El día que cambió la historia de los Dallas Mavericks

Fue en el Draft del 98 y gracias a Don Nelson

Foto: Betp (CC)
Foto: Betp (CC)

Los Dallas Mavericks comenzaron su andadura por la NBA en los años 80, desde sus inicios fueron en constante crecimiento; con grandes aciertos y otros muchos errores, llegando a PlayOffs e incluso con un título de división (1987) pero sin llegar a ser nunca un verdadero aspirante al título. Los Mavs siempre fueron un equipo divertido de ver, siempre con la esencia de anotar cuanto más mejor pero nadie se lo tomaba realmente en serio. Los Mavericks que más ejemplifican este estilo son, precisamente, los últimos antes del «Día D»; el equipo de las «Tres Js» —formado por Jason Kidd, Jim Jackson y Jamal Mashburn— mejoró las estadísticas de sus predecesores y llenaron de ilusión a la afición aunque en ninguna temporada consiguieron llegar al 50% de victorias. Este «estar en tierra de nadie» se terminó con la contratación de Don Nelson y su gran acierto en el Draft del 98.

Pongamos esto en contexto, en el Draft del 98 los Mavericks pusieron sus ojos en un alto alemán que había deslumbrado en su país natal: Dirk Nowitzki. Pero no eran los únicos, y es que los Boston Celtics de Pitino veían a este alto, rubio y blanco como un buen sucesor de uno de los altos, rubios y blancos más famosos en el estado de Massachussets: Larry Bird. Pero los Mavs tenían la pelota en su terreno con su pick 6 por el 10 de los «orgullosos verdes».

Pero el plan de Nelson era mucho mayor que draftear al joven alemán. Y es que en este Draft los equipos daban lo que fuera por conseguir lo que querían. Los Bucks tenían en su poder dos primeras rondas (9 y 19), pero ansiaban a un jugador que salió antes: Robert «Tractor» Taylor —un ala-pívot musculoso famoso por su gran capacidad «obesiva» y por haber estado implicado en una trama de apuestas ilegales en su etapa universitaria— seleccionado por los Mavs en la sexta posición. Los Bucks seleccionaron con su primera primera elección a Dirk Nowitzki y con su segunda a Pat Garrity (deseo de unos Suns sin pick). En Milwaukee no dudaron en dar sus dos primeras rondas (Dirk y Pat) a los Mavs con tal de tener entre sus filas a Taylor, Den Nelson ya había conseguido su primer objetivo. El segundo era más tapado y no todos lo entendieron en un principio; los Suns consiguieron a su «juguete nuevo» (junto con otros jugadores y una ronda del Draft del 99) y, a cambio, dieron a su base suplente, un canadiense que no había destacado demasiado: Steve Nash. En unas horas, los Mavericks pasaron de tener un ala-pívot que no llegó a nada en la NBA a un doble MVP de la liga (aunque no fuera con ellos) y, sobre todo, al mejor jugador en la historia de la franquicia y el principal factor por el que en Dallas tienen el campeonato del 2011 entre sus vitrinas.

Con ellos llegó, poco después, Mark Cuban como propietario y pasaron de ser un equipo de zona media-baja del Oeste a uno de los mejores ataques de la liga, unos habituales de los PlayOffs y unos serios candidatos al anillo prácticamente temporada sí y temporada también. Desde que el alemán llegó a la franquicia, se han clasificado para la post-temporada en 14 de las 17 temporadas y no tienen un record inferior al 50% desde su temporada de sophomore en la 1999-2000 en la que se quedaron muy cerca de ello (40-42).

Muchas franquicias de la NBA tienen su día perfecto en la historia, uno que marca un antes y un después, tal vez no por conseguir el anillo en ese mismo momento, sino por comenzar el camino que terminará en el mayor de los éxitos. Y ese día en los Dallas Mavericks es el 24 de junio del 1998, una fecha para recordar.