Análisis estadístico de los Boston Celtics

CC: Yago Cousiño
CC: Yago Cousiño

Durante la pasada temporada estival toda la rumorología en torno a los Boston Celtics que no tenía que ver con traspasos y grandes Agentes Libres trataba sobre cómo se iba a desempeñar un equipo que parecía haberse movido de manera solo correcta en una conferencia que lo había hecho de manera sobresaliente. La temporada de los Celtics amenazaba con ser ser un paso corto -tan corto que podría parecer un paso atrás – en su reconstrucción tras la sorprendente e imponente temporada 2014/15, que acabó con los de Brad Stevens jugando post-temporada.

Pues bien, las sospechas que había en torno a la Conferencia Este durante el pasado verano no han hecho sino confirmarse durante el primer cuarto de competición, y la oriental es ahora mismo la más pedregosa de las conferencias en la NBA. Como ya analizó aquí nuestro compañero Amador, tras una década y media de dominio occidental, el Este ha vuelto con más fuerza que nunca, y hasta el décimo clasificado de la zona oriental tiene un récord válido para entrar en los playoffs de la costa pacífica.

Lo que no se han confirmado son los miedos que había en torno a los Orgullosos Verdes. Todo aquello que profetizaban los más agoreros no se ha cumplido y equipos como los Milwaukee Bucks o Miami Heat no han dado un paso adelante tan firme como se esperaba; mientras que todo lo que se deseaba que fuese bien en los Celtics, ha ocurrido.

El aficionado quería ver una continuación en el desarrollo de los jugadores más jóvenes y prometedores del plantel y los Avery Bradley, Jared Sullinger y Marcus Smart (aunque el base de manera más irregular a causa de las lesiones) están firmando las mejores temporadas de sus carreras, tanto en promedios como en actuaciones destacadas (todos ellos han firmado algún career high durante estos 22 primeros encuentros). Por su parte, los veteranos están empezando a aportar aquello por lo que se les contrató: Amir Johnson cada día es más contundente en defensa mientras aporta su 10-5 casi como un reloj, y David Lee, si bien es cierto que le ha costado mucho más aclimatarse que al ex de Toronto, empieza a acumular una serie de partidos con buenos números en el lado de la cancha en el que se le esperaba: el atacante.

Para acabar, los jugadores de relleno, si es que puede denominárselos así en un equipo en el que no hay una gran diferencia de calidiad entre el mejor y el peor hombre, están cumpliendo de manera sobrada con su cometido cuando entran en pista. Kelly Olynyk, tras empezar la temporada de manera bastante calamitosa, comienza a promediar dobles figuras de manera bastante holgada a la par que aumenta su presencia defensiva (sí, están leyendo bien, Olynyk). Evan Turner sigue siendo el faro y guía del equipo en los partidos en los que se le apagan las luces a todo el mundo – y animando las entrevistas post-partido -; y los rookies, encabezados por R.J. Hunter, cumplen cuando entran en pista, manteniendo el nivel competitivo del equipo. Solo Jordan Mickey juega habitualmente en la D-League y noche tras noche la deja hecha unos zorros.

Mención especial a un Isaiah Thomas que a causa de la lesión de Marcus Smart ha conseguido su tan ansiado puesto como base titular, y se está asentando en él a base de hacer unos números que de seguir así hasta Febrero le valdrán una camiseta con la palabra East escrita en el pecho.

Gracias a estás actuaciones individuales, la franquicia más laureada en la historia está firmando un récord de 13 victorias y 9 derrotas que le permiten estar en la séptima posición de la Conferencia Este y en la segunda de su división, la atlántica; pero ¿cómo está jugando el equipo? Pues vamos primero a tratar de explicarlo mediante palabras para después corroborarlo con números.

Una maldita legión romana

Eso es lo que son los Boston Celtics. Un ejercito numeroso, bien entrenado y mejor organizado.  Nadie es mejor que nadie en estos Celtics por lo que cualquiera puede ocupar el puesto de su compañero cuando este se lesiona o simplemente no tiene el día. Su rotación larga es una pesadilla por el desgaste para sus rivales cuando no hay ningún jugador caliente, pero también se acorta cuando dos o tres de ellos tienen la muñeca fina.

Y Brad Stevens es su Escipión. Todo rival sabe a lo que se enfrenta cuando juega contra el equipo del ex de Butler: a una pelea sin cuartel durante los 48 minutos de partido. Así, cuando el rival se presenta al partido a verlas venir y se derrumba al primer envite, los Orgullosos Verdes pasan por encima de su rival como Augusto pasó por encima de Marco Antonio en la ‘Batalla de Actium’. Si, por el contrario, el rival llega bien preparado, cargado de paciencia y dispuesto a no dejarse amedrentar por el incesante goteo verde, la victoria, siempre pírrica, puede caer para cualquiera de los dos bandos.

Esto explica que los Boston Celtics lideren la NBA junto a los Golden State Warriors y los San Antonio Spurs en cuanto a margen de victoria se refiere.

Números, números

Pero si lo que quieres es epatar a tus compañeros de oficina, clase o equipo con datos que refrenden tu soliloquio sobre lo mucho que te está molando la temporada de tus queridos Celtics, ahí te va un buen número de datos.

Fortalezas Ofensivas: muchas posesiones (el equipo de Brad Stevens es el 5º equipo de la liga que más posesiones realiza por partido con 98.4), muchos tiros (con 87.8 tiros por partido, son el octavo equipo con más lanzamientos a canasta), muchos tiros de tres (con 617 son también la cuarta franquicia con mayor número de triples intentados, el 0.32% de las posesiones acaban en un tiro de larga distancia), reyes del rebote ofensivo (gracias a los 11.8 rebotes ofensivos por encuentro – liderados por Jared Sullinger – son los cuartos en este apartado) y movimiento constante de balón (quinto equipo en cuanto asistencias por partido, con 24.5 canastas precedidas de pase).

Fortalezas defensivas: los mayores ladrones de la liga (líderes de la NBA en robos, 11.1 por partido -Jae Crowder lideró durante semanas este ranking, estando ahora en cuarta posición con 2.48 por encuentro), y buenos inversores de lo robado (22.7 puntos tras robo o pérdida). Intensidad (lideres también en cuanto a pérdidas forzadas con 16.7 por encuentro).

Pero si hay un dato que destacar, incluso por encima del número de robos, ese es el auténtico dictador del baloncesto contemporáneo, el eFG%, en la era dorada del triple este índice de la eficiencia de los tiros se ha convertido en dogma. Con un porcentaje del 47.7 % , los Boston Celtics son el octavo equipo de la liga en cuanto al eFG% concedido al rival.

Debilidades Ofensivas: fuerzan pocos tiros libres (17.5 tiros libres por partido les dejan como el 16º peor equipo, yéndose hasta el 9º peor si lo relacionamos con el total de tiros realizados, un 19.9%), pierden muchos balones ( con 14 balones perdidos por partido los Celtics son el 13er peor equipo de la liga), poco acierto de cara al aro (un 43.6% el 22º mejor de la NBA) y peor cuanto más lejos (32.9% de acierto, 23ª posición).

Debilidades Defensivas: el rebote defensivo es una fiesta (capturar 31.8 rebotes defensivos cada noche es digno del quinto peor de la liga en este aspecto, pero peor aún -tercero peor de la liga- es coger solo el 73.7 % de los rebotes defensivos disponibles ) y la intensidad se paga concediendo muchos tiros libres (el 23 % de los tiros lanzados por el rival, 19 por partido, es la 7ª peor marca de la liga).

De nuevo, destacar en el aspecto negativo el eFG% . Si los Celtics son un buen conjunto machacando el del rival, no son tan buenos haciendo funcionar el suyo. Con un 48.9 % de eficiencia solo les da para ser la 19ª franquicia de la NBA.

Y hasta aquí este repaso a lo que han sido los Boston Celtics durante este primer cuarto de competición. Vamos cuatro arriba en el marcador gracias a nuestra defensa y buen movimiento de balón. Veremos cómo arrancan el segundo cuarto y si son capaces de llegar con una buena ventaja al descanso del All-Star.

  • Todos los datos han sido sacados de Basketball-Reference