Un último cuarto demoledor da el triunfo a los Celtics en Minnesota

Boston Celtics 99 - 93 Minnesota Timberwolves

Isaiah Thomas. jugador franquicia de los Boston Celtics (Photo by Odie M)
Isaiah Thomas. jugador franquicia de los Boston Celtics (Photo by Odie M)

Llegaban los Boston Celtics a Minnesota inmersos en una gira de tres partidos fuera de casa que había comenzado con buen pie en Detroit, más que por poder contar con todos sus jugadores por primera vez esta temporada que por su agónica victoria. Por su parte, los locales esperaban a los de Stevens con ánimo de exorcizar los dos demonios que están lastrando su, por otra parte, prometedora campaña: los horribles terceros cuartos y malas segundas partes en general.

Afortunadamente para los visitantes, solo lograrían acabar con uno de ellos. O quizás habrían acabado con los dos de haber obrado de otra manera su entrenador, principal culpable de la derrota junto a la defensa de los Orgullosos Verdes. Pero no nos adelantemos.

La primera parte fue previsible cual comedia romántica: chica conoce a chico, se gustan, pero pronto empiezan los problemas. Es decir, los Minnesota Timberwolves firmaron una gran primera parte (equipo que más anota en la NBA durante los primeros cuartos) mientras que los de Al Horford no cogían un rebote aunque este les cayese en las manos (equipo más bajo de la liga). Hasta 19 tiros fallaron los Wolves en la primera parte para acabar cogiendo 8 rebotes ofensivos ante unos Boston Celtics que tienen en Macus Smart y Terry Rozier a sus mejores y más fiables reboteadores. Al final, ventaja de 10 puntos para los locales al descanso: 42-52.

El tercer cuarto debería ser el momento del partido en el que los Boston Celtics apostasen por todas dado el mal desempeño de los Wolves en estos 12 minutos a lo largo de la temporada, pero en lugar de eso se limitaron a hacer cosas tan groseras como las arriba presentes. Gracias a Al Horford y a la defensa de Marcus Smart sobre Andrew Wiggins la ventaja de cara al último cuarto fue de ‘solo’ 13 puntos.

Horrible partido disputado por los Boston Celtics en el que el único consuelo para sus aficionados era disfrutar de ese jugador que es Karl-Anthony Towns y que estaba firmando lo que ellos quizás crean que es una noche antológica pero que en el fondo es solo un día más en la oficina (27 puntos con 2/4 en triples, 18 rebotes, 3 asistencias y  tapones), hasta que la bronca echada durante el descanso entre cuartos surtió efecto para los visitantes.

Una serie de grandes defensas sobre Andrew Wiggins y Karl-Anthony Towns cortesía de Marcus Smart y Al Horford, así como un par de robos de Terry Rozier, permitieron a los Boston Celtics firmar un parcial de 19-0 que los ponía 6 arriba tras empezar el periodo 13 puntos por debajo. Pero mentiríamos si negásemos la alta cota de participación que tuvo en esto un Tom Thibodeau que gastó todos sus tiempos muertos menos uno a falta de seis minutos de partido (pedía uno cada vez que los Celtics metían una canasta dios sabe porqué) y que se quedó sin ellos cuando a falta de cinco minutos para el final del partido Terry Rozier robaba un balón que posteriormente hundía en la canasta contraria.

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Tras esto, un vago intento de Karl-Anthony Towns desde el triple que fue contrarrestado por Isaiah Thomas (29 puntos y 3 asistencias) acabaron con el partido. No queremos olvidarnos de Isaiah Thomas, que con los 6 anotados contra los Minnesota Timberwolves se ha convertido en el máximo anotador de toda la liga durante los últimos cuartos.

Victoria con más contras que pros para los Celtics y más pros que contras para los Wolves.