Agbelese, Rejón y Rowley. Aunque Agbelese ha jugado en los Pirates de ala-pívot, aquí, por condiciones físicas se adapta perfectamente a la posición de pívot. Con estos tres excelsos jugadores, Gonzalo no debería de tener problemas. La realidad es distinta. A día de hoy, todavía no ha encontrado el equilibrio para maximizar los recursos interiores disponibles. El problema principal está en la rotación.

La idea inicial fue la de repartir los minutos de una forma equitativa. Eso en baloncesto no suele funcionar, la justicia deja de serlo en el momento que tenemos a un jugador con un impacto sobre el juego como es Danny Agbelese. Bien es cierto que a Danny todavía le falta tiempo para convertirse en un dominador de la zona, pero su función de intimidador la hace a la perfección. Aún así, Gonzalo sigue tirando de Rejón y Rowley sacrificando minutos en la rotación de Agbelese.

Rowley lleva unos cuantos partidos en los que no le salen las cosas. Comenzó la temporada sin demasiado acierto, pero la intensidad mostrada en los primeros partidos era cautivadora. La entrega y esfuerzo en algunos momentos de los partidos era equiparable a la de Guillermo Rejón. Desde el encuentro ante el Barcelona esa intensidad parece haber desaparecido. Esto repercute directamente en su defensa. Con jugadores como Richi Guillén u Oliver Artega un mal momento se traduce en un castigo de la zona sin compasión alguna. En ataque sus números también se han visto mermados. Tras diez partidos jugados, Kyle Rowley presenta unas estadísticas que no son ni la sombra de lo que nos tiene acostumbrados. Promedia tan solo 4,6 puntos y 5,1 rebotes por partido cuando en campañas anteriores sus números eran de 9,4 puntos y 9,1 rebotes por partido.

Mientras Rejón y Agbelese rinden cada uno en las facetas de juego por las que destacan, parece que Rowley se ha estancado. Quizás es todavía muy pronto, quizás no esté preparado, pero si Barreiro con 18 años lo está ¿por qué no debería jugar Agbelese más minutos? La incorporación del de Trinidad y Tobago no ha sido un fichaje de relleno, por lo que las exigencias en cuanto a minutos están ahí, a pesar de ello, el rendimiento debería estar sobre todo y a día de hoy no parece que Rowley sea la pieza que vaya a marcar la diferencia en la zona del COB.

La paciencia del ‘Pazo’

Está claro que esta es una temporada atípica, un año de transición. Aún así, tanto Gonzalo como los propios jugadores han salido a competir al máximo. Es por eso que se espera una evolución en el juego del Ourense Provincia Termal. Los errores de ‘pardillos’ – calificativo que gusta acuñar al propio Gonzalo – son entendibles. Hasta cierto punto es normal, equipo joven y sin experiencia juntos. Lo que ya no se entienden son algunos desajustes que partido tras partido siguen ahí. Aprovechando que esta no es una temporada normal quizás sea una buena oportunidad para probar a nuevos jugadores. Meter más juventud en el equipo posiblemente no sea la mejor de las ideas, pero jugamos con la ventaja de poder permitirnos el ensayo-error que eso supondría. Tanto el base Martín Rodríguez como el pívot Bob Van Zijverden son jugadores con proyección dentro del equipo EBA del Ourense Provincia Termal. Dos jugadores jóvenes, con potencial y que podrían acabar encajando en el primer equipo.

La afición es paciente y apoyará al club, aunque a los aficionados les gusta ver movimiento y reacciones. Llevamos diez partidos, catorce semanas y los cambios todavía no son significativos. Tenemos tiempo, pero lo que no podemos es malgastarlo en activos que lastren el desarrollo de nuestros jugadores con mayor potencial ACB, porque el Ourense Provincia Termal jugará en la Liga Endesa la próxima temporada. Que no se les olvide a Roca y compañía.