Detroit, no te quiero odiar, pero me lo pones muy difícil

Los de la Motown no saben como jugar bien

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Drummond no es la estrella que necesitan los Pistons. Nil Alemany (SB)

00:00 de la noche del viernes al sábado: Detroit juega contra los Magic, partido tremendamente importante por varias razones. Estamos a un partido de entrar en PlayOffs de nuevo e incluso de alcanzar la séptima plaza, que haría que evitáramos a los Cavs y su insufrible juego y afición. Además, rivales directos jugaban hoy, y si perdían podríamos o adelantarlos o igualarlos. Por razones de necesidad de sueño, no vi el partido contra los Bulls, y por tanto, viendo el resultado pensé que «solo había sido una pájara». Pobre insensato, no sabes lo que te espera.

00: 20: Drummond hace un airball con su gancho y baja trotando a la defensa, que desemboca en una penetración y bandeja de Fournier. La primera vena de la noche se infla.

00:50: Los Pistons se van al descanso con 39 puntos anotados al descanso y con la sensación de que los Bobcats de la 2011/2012 no estaban tan mal en comparación.

01:30: Tercer cuarto terminado. Los Pistons pierden de 30 contra unos Magic que no se juegan nada y que no tienen a Jeff Green. Elfrid Payton acabará con un triple-doble, Vucevic como el rey de la media distancia y Aaron Gordon como un serio candidato al MIP. Además, Jodie Meeks debería haber ganado el concurso de triples si se hubiese presentado y Hezonja ha triunfado en el equipo. Los Pistons sacan a su tercera unidad.

02:00: Partido terminado, hemos hecho el ridículo una vez más y solo queda esperar a que Bulls, Pacers y Bucks pierdan. Piensas que en verdad, lo único que ha hecho grandes a los Pistons durante su historia ha sido el espíritu de equipo y sacar los cojones al campo, hablando claro. Estos días creo que he visto al equipo de mi ciudad, poblado mayoritariamente por gente que trabaja y además juega al baloncesto para mantenerse en forma.

02:30: Me voy a la cama. y abro Spotify. «The Wonder Years» —> «I wanted so badly to be brave». Detroit Pistons, no os quiero odiar, pero me lo ponéis muy difícil.

 

Esto no es un maldito análisis de porqué el equipo no funciona. Si habéis seguido al equipo o leído el apartado de los Pistons en SomosBasket lo sabréis de sobra. Sabréis el tema de la lesión de Jackson y el cambio de estilo de Ish a Reggie o la desesperación constante con Dre. No os voy a sacar mil estadísticas de la pésima defensa del equipo durante tramos de la temporada, aunque en los ránkings figure como un TOP 10. A veces se ha jugado bien, a veces.

Esto es mas bien un recordatorio de los orígenes, del leit motiv que ha acompañado a los Detroit Pistons al éxito y que parece que ahora no está ni debajo de las alfombras. Bill Laimbeer y Rick Mahorn son dos de los más reputados representantes de la franquicia Piston. Son recordados por su juego duro y sus abrazos y muestras de cariño, pero no tanto por su cabeza y su juego psicológico. Ambos estuvieron siendo homenajeados hace unas semanas por la franquicia, y dejaron algunas perlas que merecen ser recordadas en este artículo. Bill Laimbeer dejó lo siguiente:

«El juego ha cambiado tanto porque ya no es jugado por jugadores de baloncesto, si no por atletas que juegan al baloncesto. Esta gente solo se mueve por el dinero, sin sentimiento alguno por la camiseta que llevan puesta encima».

Rick Mahorn habló en el centro de la pista junto con su compañero de pintura y el legendario George Blaha, y espetó lo siguiente ante el respetable:

«Cuando me dijeron que tenía que ir a Detroit, yo no quería».

«Pero cuando llevaba un tiempo aquí, vi que esto es otra cosa. La ciudad, el equipo, la filosofía, todo es diferente, algo alejado de los demás equipos de la NBA, es un sentimiento«.

Esto me lleva a citar a otra leyenda de los Pistons que recientemente vio como su dorsal se iba para siempre al techo de los Pistons, el gran Richard Hamilton:

«Cada vez que jugaba en la NBA y no era para los Pistons, me sentía mal. No me gustó la forma en la que salí de la franquicia, lo cambiaría su pudiera».

¿Qué tienen estas tres citas en común? Sentimiento, pasión por el equipo, la ciudad y el equipo. Cuantas veces se ha leído esto en la actualidad. Lo máximo ha sido leer a Morris decir que tienen que hacer piña para entrar en PlayOffs. Ni una referencia a todo lo que hay detrás de un grupo de compañeros que cooperan para alcanzar un objetivo, declaraciones planas y genéricas. Pero Albert, me diréis, tampoco hace falta que lo digan, con que lo demuestren ya vale. Y digo yo, ¿se ha demostrado algo del ADN Piston durante esta temporada? Defensas inconstantes y flojas, esfuerzo mínimo y jugadores que son más blandos que la espuma. Y con esto, en Detroit, no se llega a ninguna parte.

Desde que la NBA se ha vuelto «para todos los públicos», con reglas defensivas mas restrictivas, y los jugadores se han hecho amiguitos y se reúnen en equipos para ganar, esto se ha ido a la porra. Ahora lo importante es protagonizar portadas de videojuegos, anuncios internacionales, firmas contratos de zapatillas o simplemente, estar en los highlights para que las cuentas de follow fácil y poco análisis te publiquen. ¿Dónde quedaron esos jugadores que jugaban duro, hablaban poco y lo daban todo por sus compañeros? «Este es, de largo, el equipo mas solidario que he entrenado», decía Larry Brown, entrenador de los Pistons en 2004.

En conclusión, actualmente los Pistons son un equipo que podría llegar alto, muy alto, y esa era la sensación a principio de temporada. Vale que la lesión de Jackson ha sido el desencadenante de la situación en la que ahora nos encontramos, pero una cosa es no tener clara la hoja de ruta y otra ir perdiendo contra equipos abocados al tanking por 30 puntos de diferencia estando tan cerca de los PlayOffs. Mi consejo y ruego para este equipo es que de una vez por todas jueguen para su compañero, defiendan duro y se dejen de tonterías mediáticas, alfombras rojas y anuncios que solo sirven para ganar dinero y fama.