Devin Booker, la irregularidad por bandera
Al escolta de Suns le queda mucho por pulir

Tras una primera campaña excepcional, (su juego tras el All Star fue para enmarcar), el hype con Devin Booker aumentó de manera exponencial en verano, pues salían noticias nuevas sobre él con frecuencia: el Team USA le quería para 2020, el mismísimo LeBron James afirmaba que iba a ser All Star o los NBA le votaban como uno de los jugadores más a tener en cuenta en la nueva temporada son algunas de ellas. Pues bien, el joven escolta –remarco bien lo de joven- de momento no está cumpliendo con las expectativas creadas. Hay varias causas:
Anotador y no generador
Uno de los elementos que contribuyeron a su espectacular temporada de novato fue que no enfocó su papel solamente como anotador, sino como referencia del equipo, es decir, como un generador que controlaba todo en la pista. Jugaba él y hacía jugar al resto de sus compañeros al son de su música.
Esta temporada, con Eric Bledsoe y Brandon Knight de vuelta, surgió un problema:con tres bases de este calibre, alguno debería comenzar los partidos desde el banquillo, siéndole otorgado el rol de sexto hombre y referencia anotadora de la segunda unidad. Earl Watson decidió que debía ser Knight ese jugador, con lo que Bledsoe y el joven Booker comenzarían como titulares los partidos. En ese mismo instante comenzaba un complejo dilema: ¿Darle desde el principio los galones del equipo al escolta formado en Kentucky y que fuese él el encargado de tirar del carro o entregarle este papel a Bledsoe y que Devin Booker se aprovechase de la acción que generase éste para producir? En Arizona apostaron por la primera opción, pero no obstante, a medida que avanza la temporada se ve que Booker aún está muy tierno para estos trotes y que ha sido Bledsoe quien ha cogido el papel de generador, pasando el escolta a un ligeramente más discreto segundo plano. Sin embargo, aquí sus números tampoco acaban de dispararse, lo que nos lleva de cabeza a la segunda causa.
Irregular en el tiro
Durante su primera campaña en la liga uno de los aspectos que más sorprendió de su juego fue el alto grado de acierto tirando. 13.8 puntos y 42.3% en tiros de campo fueron su bagaje en total. Pero centrándose solo en la recta final, después del All Star, su producción se elevaba hasta los 19 puntos y grandes porcentajes, aunque el triple se le atragantó los últimos choques de «regular season».
Esta temporada se esperaba que continuase en la línea de esos porcentajes, pero nada más lejos de la realidad: tras un primer partido con un 66.7% en tiros, sus porcentajes solo han hecho más que bajar, llegando a preocupantes picos negativos de 18.8% el pasado día 13 contra los Knicks. Esto puede deberse a que fuerza demasiado algunas penetraciones, cuando debería tirar más de media distancia. La irregularidad se observa sobre todo en el triple: lanzó con un acierto del 27% los diez primeros partidos, con un 40% en los siguientes siete y en los nueve partidos que lleva en diciembre presenta una hoja estadística con un paupérrimo 26%.
Es obvio que estos altibajos son debidos a su juventud (no olvidemos que acaba de cumplir 20 años). El hype con Booker está más que justificado, pero si alguien se esperaba que iba a llegar a ser All Star esta misma temporada, estaba muy equivocado. Es alguien cuyo techo se pondrá él mismo, pero, hoy por hoy, hay que tener paciencia y dejarle desarrollarse, que todo llegará.