Los ‘marginados’ y nuevos Nets, tratando de escalar
Una nueva construcción necesita tiempo
Los Brooklyn Nets, pese a ser criticados hasta la saciedad en la pretemporada y verano, han demostrado que pueden plantar cara a muchos conjuntos de la liga. Ahora mismo es cierto que no están pasando por un buen momento, y se hace visible dado que llevan nada menos que cinco derrotas consecutivas, pero pueden excusarse en las bajas de Jeremy Lin u hombres como Caris LeVert, que todavía no ha debutado, por una razón: son nuevos.
El reto que debe estar suponiendo para una franquicia en la que la mayoría de sus piezas, staff y cuerpo técnico son nuevos en el equipo, debe ser enorme. Todo proyecto necesita su tiempo para asentarse, y los nuevos Nets de Kenny Atkinson no son menos. Encima, si ya a la poca calidad de un conjunto que, como vimos al inicio de temporada, encaja a la perfección al disponer de todas sus piezas, le restas uno de sus mejores integrantes, puedes trastocar de arriba a abajo los planes del entrenador. Kenny Atkinson lo justifica:
«Estamos intentando conseguirlo. Todos hemos sido humillados«.
Como comentamos anteriormente en el artículo, los Nets han sido rebajados a la altura del betún en incontables ocasiones durante la pretemporada y comienzo de la misma, pero el juego que mostraron sorprendió a más de uno. Pese a todos los contratiempos que sufre la franquicia, la nueva cultura que se está imponiendo sigue intacta, y observamos que bastantes jugadores están inmersos en ella:
«Nosotros jugamos duro. Qué va a significar eso en términos de victorias, nadie lo sabe realmente. Pero nosotros jugamos duro«.
Los aspectos positivos de los Nets, por otro lado, siguen contentando al aficionado, que ya confía en el proyecto porque es visible que la dirección del mismo se encuentra en buenas manos. Tanto el desarrollo de jugadores, como el manejo del roster (sabiendo además que Brooklyn juega el peor calendario de la liga) está siendo impecable, y los ajustes que el entrenador realice cuando vuelvan interesantes miembros como LeVert o Lin (a los que no se quiere forzar), pueden dar pie a una sorpresa. El base ex de Lakers y Hornets, entre otros, está aumentando su liderazgo y aptitudes tácticas, al mismo tiempo que podemos verle en el banquillo siempre acompañado de una libreta donde apunta quién sabe qué, relacionado con el partido. El entrenador cuenta cómo comenzó este nuevo ‘hábito’ de Lin:
«Es bonito. Es su manera de demostrar que le importa. Me preguntó si podía hacerlo y le dije: ‘Sí, claro’. Y él lo hace, y me lo entrega después de cada partido, y luego yo se lo doy a… sabes, no estoy seguro de dónde llega».
Simples anécdotas como estas son las que demuestran el compromiso de los jugadores y cómo está calando la nueva cultura (el conocido ‘Brooklyn Grit’) en todos los integrantes de la plantilla. De verdad, como aficionado de Brooklyn, debe ser bonito ver comenzar un proyecto desde su etapa en pañales hasta que alcance el éxito. Y todo esto, sabiendo que está en muy buenas manos.