Los Bucks y sus problemas en el banquillo
Se ha convertido en un lastre para los de Wisconsin

Es fácil determinar las razones por las que los Bucks no están consiguiendo sus objetivos durante la temporada actual.
La agresividad defensiva sucumbió al empezar esta campaña tras la llegada de jugadores jóvenes e inexpertos, aunque cabe decir que el aspecto ofensivo ha mejorado notablemente. Todo parece parte de un proceso natural de reconstrucción donde siempre se sufre en la defensa, aunque no se esperaba verlos sufrir tanto.
Un aspecto muy importante en cualquier equipo ganador son los banquillos, la temporada anterior este era el motivo de orgullo e ilusión de los aficionados pero parece que después del All-Star de Nueva York y sus respectivas lesiones, la retaguardia de los Bucks se ha desmantelado por completo.
En todo caso jugadores que han estado un tiempo lesionados como O.J Mayo, Greivis Vasquez o Jerryd Bayless han sido una losa para el correcto funcionamiento del equipo: El banquillo de los Bucks es el tercer peor de todo la liga con solo 26.5 puntos por partido.
Aunque actualmente el banquillo está tomando su puesto con jugadores como Bayless o Henson, que están jugando a un buen nivel, otros como Miles Plumlee no han demostrado nada y suenan en los numerosos rumores de traspaso que nos acechan diariamente.
Lo que se pensaba que era el motivo de esperanza para ver a los de Milwaukee ganar era su rotación y su poca carga de minutos, que es baja respecto a la NBA, pero si observamos fríamente vemos que cuatro titulares están jugando más de 30 minutos por encuentro (Williams, Middleton, Giannis y Monroe) y solo Jabari Parker está por debajo.
El riesgo de lesiones en un equipo que de lo menos que necesita es a uno de sus puntales de baja puede ser uno de los motivos porque Kidd y los suyos vean que en una temporada dificil de salvar, el mejor resultado puede ser la evolución del equipo como unidad total y no de los cinco que inician los encuentros.