Anatomía de un ‘Clutch’, con Kemba Walker
Dio la victoria a los Hornets frente a Indiana
En la NBA existen curiosos diagnósticos dignos de un congreso de psiquiatría, como es el extraño caso de aquellos jugadores que parecen disfrutar de la adrenalina que genera estar contra las cuerdas y en ese momento vestirse de héroes para salvar a los suyos. Uno de aquellos pacientes crónicos que sufre esta extraña enfermedad es Kemba Walker quien parece estar acostumbrándose a la situación, como si su existencia se fundamentara para aquellos momentos donde todo parece oscurecer. Lo peor de todo es que ningún equipo parece encontrar el antídoto a una enfermedad que está diezmando rivales alrededor de la liga, siendo ayer el turno de los Pacers con pedido a domicilio.
En el último cuarto y luego de que los Hornets desperdiciaran una ventaja de 14 puntos el nerviosismo era la sensación reinante luego de que el marcador fuera revertido al punto de dejar sólo 10 segundos para sobrevivir. Es cuando entonces el técnico Steve Clifford hecho mano al último cartucho que le quedaba, aquel que lo había salvado tantas otras veces, así que como si se tratara de Batman encendió la llama de alerta a Kemba Walker quien saliendo a la cancha vestido de traje dibujo en el aire una escapada que remató con poesía en movimiento.
Fue una jugada básica, pantalla alta de Cody Zeller y el resto a la imaginación de Kemba Walker, el escenario fue dantesco para Frank Vogel, quien veía como la pesadilla con la que había soñado se hacía realidad en cámara lenta frente a sus ojos, aquél «motorcito de alta frecuencia» como lo había llamado antes del partido se escapaba cual Flash con el drible inventando un pasillo entre Ian Mahinmi y George Hill para luego encarar en dirección a la canasta donde lo esperaba la última resistencia: Paul George, que con sólo 2,4 segundos en el reloj fue testigo en primera persona de como Kemba encendió los motores y se elevó cual Superman en una contorsión que lo dejara hecho una estatua del 13 de la mala suerte. En las gradas el público impávido se tomaba sus cabezas y pálidos miraban como el marcador quedaba 96-95 con ventaja para los Hornets, destinando un triste regreso a sus casas.
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El resto fue agonía en medio de la desazón, un tiro lejano de Paul George golpeo el borde del aro y no pudo igualar la hazaña de Kemba pese a haber liderado el encuentro con 32 puntos.
Si los Hornets llegan a estar en Playoffs, que las posibilidades son fuertes considerando el récord de 30-27 que llevan a su favor, esta noche será una de las más recordadas debido a lo que significa ganarle a un rival directo jugando de visita en un partido que se escapaba de las manos.
Luego del partido todo fue elogios a la estrella de Charlotte, el entrenador Steve Clifford destacó el valor de Kemba, debido a que luego de tener un partido más que correcto con 22 puntos y 10 asistencias, no tiene problemas en tomar el tiro decisivo asumiendo las consecuencias del acierto o el error.
Otro que destacó el talento del base fue el Al Jefferson que pese a no tener un buen partido si fue muy bueno a la hora de definir a su compañero:
«Él es nuestro motor. Y en caso de que no lo hayan notado, el camión no anda sin su motor«.
Por último a la hora de preguntar a la estrella de la noche, el propio Kemba Walker sobre que siente en esos momentos cuando toda la presión se coloca sobre sus hombros, respondió:
«Aquí todo el mundo cuenta conmigo. Todo el mundo sabe que me encanta estar en esas situaciones. Mis compañeros de equipo, suelen decir: es momento de ganar, denle el balón».
No será la última vez que veremos acciones como la de anoche, Kemba Walker viene haciendo este tipo de locuras desde sus tiempos en el Bronx haciéndonos preguntar ¿en qué momento lo operaron de los nervios que no nos enteramos?. Hoy la ciudad de Charlotte puede dormir tranquila puesto que cuenta con un superhéroe capaz de correr como pocos, volar ante cualquier rival y detener el tiempo cuando la amenaza de muerte se posa sobre sus compañeros de equipo, no, no es Batman, no es Flash, no es Superman, no es Clock King; es Kemba Walker señoras y señores.