Roces entre Antetokounmpo y Parker afectan el desempeño de los Bucks
Las diferencias vienen desde la temporada pasada
Los Bucks han doblegado a su rival de turno, los Heat de Miami. Una victoria relativamente cómoda y con gran significado para la franquicia de Wisconsin. Sin embargo, a pesar de este último resultado, los fanáticos y quienes han depositado su confianza en el equipo desde el inicio de la presente temporada, sienten que sus expectativas no han sido cubiertas.
He aquí la imperiosa necesidad de buscar las causas del mal desempeño de los Bucks. Frases como «son un equipo muy joven», «necesitan un líder», «deben hacer cambios» y muchas más se han dicho para intentar justificar los pobres resultados alcanzados, pero de lo que no se hace mención, quizás para no afectar más la actual situación, es a la química entre los jugadores, al teamwork, la camaradería que siempre es importante en un equipo.
Puede ser esta una de las razones por las que el equipo continúa con sus altibajos, noches de grandes victorias y algunas de inesperadas derrotas, como el revés sufrido ante los Lakers, por mencionar alguno, y es que cuando las cosas no salen bien, pocos son los que piensan que es un fracaso colectivo y en caso contrario cargan contra el que a su juicio es el culpable de la derrota.
Giannis Antetokounmpo y Jabari Parker no se escapan de estos posibles inconvenientes que pueden surgir entre compañeros de equipo y, aunque no se conoce públicamente, hay un precedente que data de Abril de 2014 y que probablemente es la causa de la fricción que existe entre ambos jugadores, que a su vez se refleja en el resto del equipo. En aquella oportunidad, Parker acusó de perezoso a Antetokounmpo durante una sesión de entrenamientos y esto repercutió en la decisión de su entrenador Jason Kidd de dejar a Giannis en la banca en el siguiente partido, decisión que ratificaba la poca entrega del Alero de los Bucks en aquella práctica, actitud completamente distinta a la de Parker, conocido por ser un trabajador incansable, siempre preocupado por el equipo.
Ambos jugadores, jóvenes y con gran talento, son fundamentales para el equipo, por lo que lo más sano tanto para ellos y para el resto de la plantilla, es que cesen los conflictos y que cada uno entienda su rol, lo desempeñe lo mejor que pueda y que asuman que la única manera de mantenerse en la lucha por jugar los playoffs es el esfuerzo colectivo y no el desempeño individual de los jugadores.