Golden State Warriors necesita encontrar el equilibrio

Los Warriors han dejado sensaciones muy diversas

Golden State Warriors-wikimedia.org (CC)
Los Warriors antes de un partido-wikimedia.org (CC)

Golden State Warriors ha tenido un comienzo un tanto mediocre, mientras que todos esperaban que este iba a ser un equipo que terminaría la temporada con un 82-0 o algún tipo de récord parecido. Estos Warriors son un equipo llamado a hacer historia en esta liga, pero tiempo al tiempo. Los grandes imperios no se construyeron en un solo día. El equipo de Oakland terminó la temporada pasada con el récord de victorias de liga regular con un impresionante 73-9, un hito que nadie pensaba que podía ser superado. Ese fantástico equipo añadió a uno de los mejores anotadores de la historia en la agencia libre, Kevin Durant. Los buenos se hicieron aún mejores.

Tras haber jugado los seis primeros partidos, el récord de este equipo es de un sorprendente 4-2. A pesar de que han ganado más de la mitad de sus partidos, las sensaciones no han sido tan buenas, consiguiendo victorias por la mínima frente a rivales que, sobre el papel, son mucho menos talentosos que este equipo formado por el núcleo de Stephen Curry, Klay Thompson, Kevin Durant y Draymond Green. Sin ser un aguafiestas, era bastante previsible. El equipo que ganó el anillo en el año 2015 y que casi repite en el 16, ha cambiado totalmente, especialmente el banquillo, que tuvo que dejar hueco para que la directiva del equipo pudiera afrontar el fichaje de la nueva superestrella de la bahía de San Francisco. Este equipo tiene que pasar por un periodo de adaptación y es el trabajo de Steve Kerr reforzar todos los puntos flojos de este equipo que a priori parecía casi invencible.

Los Warriors no pueden permitirse realizar dos actuaciones tan diferentes en tan solo 48 horas de diferencia. La noche del jueves, Golden State afrontaba en casa un partido muy emocionante en el que Kevin Durant se enfrentaba por vez primera a su ex-equipo, Oklahoma City Thunder, y el resultado fue asombroso. ‘Veni vidi vici’, el equipo de Oakland arrolló a su adversario en un partido en el que Kevin Durant terminó con 39 puntos, 29 de ellos en la primera mitad del partido.

Al día siguiente, vuelo a Los Ángeles para enfrentarse a los denominados ‘Young Lakers’ del antiguo entrenador asistente de Steve Kerr, Luke Walton. Resultado completamente distinto. Los Lakers parecían aspirantes al título frente a unos Warriors muy erráticos en un partido en el que Stephen Curry no consiguió anotar ni un triple casi dos años después. Es una locura; Golden State Warriors necesita encontrar un equilibrio que les permita ser competitivos frente a cualquier oponente en esta liga.