Harrison Barnes suspende su primer examen

Pésima pretemporada del alero

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Harrison Barnes no pasa la primera prueba/Matthew Addie (CC)

Este verano, los Dallas Mavericks decidieron que, por el bien del equipo, debían firmar un gran contrato que ilusionase a la afición y convenciera a Dirk Nowitzki de seguir un par de temporadas más sobre el parqué. Pero con Chandler Parsons haciendo las maletas destino Memphis a las primeras de cambio y con Hassan Whiteside y Mike Conley decidiendo quedarse en sus respectivas franquicias las opciones disminuían claramente. Entonces llegó un «ángel»  en forma de Kevin Durant que, con su fichaje por los Golden State Warriors, liberaba un jugador con mucho hype: Harrison Barnes.

Los Mavs tardaron muy poco en ofrecer a Harrison Barnes un contrato irrechazable: 94 millones por las 4 próximas temporadas. El alero de 23 años, campeón de la NBA en el 2014, venía de realizar unos PO muy discretos; pero en Texas confiaban que sus estadísticas crecerían si dejaba de sería cuarta espada dedu equipo. Pero los inicios de Barnes en Dallas no han sido nada sencillos. Era la única estrella prometedora (y con experiencia) que había en el mercado y los Mavs, sin poder firmar a un base o a un pívot de similares condicones, fueron a por él.

Mi madre siempre me dice que «los gitanos no quieren buenos inicios para sus hijos»; y Harrison Barnes debería encomendarse a este refrán español, porque ha realizado una pretemporada de suspenso.

Harrison Barnes no ha ilusionado en absoluto a los texanos. Sus estadísticas hablan por sí solas: 6.9 puntos, 3.3 rebotes y 0.7 asistencias en 20 minutos por partido con unos porcentajes horrorosos (26% en tiros de campo y 16% desde el triple). Si ponemos estos números en contexto con el de sus compañeros de posición, vemos con Justin Anderson ha sido claramente superior (8.9, 3.9, 1.4 con 43% TC y 36% p3 en 17 minutos) y Nico Brussino ha estado en unas estadísticas similares a la del estadounidense con mucha menos participación (5.6, 2.3, 0.9 con 54% TC y 61% p3 en 14 minutos).

Se ha visto a un Harrison Barnes muy perdido, nada acertado en el tiro y casi sin aportar en otros aspectos del juego ofensivo de los Mavericks (que es donde se pide que destaque). No ha repartido ninguna asistencias en los últimos encuentros. En defensa, las sensaciones son mejores pero tampoco excelentes; no ha estado reboteando mal y se ha mostrado acertado en la defensa hombre a hombre. Pero no se paga un salario de estrella a un jugador solo para que dé un nivel decente en un costado de la cancha sin aportar nada en el otro.

Solo en su debut contra los Pelicans  superó los 10 puntos en la que fue su actuación más entera. Lo más preocupante es que Harrison Barnes ha disputado los 7 partidos y en vez de ir de menos a más (algo más o menos lógico), ha sufrido un decrecimiento de su nivel en pista.

Es cierto que todavía estamos en pretemporada y que no se debe juzgar de manera definitiva a Harrison Barnes hasta que le veamos constantemente jugar en Regular Season. Pero la primera impresión no ha sido buena y ahora Barnes tiene más trabajo por delante para convencer a sus nuevos aficionados.

El fichaje ha sido polémico desde que se conoció. El joven alero llegaba a Dallas con la sombra de haber tenido un buen rendimiento beneficiado por el sistema de Steve Kerr y con la sensación de no tener el margen de mejora suficiente como para llegar a merecer, en algún momento, el salario que va a percibir.

Nada ha funcionado, de momento, con unos titulares de los Dallas Mavericks con muy poca química y que tienen el tiempo justo para trabajar de cara al inicio de una nueva edición de la NBA; donde cada partido es importante si quieres clasificarte para los PlayOffs en una Conferencia Oeste donde hay mucho nivel y seguro que habrá algún buen equipo que deba ver la post-temporada por la televisión.

Harrison Barnes era la única opción que tenían los Dallas Mavericks de poder cumplir de alguna manera el plan que habían pensado de cara a la construcción de esta temporada, pero… ¿Era el mejor plan para los Dallas Mavericks? En opinión de un servidor: no. La estrategia más lógica para un equipo que con el fichaje de Barnes seguirán sin ser candidatos al anillo es la de ahorrarse esos más de 20 millones por temporada para dárselo, cuando se pueda, a una verdadera estrella que supla a Dirk Nowitzki y dar el puesto de alero titular a un joven y prometedor Justin Anderson. Este movimiento sería menos arriesgado ya que sigues teniendo un alero con un rendimiento desconocido pero por lo menos no habrían comprometido tanto espacio salarial.

Pero la opinión de un joven pre-periodista no es más que eso: una opinión. Harrison Barnes todavía tiene tiempo para demostrar a sus retractores que Mark Cubano no se equivocó confiando en él, que puede convertirse en un alero TOP y en un futuro activo que atraiga a grandes nombres que devuelvan a la franquicia texana a la lucha por los campeonatos.