Después de un primer partido de semifinales -tras una larguísima serie de cuartos de final de cinco encuentros- en el que el Melilla Baloncesto se impuso de una manera clara al Basquet Coruña, merced principalmente a un gran acierto desde la línea de tres que se sumó al cansancio de los muchachos de Tito Díaz, que habían tenido únicamente dos días de descanso, el conjunto coruñés sumó en la tarde de hoy una importantísima victoria para igualar la eliminatoria y llevársela a tierras gallegas.
Comenzaba el partido con el Melilla imponiendo su ley en todos los aspectos del juego, principalmente el rebote -piedra angular de su juego en la primera parte- despegándose en el marcador ante un Basquet Coruña que, aunque con notoria mejoría con respecto al primer choque, parecía más bien disperso. Mermado por las bajas de Chus Castro y Ben Stelzer (lesionado en el primer partido), el equipo naranja no era capaz de encontrar el ritmo en la pista, dejando que los locales consiguiesen una ventaja de hasta 11 puntos mediado el segundo cuarto.
Sin embargo, cuando parecía que iban a quedarse en la cuneta, los herculinos tomaron aire y decidieron despertar de su letargo. Ofreciendo una importante solidez defensiva, y comandados por Burjanadze y Monaghan, conseguían poner el primer empate en el marcador poco antes de un descanso al que los locales iban a irse 6 puntos por encima.
Tras la reanudación, el Basquet Coruña, ya completamente desperezado, arrebataba el tempo del partido al Melilla Baloncesto, haciéndose fuerte alrededor de su aro, manteniendo la intensidad atrás y mejorando en el aspecto reboteador. Y, como suele pasar, si las cosas van bien en campo propio, uno tiene la suficiente calma como para poder jugar bien en el otro extremo de la cancha. En un partido con un ritmo frenético en esta segunda mitad, los empates se sucedían uno tras otro, llegando a los últimos segundos con los de naranja con una ventaja de +2. Tiempo muerto que pedía Alejandro Alcoba con el fin de decidir el choque con un movimiento de estrategia. Desplegados los planos, transmitida la estrategia y arengados los suyos, salían al campo ambos conjuntos sabiendo que era una jugada decisiva: si la suerte caía del lado de Melilla, pondrían un 2-0 en la serie bastante difícil de remontar; si decidía caer del lado del Basquet Coruña, la eliminatoria estaría empatada y programado un viaje a casa con el que podrían tomar aire y afrontar con garantías los 2 partidos restantes en el noroeste.
Quiso el caprichoso destino ponerse del lado de los pupilos de Díaz, que, en una segunda parte de infarto, merecieron ganar el partido y terminaron por enviar el triunfo a casa por correo certificado.
Así las cosas, ambos conjuntos viajarán a A Coruña para medir sus fuerzas en el tercer asalto de estas semifinales, el viernes 13 de mayo a las 21:00 horas en el Palacio Municipal de los Deportes.
