Los Timberwolves se imponen a los Hornets en la prórroga
Minnesota T'wolves 125 - 120 Charlotte Hornets

Minnesota Timberwolves había perdido 24 horas antes en el Madison Square Garden y con la moral baja se enfrentaban en back-to-back a Charlotte Hornets en Carolina del Norte. Los locales habían tenido un día más de descanso, ya que habían vencido a los Mavericks en casa hacía dos noches. Para este encuentro los Timberwolves sentían una necesidad de urgencia para cortar la racha de cuatro derrotas seguidas y para dar un poco de aire fresco a un proyecto que en cada encuentro olía peor. Los Hornets por su parte querían también la victoria, obviamente, en su caso para no descolgarse de esa lucha por una muy digna tercera plaza de la Conferencia Este.
El primer cuarto fue claramente del color local, que cerró con eficiencia el aro y supo robar también balones para salir fácil al contraataque. Eso sumado a que la defensa de Minnesota no estuvo mal pero tampoco fue nada del otro mundo dejó una distancia de 10 puntos ya al final del primer periodo, 19-29. En el segundo las segundas unidades hicieron acto de presencia y la de los Timberwolves fue claramente superior, como mínimo se hacía notar mucho más, pero una cosa u otra los Hornets lograron conservar la ventaja siempre alrededor de la decena. No fue hasta los últimos dos minutos, ya con todos los titulares de nuevo en pista, cuando los visitantes lograron un buen parcial y redujeron la desventaja hasta solo tres puntos en la media parte, 49-52.
En la reanudación Kemba Walker decidió que debía coger un poco de ritmo y marcó el tempo de los primeros minutos. A su «recital» le sucedieron los minutos de los suplentes de ambos equipos, que nos dejaron un bonito espectáculo anotador que acabó con el 74-84 con el que se llegó al final de esos 12 minutos. En el cuarto y definitivo periodo, sin embargo, Thibodeau siguió confiando en su segunda unidad y esta le brindó un parcial de 10-0 para iniciar ese cuarto y empatar el partido cuando quedaban ocho minutos para el final. Los Hornets recuperaron la compostura y se mantuvieron casi siempre por delante, pero la igualdad siguió ya hasta el final del partido, Tanta fue esa igualdad que el partido terminó yéndose a la prórroga (empate a 106) tras un triplazo de Andrew Wiggins a falta de nueve segundos que Kemba Walker no supo responder con una canasta ganadora.
Minnesota arrancó de lujo esa prórroga con un parcial de 7-0 en un minuto y a partir de ese momento, con tiempo limitado para reaccionar, los Hornets fueron siempre a remolque. Lo intentaron a base de grandes canastas de Batum o Belinelli, pero los Timberwolves no fallaron ni un tiro libre y aseguraron la victoria con un marcador final de 125-120.
El banquillo, la clave de los Timberwolves
Los quintetos titulares de ambos equipos estuvieron a gran nivel. Por tanto, lo que marcó las diferencias realmente fueron las actuaciones de los suplentes, y ahí echando un vistazo al boxscore que os facilitamos abajo se nota claramente cuál de los dos fue mejor. En Minnesota, como ya había sucedido en esa última derrota contra los Knicks, los suplentes fueron vitales y recuperaron el partido cuando a los titulares se les estaba escapando.
En definitiva, los Bjelica, Muhammad, Dunn y compañía deben seguir rindiendo a este nivel si el proyecto de los Timberwolves quiere seguir progresando. Respecto a los Hornets, Belinelli siguió con su buen estado de forma, pero más allá de él hombres teóricamente importante como Hibbert o Jeremy Lamb no estuvieron a la altura.