Troy Williams, el nuevo grizzly de Memphis

El jugador firma un contrato de pretemporada

Fuente: Bryan Horowitz (CC)
Fuente: Bryan Horowitz (CC)

Troy Williams empezó la Summer League con los Phoenix Suns como un cachorro y ha acabado convertido en un nuevo oso de Memphis, aunque su presencia se limite por el momento a los primeros compases de temporada. La brillante actuación con el equipo de Arizona en Las Vegas se ha traducido este lunes en un contrato parcialmente garantizado con la franquicia de Tennessee, por lo que el alero todavía tiene que luchar por ganarse un puesto en el banquillo del entrenador, afirma el periodista David Pick.

Con 21 años y 2,01 metros de altura, el jugador natural de Hampton acumulaba en junio tres años universitarios jugando bajo la camiseta de los Hoosiers, en la universidad de Indiana, pero no consiguió aparecer en la combinación del Draft 2016. Sin equipo y con pocas posibilidades de asegurarse un dorsal para la siguiente temporada de la NBA, su juego atrajo contra pronóstico las miradas de varias franquicias. Terminada la Summer League, Los Angeles Lakers, Golden State Warriors, Oklahoma City Thunder, Denver Nuggets, Phoenix Suns y Memphis Grizzlies en particular parecían equipos con interés en Williams.

“Estoy muy contento y espero esta oportunidad”, explicaba el jugador en una entrevista al teléfono para CNHI News, después de conocer la lista de componentes que entrenarán en el training camp de los Grizzlies para este año, donde compartirá pista con otros 14 nombres. Los números con Phoenix Suns en Las Vegas le preceden. 12,3 puntos, 4,3 rebotes y 1,7 recuperaciones en 22 minutos de juego muestran la evolución de un jugador que empezaba con pocos minutos –apenas 10 por partido- y confianza en el inicio de la campaña de verano para acabar arrastrando a su equipo a las semifinales contra Minnesota Timberwolves de la mejor manera posible.

22 y 24 puntos fueron sus dos últimas figuras para liderar al equipo en anotación, si bien el conjunto no consiguió superar el desafío y encontrarse con Chicago Bulls en la final, una exhibición apropiada para poner el broche a la incertidumbre que le persigue desde final de temporada.

La pega es su falta de consistencia en ciertos momentos del juego. Pone en duda su regularidad anotadora, pero es una carencia que suple con su explosividad y atletismo, a falta de la madurez necesaria para convertirse en un verdadero jugador profesional, un aspecto que el tiempo se encarga de pulir en el momento oportuno. Mientras tanto, el grupo técnico de Memphis se conformará con un jugador consistente en defensa, rápido en las líneas de pase y en el contraataque, versátil desde el perímetro y con gran margen de mejora en el lanzamiento, en el caso de que finalmente decidan apostar por el jugador.

Imaginar ahora una decisión final posible resulta una tarea complicada, pero el esquema de Memphis Grizzlies en el vestuario sopla a su favor. A pesar del fichaje de Chandler Parsons, la profundidad de los Grizzlies en la banda es poco profunda con Vince Carter en el banquillo y una cantidad de jóvenes con ttalento aún por emostrar. Williams podría jugar fácilmente en el camino que dibuja la franquicia para la siguiente campaña si consigue mantener el nivel con el que ha finalizado su trayectoria en los Suns.