Los Boston Celtics fijan su vista en la lotería
Las grandes victorias no siempre ocurren en el campo
El último anillo, la bandera número #17, se colgó del techo del TD Garden gracias a qué tuvimos mala suerte en la dichosa lotería del Draft. Llegaban unos Boston Celtics a la noche del sorteo, tras un paupérrimo récord de 24-58, con las segundas probabilidades más altas de llevarse el número 1, y con las vistas puestas en un Kevin Durant (que ya había costado 30.000 dólares a Ainge), al que se veía como pieza con la que volver a llevar al equipo a lo más alto.
Pero las bolitas rebotaron de más en la urna, y los Celtics vieron cómo el pequeño leprechaun se llevaba la olla llena de oro a otro árbol. Blazers (7º en %), Supersonics (5º) y Hawks (4º), formaron un top 3 al que los Celtics miraban con recelo. Puede que parte de ese recelo, que esas ansias de venganza, fueran el detonante que hiciera a Ainge ser muy agresivo la noche del Draft (consiguiendo a Ray Allen), y pusieran el primer cimiento del que sería aquel equipo campeón.
Con un récord peor (21-61), llegan los ‘Brokston Neltics’ terceros a la presente lotería, si bien con la mirada menos fija en los novatos (no hay Odens o Durants), sí con un mismo objetivo, quedar lo más arriba posible. Ya se han escrito suficientes líneas explicando lo bonito que podría ser un verano tras conseguir el pick 1, pick 2 o pick 3, pero viendo la «suerte» que tuvimos en 2007 (lo peor era quedar 5º), ¿qué podemos hacer para intentar que Isaiah Thomas, nuestro «pequeño leprechaun», sea el último en hacerse la foto?
Salvando posibles teorías conspiratorias, cálculos irracionales y ritos iluminati, que un argentino y este servidor tenemos planeado realizar, y que saldrán a la luz en su momento, lo primero que podemos hacer es intentar explicarnos cómo funciona ese complicado sistema por el cual, los equipos se suben al tanque.
¿Qué sucede en la lotería del Draft?
Las protagonistas son 14 bolas de ping pong, numeradas del 1 al 14, que son colocadas en un urna. 1.001 combinaciones posibles, de las que cada equipo es dueño de una parte, para un total de 1000 (la 1001 no pertenece a nadie). El número de combinaciones de las que dispone cada equipo, viene determinado por su récord en liga regular, el peor equipo es el que más combinaciones tiene, y si hay un empate, se reparten las combinaciones y el que resulta ganador de un sorteo realizado tirando una moneda al aire, se lleva una combinación más.
Tras el ritual, que no se graba en directo y que sucede una hora antes del acto televisivo (motivo por el cual no sabemos si los participantes tiene un copa en la mano y un cigarro en la otra, como si de un Bingo se tratase), un representante imparcial saca 4 bolas de esa urna (en realidad no las saca, la urna las expulsa, por lo que las quejas de tongo tendrían que ir dirigidas hacia esa maldita urna corrupta del diablo), y el equipo dueño de la combinación resultante, es el ganador de la lotería, obteniendo el pick número 1.
Este proceso se realiza dos veces más, y con el pick 2 y el pick 3 otorgados, el resto se estructuran en orden inverso a su récord. Es decir, los Celtics sólo podrían caer al 6º puesto. ¿Ponemos un ejemplo?, ahora mismo me estoy dirigiendo a la página web Tankathon, y haciendo un ejercicio de redacción interactiva, voy a simular una lotería, a ver qué pasa. Previamente, te dejo los % de cada equipo:
Y aquí llegan los resultados:
New York (pick para Denver), con solo un 4,3% de posibilidades, obtiene el pick 1. Los Pelicans, con un 7,1% de hacerse con el pick 2, consiguen la segunda elección. Y los Brokston Neltics, con un 15,6% de hacerse con el pick 3, consiguen cerrar el podio. El resto de equipos, como expliqué antes, se ordena según su récord en temporada regular, por eso Sixers es el primero de los «no ganadores», luego Lakers (chau pick), Suns, etc.
Estas son las probabilidades pero, ¿qué ha pasado históricamente?
Tras el cambio de sistema en 1994, que otorgaba al peor equipo un 25 % de posibilidades de conseguir el pick 1, el colista solo ha ganado la lotería 3 veces, la última los Wolves en 2015. Los Neltics disponen de 156 combinaciones, un 46,9 % de probabilidades de terminar en el top 3, y lo más probable (individualmente hablando), es terminar con la 5ª. Veamos ahora lo que históricamente le ha sucedido al equipo que llegaba tercero a la lotería:
El tercero en la historia reciente de la NBA
- 2005, Charlotte Bobcats, pick 5 (Raymond Felton)
- 2006, Chalotte Bobcats, pick 3 (Adam Morrison)
- 2007, Milwaukee Bucks, pick 6 (Yi Jianlian)
- 2008, Minnesota Timberwolves, pick 3 (O.J. Mayo)
- 2009, Los Angeles Clippers, PICK 1 (Blake Griffin)
- 2010, Sacramento Kings, pick 5 (DeMarcus Cousins)
- 2011, Toronto Raptors, pick 5 (Jonas Valanciunas)
- 2012, Cleveland Cavaliers, pick 4 (Dion Waiters)
- 2013, Cleveland Cavaliers, PICK 1 (Anthony Bennett…)
- 2014, Orlando Magic, pick 4 (Aaron Gordon)
- 2015, Philadelphia 76ers, pick 3 (Jahlil Okafor)
En total, tres picks 5, tres picks 3, dos picks 4, dos picks 1 y un pick 6.
La lotería, en definitiva, es incontrolable. Lo único que puede controlar nuestro amigo Danny Ainge es su pericia en los traspasos y su buen hacer escogiendo novatos. Nuestro GM, inevitablemente, con su porte alto y desgarbado, su pelo rubio y su temeridad en las negociaciones, me recuerda al gran Kevin Costner en la película de culto «Draft Day«. SPOILER ALERT. Sonny Weaver Jr., GM de los Browns, obtiene un pick 7 en la lotería, intrigado por el supuesto número 1, un QB que resultaría no ser tan bueno como aparenta (buenos días Ben), es agresivo en las negociaciones y traspasa ese pick 7, más sus primeras rondas de los dos años siguientes, por el pick 1 de los Seahawks. No contento con esa elección, Sonny, intercambia tres segundas rondas por el pick 6º de los Jaguars (justo el de anterior al de los Seahawks). Aprovechando el miedo de perder a ese famoso QB, y ayudado del hecho de ser una película de ficción, Costner traspasa ese pick 6 por su anterior pick 7, más otras rondas, y la película termina con final feliz, Sonny se la ha sacado.
Obviamente, es harto complicado que suceda algo así con los Celtics la noche del Draft, sería muy divertido, pero Ivan Reitman no va a dirigir este show. Aunque por rondas que comerciar no vamos a ser agarrados.
Nadie exige a Ainge que realice la proeza realizada por Costner, pero de tener mala suerte de nuevo, será necesario que Ainge aplique el plan B, C, J o P, porque lo que sí debe hacer es moverse, el equipo necesita cambios. Recuerda Danny, «Las grandes victorias no siempre ocurren en el campo».