Los escoltas, el factor X de los Pelicans
Están siendo un buen suplemento para Davis y sus Pelicans
Después de la última jornada en la NBA, los Pelicans, con su victoria ante los Clippers 102 a 98 y la derrota de los Kings en Portland, se sitúan a tan solo 2 partidos del octavo puesto en la conferencia Oeste, que daría billete para unos playoffs que parecían una quimera después del descorazonador 0-8 del inicio.
Nada de esto podría entenderse sin la labor del que es el mejor 4 de la liga y uno de los mejores jugadores de la NBA, Anthony Davis, que está realizando su temporada más sobresaliente desde que llegó con 29’3 puntos, 11’4 rebotes y liderando la liga en tapones por partido con 2’7. Todo ello acompañado de un buen estado físico que ha hecho que se haya perdido solo 2 partidos enteros (2 derrotas) en lo que llevamos de campaña, y eso es novedad.
Esta mejora del equipo tampoco podría explicarse sin la ayuda del otro All-Star del equipo, Jrue Holiday, que apareció en el momento más oscuro de la temporada para dar brillo al equipo de Gentry y ser el complemento ideal para ayudar a Davis a conseguir victorias. Sus números (14’7 puntos, 6’8 asistencias) son muy buenos, pero su trascendencia la explica mejor el récord del equipo con y sin él. Sin él en pista, el balance es 2-13. Con Jrue dirigiendo, 11-7. No hacen falta más análisis al respecto.
Pero a estos dos jugadores claves, el jugador franquicia y el segundo de a bordo, se les ha sumado en diciembre un coro inesperado de jugadores, procedentes todos de una misma posición, la de escolta, y que se están alternando a las mil maravillas (para mi sorpresa). La posición de escolta es una posición especialmente delicada en la historia de esta franquicia. Desde que los Hornets se mudaron a New Orleans, el puesto de 2 ha sido normalmente el más débil del equipo. David Wesley, Morris Petterson y Eric Gordon fueron los que más decentemente lo ocuparon.
Con el fichaje de Gordon por parte de los Rockets, el puesto de escolta quedaba totalmente libre, y tres nuevas caras se han apoderado de él. Siendo Davis y Jrue las primeras espadas, estos tres nuevos fichajes están cubriendo bien la posición. Estos jugadores no son otros que Buddy Hield, E’Twaun Moore y Langston Galloway.
E’Twaun Moore
Este escolta es el único de los 3 que puede hacer las funciones de base. De 27 años y procedente de los Bulls, este 2ª ronda de Boston (puesto 55) ha encontrado un buen lugar en New Orleans para asentarse. Vino en la agencia libre con un buen contrato y en seguida ha demostrado porque. Jugador inteligente y buen defensor (el mejor de los 3 con diferencia), Moore tiene algo que es básico en cualquier equipo que se precie, regularidad.
Está haciendo la mejor de todas sus temporadas en la NBA con 10 puntos por partido. Empezó como escolta titular dando un buen nivel, pero los resultados no acompañaban.
Cuando se le recolocó en la segunda unidad tardó un poco en encontrar su espacio, pero no tardó en volver a producir. En diciembre (12 partidos, 10 de suplente) está en 8’8 puntos en 21’6 minutos. Sus minutos en la temporada han bajado un poco debido al brote de Buddy Hield, pero su importancia y su producción siguen siendo las mismas, y eso habla bien de él. En los últimos 5 partidos (4 victorias), está promediando 10’2 puntos en 20’4 minutos, y lo que más impresiona, un espectacular 56’8% de tiros de campo y un 53’3% en triples.
Hablábamos antes de su regularidad, y hay otro dato que lo demuestra. En las victorias, Moore promedia 9’8 puntos. En las derrotas, 10’2. Moore es un jugador serio, que sabes lo que te va a dar y pocas veces te va a fallar. Si sigue aportando defensa, y estos 10 puntos en 20 y pocos minutos, la verdad es que es un fichaje que habrá valido la pena. Le quedan años en New Orleans.
Datos estadísticos curiosos sobre Moore
* Produce más fuera de casa (11’6 puntos), que en casa (8’7)
* Le va mucho mejor cuando tiene dos días de descanso: (15’6 puntos por partido)
Langston Galloway
Galloway es un jugador de la casa (de Baton Rouge) que no fue drafteado. Después de hacer dos buenas campañas en la gran manzana (sobretodo su año rookie), Langston, de 25 años, está produciendo desde (casi) el primer día. Es de lejos, el escolta menos talentoso que tienen los Pelicans. No tiene otras habilidades o puntos fuertes que no sean tirar y tirar. No es hábil en el pase, no defiende bien, y no se sabe crear sus propios tiros. Entonces, que función hace el bueno de Galloway en los Pelicans? Pues entrar, meterse en el microondas, y salir de él calentito calentito. Fue clave en las primeras victorias del equipo, y está ayudando por encima de sus expectativas.
Su juego es sencillo. Recibe el balón, arma el brazo y lanza. Para nuestra suerte, sabe elegir el momento de meterla. En una de las cientos de estadísticas que te puede sacar la NBA de la nada, Galloway lidera la NBA en una que seguro que es más importante que muchas otras, en el porcentaje de triples en el último cuarto, con un brutal 55’6%. Si, lo he dicho bien, Langston es el líder de la NBA en este aspecto. Toda una garantía.
Su sitio, a diferencia de Moore, siempre ha sido la segunda unidad, pero él se encuentra bien saliendo desde el banco. Su temporada está siendo notable, con 9’9 puntos por partido en 21’8 minutos (números parejos a los de E’Twaun). La única diferencia con la consistencia de Moore es que la aportación de Langston tiene una trascendencia más grande en el balance victoria/derrotas del equipo. Cuando Langston está bien, el equipo suele ganar. En las derrotas, sus porcentajes bajan 6 puntos y su media de puntos, baja 2.
Datos estadísticos curiosos de Galloway:
* Los lunes son para él súper productivos, con 18’3 puntos de media y un 60% en triples.
* Le van los back-to-back: 13’1 puntos por partido, mejor que con descanso entre medias.
Buddy Hield
El flamante rookie de los Pelicans merece un artículo a parte. Hoy completa el trío de escoltas y lo hace en su mejor momento. Número 6 del draft para el senior de Oklahoma, Buddy empezó mal, muy mal, y eso no es fácil cuando eres nuevo. Estrella absoluta en la universidad, una mala pretemporada y liga de verano le relegó al banquillo al inicio de curso, y eso le afectó muchísimo desde el primer partido. Empezó con un 0/13 en triples, y de ahí no salió de la mediocridad. Hubo partidos en los que directamente jugó los minutos de la basura.
Pero su ética y su madurez (ha hecho 23 hace poco) hicieron que no se desesperara. Gentry aprovechó algún que otro destello para colocarlo como titular, y ahí si que se empezó a ver a ese jugador que todos queríamos en la noche del draft. Su evolución va más lenta de lo normal para un novato con su edad, pero va mejorando día a día. Sin duda será el rookie del mes de diciembre en el Oeste, y si sigue progresando puede pelearle el rookie del año a un Embiid con restricción de minutos.
Sus números: 8’5 puntos en 19’1 minutos. No son nada espectaculares, pero sí lo es su evolución y la diferencia que ha dado desde que sale de titular. De ser rey de los airballs al inicio, se está destapando ahora como algo más que solo un buen tirador. Lo malo para él (y bueno para el equipo), es que su resurgir ha ocurrido también cuando sus otros dos compañeros estaban en un gran momento. Así pues, los minutos, que por méritos deberían subir, no lo hacen mucho.
Pero este es el camino. Buddy buckets en 20 partidos como suplente, promedia 7’4 puntos y 26’6% en triples. Como titular en 14, 10’1 puntos y un muy serio 45’9% en triples (siendo rookie). A diferencia del no drafteado Galloway y del segunda ronda Moore, Hield sí que necesita sentirse importante desde el inicio. A los otros dos no les afecta salir del banquillo, a Hield sí. Uno de los (pocos) aciertos de Gentry ha sido darle la titularidad a Buddy en cuanto ha tenido la ocasión. En diciembre, su 48’4% en triples impresiona. Sin ir más lejos, ayer contra los Clippers, fue decisivo con 2 consecutivos cuando peor estaba el equipo.
Como vemos, los Pelicans tienen bien cubierta la posición de escolta.