Apuntes positivos del mes de Enero en la NBA
Un repaso al primer mes de 2016
Oh, la Universidad. Esa maravillosa época de la vida que es un tranquilo paseo por un bosque de sociabilidad, diversión, conocimiento, algarabía y desenfreno. Un fascinante discurrir brutalmente detenido cuando llega Enero y descubres que no has pisado la facultad desde la primera semana y que los campeonatos mundiales de Mus que has ganado en la cafetería no sirven para convalidar esa maldita asignatura impartida por un señor bajito y con bigote que ahora mismo te está mirando mal cuando entras en clase tras meses de voluntaria ausencia.
Como en SomosBasket somos gente comprensiva y sabemos que durante estos dos meses no vas a poder trasnochar tanto como te gustaría, vamos a empezar a publicar un resumen mensual con lo más interesante que ha pasado en la NBA durante los últimos 30 días de competición. Tomen nota, que esto entrará en el examen.
Los San Antonio Spurs están jugando el mejor basket del planeta
No hay discusión sobre esto, lo cual es mucho decir cuando compartes época con un equipo, los Golden State Warriors de Stephen Curry y Draymond Green, que están camino de realizar la mejor temporada regular de la historia. Frente al vértigo, los highlights y las diabluras de los Warriors, los San Antonio Spurs han llevado al siguiente nivel ese baloncesto que muchos consideraban rácano a principios del presente siglo, que maravilló al mundo hace un lustro y que domina la NBA con la contundencia de un martillo en la actualidad.
Desde que Gregg Popovich y Tim Duncan se encontraran hace dos décadas, los Spurs nunca han bajado de 50 victorias en Regular Season, su Big Three se ha convertido en el más victorioso de la liga (por delante del formado por Larry Bird, Kevin McHale y Robert parish) y siempre han tenido algo que decir en post-temporada. Y este año las cosas siguen igual, solo que completamente distintas. Tras sufrir demasiado en los playoffs del curso pasado a causa de la «mala» clasificación lograda en la Conferencia Oeste más salvaje que se recuerda, Pop ha decidido renunciar a la guía de viajes que le ha acompañado durante toda su andadura como entrenador, y ya no ha planificado una temporada de menos a más sino que ha decidido empezar el año como un tiro para asegurarse una de las primeras plazas de occidente y ya dosificaremos fuerzas cuando la clasificación para los playoffs esté más o menos decidida.
Como no podía ser de otra manera, la jugada le está saliendo perfecta al de Indiana: la Conferencia Oeste se ha debilitado hasta extremos impensables hace seis meses y el colchón fabricado le va a permitir empezar a jugar con el calendario y las rotaciones desde mediados de Febrero. El equipo tiene el segundo mejor récord de la liga, el tercer mejor rating ofensivo y, de lejos, el mejor defensivo. El dominio que muestran en el rebote está cerca de ser considerado ilegal, la eficiencia de sus tiros de campo es simplemente extraordinaria y su plantilla es la deseada por cualquier entrenador del planeta. Una mezcla entre jugadores que son leyendas vivas pero que siguen teniendo hambre y baloncesto que enseñar en sus piernas (los ya inmortales Tim Duncan, Tony Parker y Manu Ginobili), estrellas que se encuentran en el momento más alto de sus carreras ( Kawhi Leonard y LaMarcus Aldridge), y una estupenda colección de cromos que sirven para rotar a los anteriores sin que el equipo se resienta lo más mínimo (Danny Green, Patrick Mills, Boris Diaw, David West…).
Sé que es muy difícil resistir la tentación de ver un partido de los Warriors o dejar de ver a tu equipo por ver a esos texanos que llevan casi 20 años en la élite, pero si quieren hacer un favor a este humilde redactor y otro a ustedes mismos, vean un partido de los Spurs. Dominan cada faceta del juego y verles pasar el balón es algo hipnótico. Hacía 30 años que no se juntaba una plantilla tan completa y se jugaba tan bien a este deporte de un balón y dos canastas inventado por Naismith.
John Wall es ya el mejor base de la liga
Sí, sé que hay un tal Stephen Curry que mete triples como churros, que está liderando a uno de los mejores equipos que jamás han jugado al basket, y que posiblemente tiene las mejores cualidades técnicas que ha poseído ningún jugador jamás. Bien, pero beh. Posiblemente Curry sea para la inmensa mayoría de los aficionados el mejor base en activo y un Top-3 de la historia, o al menos eso es lo que ha dicho el grupo mediático anteriormente conocido como el Oráculo de Delfos, pero que ahora responde al nombre de ESPN.
Pero hay un pequeño grupo de gente (al menos en mi cabeza), que resiste ahora y siempre al invasor, y que entienden el puesto de base como una posición que alcanzó su cenit con Isiah Thomas. Es decir, el #1 es el jugador que se tira 40 minutos repartiendo balones entre sus compañeros y haciendo jugar a su equipo, pero, si en todo ese tiempo no han sido capaces de ganar el encuentro, acaba por quitarles el balón como hacías tú con el mando de la videoconsola a tu hermano pequeño mientras le decías «déjame que no tienes ni ___ idea» y gana el partido él solito. Curry es buenísimo pero está lejos de ser igual de completo, Chris Paul digievoluciona en Sasha Vujačić cuando el cronómetro baja de los 5 minutos y Kyrie Irving es, por el momento, poco más que un anotador de los mil demonios.
Solo Kyle Lowry aguanta la comparación con los 19.9 puntos, 9.7 asistencias, 4.3 rebotes, 2.2 robos y el PER de 20.4 que se está marcando el base de los Washingtn Wizards.
Rajon Rondo y DeMarcus Cousins han vuelto
Cuando en verano se supo que Rajon Rondo había fichado por los Sacramento Kings, la NBA se dividió en dos grupos. Un primer grupo de aficionados que ya estaban marcando a los Kings como equipo favorito en su League Pass porque pasase lo que pasase eso iba a ser asombroso verlo, y un segundo conformado por los aficionados de los Boston Celtics que se sentaban a echar un cigarro para observar cómo ese circo ambulante disfrazado de franquicia NBA acababa como el Rosario de la Aurora y esto le acababa permitiendo a Danny Ainge traer a Cousins a Massachusetts a cambio de un par de rondas, dos o tres jugadores y un muchas gracias por jugar con nosotros. Mención honorífica para un tercer conglomerado con todos aquellos aficionados lakers que llevaban meses haciendo fotomontajes con Rondo, Cousins y Aldridge vestidos de amarillo y morado pero who cares?
Al final, tras unos primeros meses convulsos (a ver, si juntas las cabezas de Ranavidé, Divac, Rondo, Cousins, Karl y Gay en una misma ciudad lo menos que te puede pasar es que algo acabe explotando) la apuesta que oscilaba entre susto y muerte al final se ha quedado en susto. Pese a todos sus defectos, que los tiene y muchos, George Karl siempre ha sido un entrenador de bases y concentrado al 100 % no hay nadie mejor que Rajon Rondo. El campeón de la NBA en 2008 vuelve a producir dobles-dobles cada noche, a amenazar en cada descanso con marcarse un triple doble y a llevar en el 3Q tantas asistencias como el equipo rival (cosa que ocurre siempre que se enfrenta a un equipo de la Tank League: empate a 17 asistencias con los Lakers y a 15 con los Sixers).
Cousins, por su parte, es posible que por primera vez en su carrera profesional que comparte franquicia durante más de seis meses seguidos con el mismo base, entrenador y General Manager. Si cuando todo era un circo ya estaba haciendo estadísticas no vistas desde tiempos de Olajuwon, durante este mes está siendo el center dominante que siempre ha llevado dentro. 9 partidos con más de 29 puntos anotados en lo que va de mes demuestran de lo que es capaz cuando tiene una organización seria en torno a él.
Los 28 puntos, 12.2 rebotes, 2.8 asistencias, 1.4 robos y 1.3 tapones del de Alabama y los 11.7 puntos, 11.7 asistencias (máximo de la carrera), 5.2 rebotes y 1.8 robos del de Kentucky tienen a los Sacramento Kings ocupando la última plaza con derecho a jugar playoffs en la Conferencia Oeste. Que dure.
Una de las hornadas de rookies más madura que se recuerda
La generación a ser elegida en el «NBA Draft 2015» llegaba sin el asombroso hype que caracterizó a la de 2014 pero desde el primer análisis parecía ser mucho más completa que su predecesora. Si la «Generación Wiggins» llegaba encabezada por el canadiense al que muchos comparaban con LeBron James y un Embiid al que predestinaban a marcar un antes y un después en los tableros de la liga, la de este verano solo traía un nombre propio hasta bien entrado el mes de Febrero, Jahlil Okafor.
Finalmente, los problemas de lesiones dejaron el premio al mejor novato resuelto en Diciembre.
- Embiid no ha debutado aún en la NBA un año y medio después de su elección.
- Jabari Parker se perdió tres cuartas partes de la pasada temporada tras un gran arranque en la liga, y desde su vuelta no ha vuelto a encontrar su juego, con lo que los Milwaukee Bucks, el que fuera uno de los equipos revelación de la pasada campaña, se está hundiendo en la conferencia oriental.
- Julius Randle se quedó en blanco prácticamente la totalidad del curso pasado y este le está costando adaptarse a la exigencias de su ‘entrenador’.
- Nik Stauskas llegaba como uno de los mejores lanzadores de los últimos años y lo único que ha tirado hasta el momento es un infructuoso año en Sacramento y otro tanto de lo mismo en Philadelphia.
- Dante Exum, pese a jugar francamente bien cuando puede, no es que las lesiones le estén dejando demasiado tiempo para hacerlo.
- Aaron Gordon, se perdió 42 puntos de temporada regular el año pasado y solo ha comenzado 8 como titular en los 87 que lleva jugados en la NBA. Aunque hay que decir que no para de crecer como jugador.
En definitiva, el pasado Draft solo nos ha dejado un puñado de jugadores listos para la NBA tras un año de adaptación. El ya citado Wiggins que parece tener un techo tan alto como el quiera alcanzar – o los Minnesota Tomberwolves le dejen -; Marcus Smart, que ha demostrado haber nacido para jugar en los Boston Celtcis (aunque también ha sufrido su particular calvario con las lesiones); Elfrid Payton, asentado como base titular de unos Orlando Magic que se están estancando en el año que parecía que iban a dar un paso adelante; y un Jordan Clarkson del que nadie esperaba nada – incuidos los Lakers – y que se ha convertido en el mejor jugador de la franquicia más ruidosa de la NBA.
Por su parte, la hornada del 2016 sí que está dejando claro que ha traído consigo un buen puñado de jugadores que están aquí para quedarse pese a llevar solo unos meses en la mejor liga del mundo.
- Karl-Anthony Towns, quizás el pivot más completo que ha llegado a la NBA desde Anthony Davis. Está dominando en ambos lados de la cancha y mostrando una madurez impropia de un rookie. Solo la limitación de minutos y el cuidado con el que le está guiando Sam Mitchell durante sus primeros pasos en la NBA hacen que sus números no sean aún más escandalosos (15.9 puntos, 9.7 rebotes y 1.8 tapones). Eso sí, los Timberwolves están rindiendo muy por debajo de lo que se esperaba.
- Jahlil Okafor, la gran estrella mediática del pasado draft no pudo comenzar con peor pie su andadura en la liga con un par de incidentes extra-deportivos durante el primer mes de competición. Tampoco había que matar al jugador, a fin de cuentas estaba en unos Sixers que de nuevo comenzaron amenazando con batir el récord del peor arranque jamás realizado. Desde entonces, no ha parado de dominar el cristal ofensivo y la lista de grades pivots a los que ha cortado la cabellera con sus movimientos al poste es insultante. 17.6 puntos y 7.6 rebotes para un jugador al que solo le falta empezar a defender.
- Justise Winslow, no hay un solo aspecto del juego que no domine el alero de los Heat. Cuando alguien como Danny Ainge ofrece hasta 6 rondas del Draft y a jugadores como Jared Sullinger solo por la posibildiad de hacerse contigo es porque tienes algo. Wilsow lo tiene todo: defiende bien, siempre está en el lugar correcto de la cancha, abre el campo cuando hay que hacerlo, carga el rebote y ayuda en la dirección. Pese a sus solo decentes números, 5.3 puntos, 4.6 rebotes y 1.3 asistencias, es lo que no se ve (los intangibles) lo que mejor hace el de Texas. Es posible que alguien en Massachusetts se esté dando de cabezazos y maldiciendo los pasados playoffs.
- Kristaps Porzingis, no hay que ahondar mucho en la historia. Un niño lloró y Carmelo puso cara de pedir el traspaso cuando los Knicks lo eligieron. Ahora el niño tiene su camiseta (y medio mundo a juzgar por las cifras de ventas publicadas esta semana), Carmelo poco menos que aconsejó fichar a aquel blanquito que jugaba en Sevilla, y los medios de New York hablan de un Pau Gasol con los pies de Olajuwon y el carácter de Bill Russell. Gran arranque del letón (14 puntos y 7.9 rebotes).
- Emmanuel Mudiay, el jugador que en Octubre del año pasado parecía que podía ser el único con opciones de disputarle el #1 a Okafor acabó cayendo muchos puestos en el Draft por aquello de que había estado jugando en China, venía inflado y blablabla… (realmente lo que pasa es que en cada franquicia NBA actual hay 2 bases que habría sido titulares en cualquier equipo durante la década de los 90) se tomó como algo personal la pérdida de estatus y, pese a jugar en la franquicia más insulsa que hay en la liga, sus números ya empiezan a ser cosa seria.
- Stanley Johnson, mi jugador favorito del pasado Draft junto a Justise Winslow. Le costó un poco asentarse en la rotación de los Pistons y sus minutos sufren el buen hacer de Marcus Morris y KCP, pero ya parece haber encontrado su lugar en el equipo y está empezando a jugar – y bien – los minutos finales del partido. Promedia 8.1 puntos, 4 rebotes y 1.3 asistencias en 22 minutos por partido, parce estar subsanando la mayor laguna de su juego (el tiro de larga distancia), y ya ha metido alguna canasta importante. Su defensa de élite en la universidad está más que lista para la liga y su progresión parece tener un listón muy alto.
Además de los citados, hay un buen número de jugadores que si bien no parecen estar ya listos para la liga, sí que parece que acabarán teniendo un rol (protagonista o secundario) dentro de la misma con el paso de los años. Tal es el caso de Devin Booker, Rondae Hollis-Jefferson, Myles Turner, Bobby Portis, D´Angelo Russell, Kevon Looney o R.J. Hunter.
Los Sixers vuelven a ser los Philadelphia 76ers
Tras unos años en lo que todo lo que rodeaba a una franquicia antaño gloriosa solo podía describirse con adjetivos como vergonzoso o antideportivo, el curso 2015/16 empezaba exactamente igual que los tres últimos. Philadelphia se había hecho con uno de los mejores jugadores del Draft, que se venía a juntar con uno de los mejores del año pasado, pero la plantilla parecía haber sido confeccionada por Michael Jordan y el equipo arrancaba la temporada de nuevo perdiendo más de 15 partidos seguidos.
Todo siguió igual o peor hasta Diciembre. Digo peor porque si hasta este año de poco se podía culpar a un entrenador y unos jugadores que lo daban todo en cada partido pero que no podían luchar contra los elementos, se empezaban a ver cosas raras como deciones más que polémicas del primero (sacar a Okafor y/o Noel en el 4Q cuando el partido estaba en situaciones de una o dos posesiones) y problemas extra-deportivos de los segundos.
Pero con la llegada del año, vida nueva.
- Un récord de 3-7 en los últimos 10 partidos que podría ser de 4-6 o, incluso de 5-5, de haber tenido más suerte es algo que hacía tiempo que no se vivía en la ciudad del amor fraternal.
- Paso adelante de varios jugadores: Jahlil Okafor ha demostrado que ya es uno de los mejores hombres altos de la liga, al menos en el cristal ofensivo; Nerlens Noel está corroborando todo lo demostrado el año pasado y su defensa interior y capacidades como rim protector ya pueden clasificarse como de élite; Jerami Grant no ha parado de crecer tras haber causado más malas que buenas impresiones durante su año de rookie e Ish Smith, desde que se ha afianzado en el puesto de base titular, ha catapultado la ofensiva de los Sixers a base de acciones de pick and roll con un Nerlens Noel que le debe estar eternamente agradecido por hasta dónde le está subiendo las estadísticas ofensivas.
- Pese a las polémicas y discutibles decisiones anteriormente comentadas durante el primer cuarto de la temporada, Brett Brown ha vuelto a ser el entrenador comprometido y capaz de hacer que sus jugadores salgan todos los días a intentar ganar pese a la situación y rumorología en torno a la franquicia. Esto le ha valido no pocos elogios de compañeros de banquillos que han llegado a calificarle como el mejor entrenador del la liga.