¿Es Ben Wallace un Hall of Famer?

El pívot de los Pistons obtiene su primera nominación

Ben Wallace
Ben Wallace espera ser Hall of Famer en 2017 | Fuente: Jauerback (CC)

En una era en la que todo el mundo está tan obsesionado con el tiro, los triples y la eficiencia en mil estadísticas que miden hasta los pasos que que los jugadores dan de un lado a otro de la pista, hablar de un pívot duro, físico y dominante en las pinturas es un soplo de aire fresco. Hablamos de Ben Wallace, que recientemente fue incluido en la lista de nominados para ser introducidos en el salón de la fama de la NBA. Esta lista, orientada para el 2017 incluye otros conocidos de la familia Piston, como Mark Aguirre, campeón Bad Boy, Maurice Cheeks, ex entrenador al que le deseamos lo mejor pero lejos de aquí, Tracy McGrady, que fue un Piston en época de vacas flacas y Chris Webber, nativo de Detroit que jugó para la franquicia en 2007.

Si no hubiésemos mirado ni un partido de los Pistons y solo tuviésemos un papel con estadísticas de los jugadores que están nominados, veríamos que Wallace, con  5,7 puntos y 9,6 rebotes por partido, tiene cifras que no deberían ser tomadas en consideración para tan alto reconocimiento. Por suerte, podemos tirar de hemeroteca, y ver todo lo que influía el pívot en los partidos que los Pistons disputaban. Ya no solo tuvo que enfrentarse a los O’Neal o los Duncan, si no que jugó en uno de los hábitats más hostiles que ha dado la historia de la NBA, los inicios de siglo XX y el Palace de Auburn Hills. Fácil sería amedrentarse, pero ese no era el plan de Big Ben. Rick Carlisle, el que fuera su entrenador en los Pistons, habla sobre todo lo que significó el pívot:

«Cuatro veces all star, cinco veces miembro del primer quinteto de la NBA, cuatro veces jugador defensivo del año, cinco veces miembro del primer quinteto defensivo, dos veces líder reboteador, su número cuelga del Palace y cara de la franquicia que ganó el anilló en 2004».

«En su proceso para llegar a conseguir todo esto, muchos equipos le dieron plantón. Esfuerzo, dedicación y perseverancia son las señas de identidad de un jugador que llevó la camiseta de una de las ciudades mas trabajadoras del mundo. Mezcla todo esto y tendrás a un gran candidato a ser Hall of Famer».

No encontrarás jugador o entrenador que se queje de su compañerismo y dedicación al juego, y esta es una de las señas que identificaron al equipo campeón de 2004. Los Pistons de aquella época se definieron como unos rebotados de otros equipos. Recordemos que Billups no empezó bien su carrera con lesiones y traspasos, Hamilton llegó traspasado de Washington, Prince vino vía draft, y ambos Wallace vinieron traspasados y entre dudas, uno de Portland y otro de Orlando. Y estos cinco, mas sus acompañantes, tenían que enfrentarse a Kobe, O’Neal, o Malone entre otros. ¿Qué es lo que hizo que Detroit ganara esa final? Algo que las estadísticas no muestran, algo que va mas allá de números, porcentajes y ratios; las ganas, la química y la intensidad. Y en ese equipo, Billups ponía el cerebro y Ben Wallace el fuego en las venas. Y no lo digo yo, que también, si no que Larry Brown, el entrenador campeón de 2004, piensa lo mismo:

«Piensa contra toda la gente que tuvo que enfrentarse Wallace. Gente de mas de 2,13 metros como Shaquille, Duncan, Tim Robinson, Olajuwon,  Mutombo o Ewing. Y encima no es solo eso, es el impacto que tenía en el equipo. Cada noche tenía que jugar contra un interior de calidad que no estaba precisamente rodeado de gente joven». (Recordemos que Ben Wallace fue oficialmente listado como un 2,05, pero realmente mide 2 metros raspados. Se dice que su afro fue el responsable del error).

Y no solo hablaremos de observaciones volátiles en esta opinión. Si nos metemos en harina estadística, en el Hall of Fame hay 371 personalidades. Entre ellas, Wallace está en el número 39 en rebotes y 11º en tapones. Además, el rating defensivo de Wallace es el 5 mejor de la historia de la NBA, con un 95,8. Además, solo hay 4 jugadores que han conseguido capturar 10000 rebotes, robar 1300 balones y taponado 2000 tiros: Olajuwon, Garnett, Robinson y el propio Wallace. Larry Brown sigue hablando sobre Wallace:

«Ben tenía una rapidez espectacular. Él llegó e impactó tanto en el juego aéreo como en el terrestre de una manera espectacular. Era una verdadera pesadilla jugar contra él. En ataque lo utilizábamos porque nadie solía cubrirle, pero además tenía una gran visión en el pase, y les hacía la vida mucho mas fácil a nuestro exteriores».

«Creo que estamos demasiado obcecados en mirar las estadísticas analíticas, y muchas veces no juzgamos justamente a la gente por su culpa. Esto solo va de darte una oportunidad de ser bueno y de hacer mejores a los demás, y él hace ambas cosas».

Ben Wallace significó el corazón de la nueva era dorada de los Detroit Pistons. Su traspaso fue altamente criticado. Joe Dumars, en el papel de GM que sí que sabe lo que hace envío, a Grant Hill, que promediaba casi una triple figura a Orlando, dejando a la Motown helada. ¿A cambio de qué? Un pívot que no parecía mas que una roca en la pintura y Chucky Atkins. El traspaso salió a las mil maravillas, ya que Hill fue un dolor de cabeza para los médicos de diversas franquicia y Wallace, por el contrario, fue la pieza clave que hizo que los Pistons se hicieran con el anillo de 2004. Claro está que Wallace no es el jugador espectacular que gusta ver en vines, pero sí es ese hombre al que todo jugador recurre para saber lo que se debe hacer. Larry Brown para finalizar con su descripción de Wallace, dio la puntilla que creo que es la clave para el éxito de Wallace:

«Ben Wallace juega cada posesión como si fuese la última«.