Los Knicks ganan al ritmo de sus bases y Kristaps Porzingis
Portland TrailBlazers 103-107 New York Knicks

Los New York Knicks recibían a unos Portland TrailBlazers que ganaron en Brooklyn el domingo en casa. Un Madison Square Garden que se empieza a convertir en un fortín pues los locales venían de ganar los últimos cuatro en su feudo.
Los visitantes empezaron muy cómodos en el partido, anotando con facilidad en la pintura y encontrando a los tiradores, lanzando un excelente porcentaje en triples. Los New York Knicks aguantaron como pudieron el festín ofensivo del primer cuarto.
Sin embargo las cosas cambiaron en un segundo cuarto en el que los Knicks bailaron al ritmo de Brandon Jennings y Derrick Rose. Frenando bien a Damian Lillard y C. J. McCollum, les permitió lucirse en ataque. La buena defensa del equipo derivaba en una máquina de hacer highlights en ataque y al descanso ganaban 58-60.
La segunda parte se bajó el ritmo anotador por parte de ambos equipos. Se vieron dos equipos más activos en defensa, con canastas mucho más trabajadas. El banquillo de los locales se estaba imponiendo al de los Blazers con partidazos de hombres como Brandon Jennings, Justin Holiday o Mindaugas Kuzminskas.
El partido se decidió en los instantes finales. Si bien es cierto que Carmelo Anthony no estuvo fino en ataque, consiguió algunos rebotes importantes en ambos aros y defendió muy bien. El líder del equipo en la anotación fue un Kristaps Porzingis que, con 31 puntos, se echó el equipo a la espalda. En el clutch time, con los Blazers acechando, fue Derrick Rose quién fue decisivo para ganar 103-107 en casa
No need to go to sleep when you can WATCH these courtside highlights from tonight’s #Knicks win! #NYKvsPOR pic.twitter.com/lNB4WJWk14
— NEW YORK KNICKS (@nyknicks) 23 de noviembre de 2016
Kristaps Porzingis se vuelve a ir a los 30+ puntos.
Por segunda vez esta semana, Kristaps Porzingis supera esa marca con una facilidad pasmosa. 31 puntos con un 56,5% en TC, además de sumar nueve rebotes. Rebosante de felicidad, el letón sigue haciendo de los Knicks un equipo mucho mejor y más peligroso. Con canastas de todos colores y unos movimientos antológicos.