Sweet Home Massachusetts

Los Celtics encadenan 10 triunfos seguidos en casa

CC: Yago Cousiño
CC: Yago Cousiño

Entiendo que es complicado, pero si usted, fiel seguidor de la NBA, aparta la vista de las continuas exhibiciones de Stephen Curry (la última tiene delito) y del récord de los Golden State Warriors, podrá observar que hay vida más allá de la bahía. Recapitulando, los Cleveland Cavaliers siguen comandando la Conferencia Este después de fulminar a David Blatt, pero los Toronto Raptors les pisan los talones a tan solo dos partidos; los Bulls de Pau Gasol van a la deriva tras la lesión de Jimmy Butler y luchan por mantenerse en la zona de los Playoffs; los Spurs, a la chita callando como siempre, solo han perdido 9 encuentros a lo largo de la temporada; Sixers, Lakers y Suns se hunden en la clasificación, etc. Si se fijan, y por ello escribo este texto, pueden decirme qué equipo ocupa la tercera plaza del Este. Exacto, han leído bien, los Boston Celtics.

Con estupor por esta revelación puede que revise su plantilla, quizás se haya perdido algún gran traspaso, pero al ver los nombres la sorpresa crece. ¿Amir Johnson? ¿Jared Sullinger? ¿Jonas Jerebko? ¿Evan Turner? ¿Pero quién diablos es Marcus Smart? Solo espero que ante este descubrimiento no recurra a lo fácil; aquello que los «entendidos» utilizan: «En la Conferencia Este hasta los [introduzca aquí su equipo del Oeste preferido] llegarían a las Finales». Seamos honestos, en la Conferencia de los Warriors, Spurs y compañía hay equipos muy fuertes, pero no por ello hay que desmerecer que los Celtics estén entre los mejores del Este.

Ayer, a una hora tempranera para la gente de Boston, los Miami Heat visitaban al TD Garden en un duelo importantísimo para ambas franquicias; terceros contra cuartos. Pese a un mal inicio, los Celtics se acabaron llevando el gato al agua con una victoria que suponía dos cosas: los verdes tendrán el tie-breaker a su favor en caso de empate en la clasificación con los Heat, y el décimo triunfo consecutivo de Boston como local, y es aquí donde me quiero detener. Los pupilos de Brad Stevens han hecho del TD Garden una fortaleza, y deberán mantenerla en pie si quieren conservar su posición en la tabla.

Tras un final de 2015 en el que los Celtics dieron un curso intensivo de lo que no se debe hacer en una cancha de baloncesto, el 2016 se presentaba como un desafío a la busca de mantenerse en Playoffs. El 6 de enero, Boston se veía superado por los Detroit Pistons en Beantown, dejando su registro en casa en un pobre 9-10. Desde ese encuentro, los Celtics han barrido a todo equipo que ha pisado el TD Garden; un total de 10 rivales han hincado la rodilla, dejando el récord como local en 19-10. Durante esta racha de victorias, Boston se ha salido en el apartado ofensivo, promediando 113.6 puntos por partido; una marca realmente impresionante. Por otro lado, el de la defensa, los Celtics no se han encontrado a sí mismos, recibiendo 103.9 tantos por encuentro. Además, los de Brad Stevens se han impuesto por una media de 9.7 puntos a los 10 rivales, entre los que se encuentran grandes equipos como los Clippers (134-139 tras una prórroga), los Pacers, los Bulls, o los mismos Heat.

Huelga decir que la regularidad como local es algo básico para cualquier franquicia NBA, sobretodo cuando se aspira a entrar en Playoffs, y por qué no, a avanzar algunas rondas. Los Celtics han perdido ligeramente su contundencia defensiva; su principal seña de identidad, pero últimamente han encontrado un buen ritmo en ataque, tanto en casa como fuera. Tan solo 4.5 partidos de diferencia separan a Boston con el noveno clasificado del Este; puesto que ocupan los Detroit Pistons en estos momentos.

Restan 22 encuentros para el final de la temporada regular, y 12 de ellos se disputarán en el TD Garden. Mantener esta racha es una de las grandes prioridades para Brad Stevens y los suyos para volver a disputar la postemporada por segundo año consecutivo, pero no lo tendrán nada fácil. Los Utah Jazz y los Portland Trail Blazers, que están luchando por las últimas plazas de Playoffs del Oeste, serán los próximos en pasar por la consulta de los verdes. Knicks, Grizzlies, Rockets, Thunder, Magic, Raptors, Pelicans, Bucks, Hornets y Heat serán los rivales de los Boston; muchos de ellos directos.

El feudo de los Celtics es uno de los pabellones más activos de la NBA; quizás el ambiente más «Europeo» de la liga. Cada encuentro se vive al máximo, que para algo son aficionados a la franquicia más laureada la historia. Los Isaiah Thomas, Marcus Smart, Jae Crowder y compañía imponen un ritmo endiablado de juego, sobretodo en casa ya desde el primer cuarto. Cierto es que el estilo de juego Celtic provoca muchos vaivenes, ya que cuando la pelotita no entra (véase los partidos en Utah y Minnesota) el equipo sufre y llegan las derrotas, y más ahora cuando la defensa no está dando el do de pecho como en los primeros meses de campeonato.

Con mes y medio de temporada regular por delante, los Boston Celtics tienen la tercera plaza entre ceja y ceja. El calendario es complicado, pero el premio que pueden conseguir es más que jugoso. No ocupan titulares, casi nadie habla de lo que están consiguiendo, pero otro año más, Brad Stevens está consiguiendo algo realmente impresionante con un roster bastante limitado. El tiempo dirá dónde acabarán estos Celtics, pero si siguen sumando victorias en el TD Garden, los aficionados tendrían que cambiar la letra de la clásica canción de Lynyrd Skynyrd por el nuevo «Sweet Home Massachusetts».