Adam Silver, el comisionado de la NBA, ha afirmado que se están produciendo «enormes progresos» entre los dueños de las franquicias de la NBA y el Sindicato de Jugadores en las negociaciones sobre el nuevo convenio laboral. El acuerdo se publicará antes del 15 de diciembre, anunciándose de esta forma varias novedades de cara a próximas temporadas. Entre estos cambios, se encuentran temas de salarios y de distribución de derechos de televisión, además de cambios en el calendario. Éste último punto es el más importante, ya que la temporada 2017-2018 comenzará a mediados del octubre, adelantándose así el inicio de campaña dos semanas antes de lo que viene siendo habitual años atrás. «No está todavía, pero siguen siendo optimistas (…), estamos en el camino para extender el convenio colectivo actual«, declaró Silver.
El principal objetivo de esta medida es que los equipos de la NBA jueguen los 82 partidos que se disputan duante la temporada regular de forma menos continuada, beneficiando a los jugadores, ya que tendrán más tiempo para descansar entre partidos y evitar así un mayor riesgo de lesiones. Para conseguir esto se pretende reducir el número de back-to-backs, es decir, reducir el número de veces en las que los equipos juegan dos partidos en menos de 48 horas. La temporada pasada esto se produjo en 17, 8 ocasiones, mientras que en ésta ocurrirá en 16,3. La finalidad es que esta cifra baje gradualmente cada temporada.
Las negociaciones se están llevando a cabo a la vez que el nuevo contrato sobre los derechos de televisión entra en vigor. La NBA recibe una cifra de 2.700 millones de dólares por campaña hasta el año 2025, mientras que con el contrato anterior conseguía 930 millones. Esto se traduce en una subida del margen salarial de las franquicias y por lo tanto, en una gran subida salarial de los nuevos contratos de los jugadores respecto a temporadas pasadas. «El hecho de que haya más dinero para ser distribuido entre los equipos y los jugadores ha creado un clima favorable», afirmó el jefe de la NBA.
Por lo tanto, parece complicado que se produzca un lockout (huelga de los jugadores) la temporada que viene, ya que las negociaciones entre ambas partes van por buen camino. El último ejemplo de lockout lo encontramos en la temporada 2011 – 2012, llegándose a retrasar durante casi 2 meses el inicio de dicha campaña.